David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
“Las generaciones desde Abrahán a David fueron…” (Mt 1, 1-17)
Señor Jesús, mi oración de hoy es para darte gracias por tantas y tantas personas que me preceden y me han precedido a lo largo de mi historia, pero también por los que han venido tras de mí. Gracias por cada una de ellas, por cada generación, por cada engendramiento, por cada nuevo miembro sumado a la familia. Gracias de todo corazón.
Te doy gracias, Señor Jesús, por mis abuelos y abuelas, por mi padre y por mi madre, por mis hermanos y hermanas, por mis hijos e hijas, por mis tíos, primos, sobrinos; para cada uno de ellos te pido intercesión, si ya nos dejaro, y bendiciones, si están junto a mí.
Señor Jesús, también hoy quiero darte gracias por todas esas personas que un día, de modos muy diferentes, en momentos muy distintos y en lugares muy dispares, entraron a formar parte de mi vida, de modo especial por los buenos y buenas amigas, por los sacerdotes, religiosos y religiosas que has puesto en mi camino, por los muchos buenos educadores que he tenido la suerte de tener y por todas las personas que, de un modo u otro, me han ayudado a construirme, gracias por cada uno de ellos.
Señor Jesús, gracias por el nuevo día. Gracias por este amanecer de película, gracias por este frío, esta lluvia, esta nieve que nos visita. Gracias porque tenemos hoy la oportunidad de decirle a nuestra gente, a tanta gente, que los queremos con locura. Gracias por tanto amor desbordante hacia mí. Gracias por cada oportunidad, por cada viaje, por cada abrazo, por cada puesta de sol contemplada, por cada libro descubierto, por cada mirada posibilitante. Gracias por tantas y tantas personas que nos han precedido y nos han hecho ser lo que somos.
Por ellas te doy gracias y te pido hoy. Así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario