lunes, 25 de agosto de 2025

LUNES 21º TIEMPO ORDINARIO C


Buenos días. Es lunes y comenzamos el día con una invitación del Señor a amar a Dios con todo el corazón. Y así es como podemos contagiar la fe. Ayudar a vivir la fe a otros no es cuestión de hablar mucho, sino de ser nosotros más coherentes con nuestra vida de fe. Por eso, Jesús reprende a los fariseos y los llama hipócritas. Pidamos hoy al Señor amar cada día más y mejor, y así podremos ser perfectos como nuestro Padre del Cielo. Seamos buenos y confiemos en Dios, que ama a su pueblo.



1ª Lectura (1Tes 1, 1-5.8b-10): Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.

Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.


Salmo responsorial: 149

R/. El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles.


Versículo antes del Evangelio (Jn 10, 27): Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.



Texto del Evangelio (Mt 23, 13-22): En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: ‘Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!’ ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? Y también: ‘Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado’. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él».




Señor, dame luz y fuerza para descubrir y librarme del fariseo que llevo en mi corazón:

Critico a los avaros, pero yo comparto sólo unas migajas y vivo al límite de mis posibilidades económicas.

Critico a los que cierran las fronteras, pero yo cierro mi casa, mi cartera y mi corazón a los que me necesitan.

Critico a los violentos, pero mis palabras y mis gestos, en demasiadas ocasiones, son agresivos.

Critico a autoritarios, pero también yo decido sin consultar, sin valorar las consecuencias de lo que hago.

Critico a los caprichosos, pero yo justifico todos mis excesos y acabo consiguiendo todo lo que se me antoja.

Critico a los que no cumplen con sus responsabilidades, pero también yo me dejo llevar por la pereza.

Critico a los que se alaban a sí mismos, pero a veces también yo busco la manera de publicar mis grandezas.

Critico…

En fin, Señor, Tú sabes y yo sé que en demasiadas ocasiones critico a los demás los fallos que yo también cometo.

Señor, dame misericordia para comprender los errores de los demás y ayudarles a mejorar; dame humildad para reconocer mis errores, y determinación y paciencia para superarlos.

Así te lo pido. Así sea.












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