San Edmundo, sabías que volver a Inglaterra era morir. Sin embargo, obedeciste a tus superiores y terminaste teniendo una muerte horrible a causa de tu fe.
Oro para que no tenga que morir a causa de mi fe. Te pido que me des el coraje de hacer lo que tú has hecho, san Edmundo, si alguna vez me lo piden.
Sin embargo, sé que estoy llamado a morir a mí mismo todos los días. Tengo que morir a mi egoísmo. Tengo que morir a mi orgullo. Tengo que morir a mi egocentrismo. Debo morir a mi pecado.
Concédeme la fuerza para oponerme a estas fuerzas en mi vida, san Edmundo. Ruega por mí, para que sea valiente y fiel hasta el final, como tú. Intercede por mí para que pueda pasar esta prueba hasta que sea fácil. Recuérdame el sacrificio de Cristo por mí cuando sea tentado a ceder a la debilidad. ¡Y que mis sacrificios sean una forma de dar testimonio a los demás!
Por favor atiende mis intenciones:
(Indicar las intenciones)
¡Oh Señor, nadie ha sufrido más que Tú por la fe! Ayúdame a estar siempre agradecido por tu gran don en la cruz. Concédeme la gracia de hacer frente a los pecados por los que moriste para salvarme y poder amarte mejor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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