martes, 9 de julio de 2013

LOS TRES QUEJOSOS (Hartzenbusch)

¡Qué mal (gritó la mona)
que estoy sin rabo!
¡Qué mal estoy sin astas!
Repuso el asno.
Y dijo el topo:
Más debo yo quejarme,
que estoy sin ojos.
No reniegues, Camilo,
de tu fortuna;
que otros podrán dolerse
más de la suya.

Si se repara,
nadie en el mundo tiene
dicha colmada.

1 comentario: