martes, 28 de febrero de 2017

ORACIÓN A SAN JOSÉ (18)

¡Oh José glorioso! Tus alegrías no terminaron en el pesebre de Belén, sino que muchísimos eran los motivos que de gozo y alegría tuviste mientras desterrado, como hijo de Adán, habitabas en esta tierra miserable; porque aquella compañía que empezaste a gozar en la santa cueva, no se apartó de ti en toda tu vida; con Jesús y María viviste hasta exhalar el postrer suspiro. En Belén Jesús no hablaba y María estaba sumida en la meditación más profunda, y, por lo tanto, en el más completo silencio. Pero después os entretenía en amenísima conversación con estos seres divinos sobre los más levantados puntos de la Sagrada Teología; y para vislumbrar de qué modo quedaría sublimado José por su trato continuo con su esposa e Hijo, baste recordar los extremos a que han llegado muchos santos a una simple palabra, a la simple presencia de Jesús y María.

JACULATORIA. Dime ¡oh José!  lo que hablabas con Jesús y María, para que cuando me halle a su lado, sepa tratarles cual se merecen. Así sea.

lunes, 27 de febrero de 2017

HIMNO A SAN JOSÉ



Hoy a tus pies ponemos nuestra vida;
hoy a tus pies, ¡glorioso san José!
Escucha nuestra oración y por tu intercesión
obtendremos la paz del corazón.

En Nazaret junto a la Virgen Santa;
en Nazaret, ¡glorioso san José!,
cuidaste al niño Jesús, pues por tu gran virtud
fuiste digno custodio de la luz.

Con sencillez, humilde carpintero;
con sencillez, ¡Glorioso San José!
hiciste bien tu labor, obrero del Señor,
ofreciendo trabajo y oración.

Tuviste fe en Dios y su promesa;
tuviste fe, ¡glorioso san José!
Maestro de oración, alcánzanos el don
de escuchar y seguir la voz de Dios.

ORACIÓN A SAN JOSÉ (17)

¡Oh José glorioso! No hemos visto aún todas tus alegrías de Belén; porque los ángeles del Cielo, que por orden del Eterno Padre bajaron a adorar y a festejar al recién nacido, pasaron luego a darte la enhorabuena; y solo estos cantares del Cielo te pudieron despertar del profundo éxtasis en que te hallabas sumergido. ¡José rodeado de célicas armonías! ¡José en medio de los ángeles! Retiraos, ministros de paz, retiraos; hay un hombre en la tierra que con vosotros compite: vosotros contempláis a Dios y llenos de respeto, cubierto el rostro, le adoráis; mas este Dios es el objeto de las complacencias de José, con él se entretiene, y es tanta la dignidad que de ello recibe, que no podéis menos de postraros a sus pies, y cual a vuestro rey y soberano, rendirle pleito-homenaje.

JACULATORIA. Haz ¡oh José! que en este mundo nos hallemos a tu lado, para que en el Cielo podamos sentir los cánticos que los ángeles te dedican. Así sea. 

ORACIÓN DE SAN ILDEFONSO A MARÍA SANTÍSIMA (2)

¡Oh dulce María! Bien sé que Vos sois la criatura más noble, más sublime, más pura, más bella, más benigna, más santa, más amable de todas las criaturas. ¡Oh si todos os conociesen y amasen como merecéis! Bien quisiera yo amaros, mas conozco que no os amo como debo. Haced, Señora mía, que de hoy en adelante os ame con un amor verdadero, eficaz y perseverante. Si de veras os sé amar, me salvaré, porque esta es una señal de predestinación, y una gracia que Dios no concede sino a aquellos que ha elegido para el cielo. Rogad por mí ¡oh Señora! Rogad hasta que me vea en el cielo, seguro de no perder jamás la gracia de mi Señor, y de amarle por toda la eternidad.

JACULATORIA. Bajo vuestra protección nos acogemos, Santa Madre de Dios.

ORACIÓN DE SAN ILDEFONSO A MARÍA SANTÍSIMA (1)


¡Oh mi Soberana Señora, y Madre de mi Señor! Yo me postro y me humillo en vuestra presencia. Os ruego me alcancéis el perdón de mis pecados y que sea purificado de todas las culpas que he cometido en toda mi vida. Os pido la gracia de unirme con un puro afecto a Dios y a Vos, de servir a vuestro Hijo como a Dios y a Vos como a su querida Madre, a vuestro Hijo como a mi redentor y a Vos como medio de mi redención, porque si Él pagó el precio de mi rescate, lo pagó con la carne que de Vos recibió.
JACULATORIA. Oh sagrada Virgen María, dignaos permitirme que os alabe.

ACTO DE ESPERANZA

Dios mío, por tus promesas y por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador, espero de tu bondad la vida eterna y las gracias necesarias para merecerla con las buenas obras que debo y quiero hacer. Señor, que goce de Ti eternamente.

YA NO TENGO CÁSCARAS PARA MI CERDO (Cuento chino de Xue Tao)


 
La montaña Hefu queda a treinta li de nuestra aldea. Allí, cerca de un pequeño lago, existe un templo que todos llaman el Templo de la Madre Wang. Nadie sabe en qué época vivió la madre Wang, pero los viejos cuentan que era una mujer que fabricaba y vendía vino. Un monje taoísta tenía la costumbre de ir a beber a crédito a su casa. La comerciante no parecía prestarle a ello ninguna atención; cada vez que él llegaba, le servía de inmediato.
         Un día, el taoísta le dijo a la madre Wang:
         - He bebido su vino y no tengo con qué pagárselo, pero voy a cavarle un pozo.
         Cuando hubo terminado el pozo, se dieron cuenta de que contenía muy buen vino.
         - Esto es para pagar mi deuda – dijo el monje, y se fue.
         Desde aquel día, la mujer no volvió a hacer vino; servía a sus clientes el vino que sacaba del pozo, el cual era mucho mejor que el que preparaba antes, con grano fermentado. Su clientela creció enormemente.
         En tres años hizo fortuna: había ganado decenas de miles de onzas de plata.
         Un día, el monje volvió de improviso. La mujer le agradeció efusivamente.
         - ¿Es bueno el vino? – le preguntó el monje.
         - Sí, el vino es bueno – admitió –, ¡solo que, como no fabrico vino, ya no tengo cáscaras de grano con que alimentar a mis cerdos!
         Riendo, el taoísta tomó un pincel y escribió en el muro de la casa:

La profundidad del cielo no es nada,
El corazón humano es infinitamente más profundo.
El agua del pozo se vende por vino;
La mujer aún se queja de no tener cáscaras para sus cerdos.
         
          Terminando su cuarteta, el monje se fue, y del pozo salió agua.

lunes, 20 de febrero de 2017

OFRECIMIENTO DE VIDA

Promesas de la Santísima Virgen a sor Natalia Magdolna: "En el corazón de muchas madres arde el dolor por la conducta inmoral de sus hijos, por su destino eterno. Por amor hacia ellas alcancé las promesas del ofrecimiento de vida (las más excelsas que ha hecho hasta hoy). ¡Que ofrezcan con una entrega total todos los sucesos de su vida!".

ORACIÓN DEL OFRECIMIENTO DE VIDA

Mi amable Jesús, delante de las Personas de la Santísima Trinidad, delante de nuestra Madre del Cielo y toda la Corte celestial, ofrezco, según las intenciones de tu Corazón Eucarístico y las del Inmaculado Corazón de María Santísima, toda mi vida, todas mis santas Misas, Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los méritos de tu Santísima Sangre y tu muerte de cruz: para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad, para ofrecerle reparación por nuestras ofensas, por la unión de nuestra santa Madre Iglesia, por nuestros sacerdotes, por las buenas vocaciones sacerdotales y por todas las almas hasta el fin del mundo.
Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme gracia para perseverar en él fielmente, hasta el fin de mi vida. Amén.

JACULATORIAS DE ARREPENTIMIENTO

Jesús mío, ¡te amo sobre todas las cosas! Por amor a Ti, me arrepiento de todos mis pecados. Me duelen también los pecados de todo el mundo. ¡Oh Amor misericordioso!, en unión con nuestra Madre Santísima y con tu Corazón Inmaculado, te suplico a Ti perdón de mis pecados y de todos los pecados de los hombres, mis hermanos, hasta el fin del mundo. Mi amable Jesús, en unión a los méritos de tus Sagradas Llagas, ofrezco mi vida al Eterno Padre, según las intenciones de la Virgen Santísima Dolorosa.
¡Virgen María, Reina del Universo, Intercesora de la humanidad y esperanza nuestra, ruega por nosotros!

PROMESAS DE MARÍA A QUIENES HACEN EL OFRECIMIENTO DE VIDA

1. Nadie de sus familiares caerá en el infierno aun cuando las apariencias externas lo harían suponer, porque antes de que el alma abandone el cuerpo, recibirán la gracia del perfecto arrepentimiento.
2. En el mismo día del ofrecimiento saldrán del Purgatorio todos los difuntos de su familia.
3. En la muerte estaré a su lado y llevaré sus almas a la presencia de Dios sin pasar por el Purgatorio.
4. Sus nombres estarán inscritos en el Corazón de Jesús y en el Corazón Inmaculado de María.
5. Salvarán a muchas almas de la eterna condenación por este ofrecimiento unido a los méritos de Cristo. El mérito de sus sacrificios beneficiará a las almas hasta el fin del mundo.

Aclaración sobre el ofrecimiento


Es suficiente con hacer el Ofrecimiento de vida una vez con humildad y amor. Pero se puede renovar con frecuencia.

Así lo confirmó el Redentor a Sor María Natalia:
"Si alguien, hija mía, no hace sino una vez el Ofrecimiento de vida,
una sola vez, en un momento de gracia, se encendió en su corazón el fuego de amor heroico. ¡Con esto selló toda su vida! su vida, aunque no piense conscientemente en ello, ya es propiedad de los sagrados Corazones. Para mi Padre no existe el tiempo. La vida del hombre está ante Él como un todo".

domingo, 19 de febrero de 2017

GOZOS QUE SE HAN DE DECIR EN LA NOVENA DE SAN JOSÉ

Por vuestro bien y alegría,
José muy gozoso estoy,
y a Dios las gracias le doy,
y el parabién a María.

Por el gozo peregrino
que vuestra alma recibió
al saber que concibió
del espíritu Divino
vuestra Esposa, y que convino
para el bien del alma mía,
a Dios las gracias le doy,
y el parabién a María.

Padre nuestro y Ave María

Por el contento sagrado
que los pastores te dieron,
cuando a Jesús se rindieron
entre pajas reclinado,
y al verle tan festejado
de celestial melodía,
a Dios las gracias le doy,
y el parabién a María.

Padre nuestro y Ave María

Por el gozo que tuviste
cuando en la Circuncisión
pronunció tu devoción
JESÚS, nombre que le diste,
y cuando en esto supiste
que al mundo remediaría,
a Dios las gracias le doy,
y el parabién a María.

Padre nuestro y Ave María

Por el gozo celestial
que tu corazón sintió
cuando al sacerdote oyó
que Jesús era señal
que con su sangre real
a todos remediaría,
a Dios gracias le doy
y el parabién a María.

Padre nuestro y Ave María

Por el gozo y gran consuelo
con que miraron tus ojos
de Jesús como despojos
los ídolos por el suelo,
y que ya vencía el cielo
de Egipto la idolatría:
a Dios las gracias le doy
y el parabién a María.

Padre nuestro y Ave María

Por el gozo y regocijo
que recibiste al oír
que ya podías salir
de Egipto con Madre e Hijo,
y más cuando el Ángel dijo
que a Galilea escogía:
a Dios las gracias le doy,
y el parabién a María.

Padre nuestro y Ave María

¡Oh gozo tan excelente
cuando le hallaste enseñando
en el templo, y disputando
con magisterio eminente!
Dio el motivo reverente
que para el misterio había:
a Dios las gracias le doy,
y el parabién a María.

Padre nuestro y Ave María



DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA


ORACIÓN POR LAS VOCACIONES DEL PAPA FRANCISCO



martes, 14 de febrero de 2017

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (1)

Oh Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación.
Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.

jueves, 9 de febrero de 2017

SÚPLICAS PARA TIEMPOS DIFÍCILES A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Tengo muchas dificultades: Ayúdame.
De los enemigos del alma: Sálvame.
En los desaciertos: Ilumíname.
En mis dudas y penas: Confórtame.
En mis soledades: Acompáñame.
En mis enfermedades. Fortaléceme.
Cuando me desprecien: Anímame.
En las tentaciones: Defiéndeme.
En las horas difíciles: Consuélame.
Con tu corazón maternal: Ámame.
Con tu inmenso poder: Protégeme.
Y en tus brazos al expirar: Recíbeme.

DULCE MADRE, NO TE ALEJES

Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mí no apartes. Ven conmigo a todas partes y solo nunca me dejes. Ya que tú me quieres tanto como verdadera madre, haz que me bendigan el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

ORACIÓN ANTES DE DORMIR

Gracias, Señor, por todo lo que hoy me has dado. Te pido perdón por mis faltas y confío en tu misericordia. Ilumina nuestra noche y dale paz a nuestro corazón. Manda a tus santos ángeles para que me acompañen y me cuiden del enemigo. Amén.

viernes, 3 de febrero de 2017

ORACIÓN DE LOS ESPOSOS (3)

Señor, Padre Santo, Dios omnipotente y eterno, te damos gracias y bendecimos tu santo Nombre: Tú has creado al hombre y a la mujer para que el uno sea para el otro ayuda y apoyo. Acuérdate hoy de nosotros. Protégenos y concédenos que nuestro amor sea entrega y don, a imagen de Cristo y de la Iglesia. Ilumínanos y fortalécenos en la tarea de la formación de nuestros hijos, para que sean auténticos cristianos y constructores esforzados de la ciudad terrena. Haz que vivamos juntos largo tiempo, en alegría y paz, para que nuestros corazones puedan elevar siempre hacia Ti, por medio de tu Hijo en el Espíritu Santo, la alabanza y la acción de gracias. Amén. 

jueves, 2 de febrero de 2017

NOVENA A RAFAELA YBARRA



ORACIÓN DEL ÁNGEL DE LA PAZ



ORACIÓN PARA HACER REPARACIÓN ANTE CRISTO EUCARISTÍA


Señor Jesús, nos arrodillamos ante Ti, reconociendo tu presencia real en el Santísimo Sacramento. Te agradecemos inmensamente tu permanencia con nosotros, y la fe que nos has dado.
Con profundo dolor sentimos que tantos hombres, redimidos por Ti, te olviden y ofendan; que en tantos sagrarios estés solitario y en tantos hogares no seas invitado.
Nosotros, arrepentidos de nuestros pecados, queremos en la medida de nuestras fuerzas hacerte compañía por cuantos te abandonan, y dedicarte completamente nuestra vida, como ofrenda y desagravio a tu Corazón lleno de amor hacia nosotros.
Santa María, Madre nuestra, confiamos en tu Inmaculado Corazón para que nos alcances gracias para perseverar en la fe, animarnos por la esperanza y vivir la caridad, como satisfacción por todos nuestros pecados y para la salvación del mundo.
Por todas las blasfemias, sacrilegios, profanación de fiestas, que se cometen contra el nombre de Dios y contra sus templos.
Perdón, Señor, perdón.
Por todos los ataques a la Iglesia, persecuciones y propagandas de ateísmo.
Perdón, Señor, perdón.
Por los apóstatas, los que desprecian el Magisterio de los Papas y todos los falsos profetas.
Perdón, Señor, perdón.
Por todas las opresiones de gobierno, de esclavitud, de delincuencia; y todas las injusticias laborales, familiares, sociales.
Perdón, Señor, perdón.
Por todos los actos inhumanos de violencia, asesinatos, torturas, malos tratos, robos, estafas y extorsiones.
Perdón, Señor, perdón.
Por toda la inmoralidad y corrupción: en el trabajo profesional, en las relaciones, espectáculos, diversiones, modas, lecturas, bebidas, drogas.
Perdón, Señor, perdón.
Por todos los pecados de escándalo y de respeto humano.
Perdón, Señor, perdón.
Por todos los pecados contra la santidad de la familia y contra el amor fraterno.
Perdón, Señor, perdón.
Por los sacerdotes indignos, por los políticos ambiciosos, por todos los abusos de autoridad.
Perdón, Señor, perdón.
Cristo Jesús, pedimos en especial a tu Corazón que concedas gracias abundantes a los más necesitados; y que nunca permitas nos apartemos de Ti; sino que aprendiendo en tu Corazón nuestros sentimientos y juicios cada día nos parezcamos más a Ti. Amén.

ORACIÓN DE UN CATÓLICO FRUSTRADO (P. James Martin S.J.)

Señor, a veces me siento muy frustrado con tu Iglesia.
Sé que no estoy solo. Mucha gente que ama a tu Iglesia se siente frustrada con el Cuerpo de Cristo en la tierra. También sacerdotes y diáconos, y hermanos y hermanas, pueden sentirse frustrados. Y apostaría que incluso obispos y papas sienten frustración. Nos preocupamos y molestamos y amargamos y a veces nos escandalizamos porque tu divina institución, nuestro hogar, está lleno de seres humanos pecadores. Como yo.
Pero sobre todo acabo frustrado cuando siento que hay cosas que deben ser cambiadas y no tengo el poder para hacerlo. Por eso necesito tu ayuda, Dios.
Ayúdame a recordar que Jesús prometió que estaría con nosotros hasta el fin de los tiempos, y que tu Iglesia sigue siendo guiada siempre por el Espíritu Santo, incluso si me es difícil verlo. A veces el cambio es repentino y el Espíritu nos sorprende, pero generalmente el cambio ocurre lentamente en la Iglesia. A tu ritmo y no al mío. Ayúdame a confiar en que las semillas que planto con amor en el suelo de tu Iglesia algún día germinarán. Por ello dame paciencia.
Ayúdame a entender que nunca hubo un tiempo sin peleas y disputas dentro de tu Iglesia. Los debates retroceden por toda su historia hasta Pedro y Pablo discutiendo entre sí. Y tampoco hubo un tiempo en el que no hubiese pecado entre los miembros de tu Iglesia. ese tipo de pecado retrocede hasta Pedro negando a Jesús durante su Pasión. ¿Por qué la Iglesia de hoy tendría que ser diferente de la que fue para aquellos que conocieron a Jesús sobre la tierra? Dame sabiduría.
Ayúdame a confiar en la Resurrección. Jesús resucitado nos recuerda que siempre hay esperanza de algo nuevo. La muerte no es nunca la última palabra para nosotros. Tampoco la desesperación. Y ayúdame a recordar que cuando Cristo resucitado apareció a sus discípulos portaba las heridas de su crucifixión. Como Cristo, la Iglesia siempre está herida, pero es siempre portadora de la gracia. Dame esperanza.
Ayúdame a creer que tu Espíritu puede hacerlo todo: suscitar santos cuando más los necesitamos, suavizar corazones cuando parecen endurecidos, abrir mentes cuando parecen cerradas, inspirar confianza cuando todo parece perdido, nos ayuda a hacer lo que parecía imposible hasta que fue hecho. Este es el mismo Espíritu que convirtió a Pablo, inspiró a Agustín, llamó a Francisco de Asís, empujó a Catalina de Siena, consoló a Ignacio de Loyola, confortó a Teresita de Lisieux, animó a Juan XXIII, acompañó a Teresa de Calcuta, fortaleció a Dorothy Day, y le dio coraje a Juan Pablo II.
Ayúdame a recordar a todos tus santos. La mayoría de ellos lo pasó mucho peor que yo. Ellos también a veces resultaron frustrados con tu Iglesia, lucharon con ello e incluso fueron perseguidos. Juana de Arco fue quemada por las autoridades de la Iglesia. Ignacio de Loyola fue puesto en la cárcel por la Inquisición. Mary MacKillop fue excomulgada. Si ellos pudieron confiar en tu Iglesia en medio de esas dificultades, yo yambién puedo. Dame valentía.
Ayúdame a tener calma cuando la gente me diga que no pertenezco a la Iglesia, que soy un hereje por tratar de mejorar las cosas, o que no soy un buen católico. Yo sé que fui bautizado. Tú me llamaste por mi nombre, Señor, a tu Iglesia. Mientras tenga aliento, ayúdame a recordar cómo las aguas del bautismo me acogieron en tu santa familia de pecadores y santos. Deja que la voz que me atrajo a tu Iglesia sea lo que yo escuche cuando otras voces me digan que no soy bienvenido en ella. Dame paz.
Sobre todo, ayúdame a colocar toda mi esperanza en tu Hijo. Tengo fe en Jesucristo. Dame solo su amor y su gracia, que eso me basta.
Ayúdame Dios y ayuda a tu Iglesia. Amén.

LETANÍA DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS

Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Jesús, Hijo del Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Jesús, esplendor del Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, pureza de luz eterna, ten piedad de nosotros.
Jesús, Rey de la Gloria, ten piedad de nosotros.
Jesús, sol de justicia, ten piedad de nosotros.
Jesús, Hijo de la Virgen María, ten piedad de nosotros.
Jesús amable, ten piedad de nosotros.
Jesús admirable, ten piedad de nosotros.
Jesús, Dios fuerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, Padre del siglo futuro, ten piedad de nosotros.
Jesús, ángel del celestial consejo, ten piedad de nosotros.
Jesús todopoderoso, ten piedad de nosotros.
Jesús pacientísimo, ten piedad de nosotros.
Jesús obedientísimo, ten piedad de nosotros.
Jesús, dulce y humilde de corazón, ten piedad de nosotros.
Jesús, amante de la castidad, ten piedad de nosotros.
Jesús, que nos honras con tu amor, ten piedad de nosotros.
Jesús, Dios de paz, ten piedad de nosotros.
Jesús, autor de la vida, ten piedad de nosotros.
Jesús, ejemplo de las virtudes, ten piedad de nosotros.
Jesús, celador de nuestras almas, ten piedad de nosotros.
Jesús, nuestro Dios, ten piedad de nosotros.
Jesús, nuestro refugio, ten piedad de nosotros.
Jesús, Padre de los pobres, ten piedad de nosotros.
Jesús, tesoro de los fieles, ten piedad de nosotros.
Jesús, buen Pastor, ten piedad de nosotros.
Jesús, verdadera luz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sabiduría eterna, ten piedad de nosotros.
Jesús, bondad infinita, ten piedad de nosotros.
Jesús, nuestro camino y nuestra vida, ten piedad de nosotros.
Jesús, alegría de los ángeles, ten piedad de nosotros.
Jesús, Maestro de los Apóstoles, ten piedad de nosotros.
Jesús, doctor de los Evangelistas, ten piedad de nosotros.
Jesús, fortaleza de los mártires, ten piedad de nosotros.
Jesús, luz de los confesores, ten piedad de nosotros.
Jesús, pureza de las vírgenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, corona de todos los santos, ten piedad de nosotros.

Sénos propicio, perdónanos, Jesús.
Sénos propicio, escúchanos, Jesús.

De todo pecado, líbranos, Jesús.
De tu ira, líbranos, Jesús.
De las tentaciones del diablo, líbranos, Jesús.
Del espíritu de fornicación, líbranos, Jesús.
De la muerte eterna, líbranos, Jesús.
Del menosprecio de tus divinas aspiraciones, líbranos, Jesús.
Por tu Encarnación, líbranos, Jesús.
Por tu Natividad, líbranos. Jesús.
Por tu infancia, líbranos, Jesús.
Por tu vida, toda divina, líbranos, Jesús.
Por tus trabajos, líbranos, Jesús.
Por tu agonía, líbranos, Jesús.
Por tu cruz y desamparo, líbranos, Jesús.
Por tu languidez, líbranos, Jesús.
Por tu muerte y sepultura, líbranos, Jesús.
Por tu Resurrección, líbranos, Jesús.
Por tu Ascensión, líbranos, Jesús.
Por tu alegría, líbranos, Jesús.
Por tu gloria, líbranos, Jesús.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Jesús.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Jesús.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, óyenos, Jesús.

ORACIÓN.- Oh, Señor nuestro, Jesucristo, que has dicho "pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán", te suplicamos derrames la ternura de tu divino amor en nuestras almas, a fin de que te amemos de todo nuestro corazón, y que de nuestros labios exhale por todas partes el buen olor de este amor, dando señales de él con nuestras obras y no dejando jamás de bendecir tu santo nombre. Amén.