miércoles, 15 de enero de 2025

MIÉRCOLES I TIEMPO ORDINARIO C


Buenos días. El evangelio de san Marcos nos hace un resumen de la misión de Jesús en Galilea: predicar en las sinagogas y curar a los enfermos y así liberarnos del mal. Dios no se olvida de su promesa y tiende la mano a todos para que lo encuentre el que lo busca. Busquemos con fe la Salvación de Dios. Seamos buenos, confiemos siempre en Dios y alegrémonos de buscarlo.



Texto del Evangelio (Mc 1, 29-39): En aquel tiempo, Jesús, saliendo de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.
Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues lo conocían.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan». Él les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique, pues para eso he salido». Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.



“Todo el mundo te busca” (Mc 1, 29-39)

Que yo te busque hoy, Señor Jesús, en los hombres y mujeres con los que me cruce a lo largo del día, con sus alegrías y tristezas, con sus angustias y esperanzas, con sus deseos y contradicciones, con sus anhelos y sus proyectos.

Que yo te busque hoy, Señor Jesús, allí donde haya alguien que necesite ser escuchado, levantado, dignificado, allí donde alguien grite a gritos o desde la más absoluta afonía. Que te busque y en el servir a otros te encuentre.

Que yo te busque hoy, Señor Jesús, que vaya a tu encuentro, que me dedique 5 minutos a estar ante tu presencia, que guste tu Palabra, que ore pidiéndote que te busque sin descanso, a Ti y a tu voluntad.

Que yo te busque hoy, Señor Jesús, porque sin Ti qué sería mi vida, qué fundamentaría mi existencia, qué valor tendrían mis opciones, mis acciones y mis compromisos. 

Que yo te busque como Tú me buscas: sin condiciones, sin miedos, sin más intención que amar más y amar mejor, sin más objetivo que el sentir que me amas y que nunca me abandonas.

Señor Jesús, que te busque hoy. Afina mis sentidos y sintoniza mi corazón con el tuyo.

Así te lo pido. Así sea.







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