martes, 29 de julio de 2025
MARTES XVII T.O. C
Buenos días. Hoy celebramos la memoria de Marta, María y Lázaro, los amigos del Señor. Siempre hemos dicho que el Antiguo Testamento nos prepara para vivir y comprender el Nuevo Testamento. Hoy leemos que Moisés hablaba con Dios cara a cara, como un amigo. Así ocurre en el Evangelio de hoy. Marta y María se dirigen al Señor cara a cara y le expresan su dolor, su tristeza, pero también expresan la Fe. Dirán ante las palabras de Jesús "Yo soy la Resurrección y la vida. ¿Crees esto?". Y Marta y María responderán con fe: "Sí, Señor, creo que eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". Y esto lleva a la demostración de la Vida, Lázaro revive. Hoy se nos invita a hablar con Dios cara a cara, somos, por el bautismo, templo del Espíritu Santo, por eso podemos hablar cara a cara con Dios, pero necesitamos fe, para poder entender el lenguaje de Dios. Seamos buenos y confiemos en Dios, que como Padre siente ternura por sus hijos.
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo 33, 7-11; 34, 5b-9. 28
En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera, a distancia del campamento, y la llamó «Tienda del Encuentro». El que deseaba visitar al Señor, salía fuera del campamento y se dirigía a la Tienda del Encuentro. Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que este entraba en la tienda. En cuanto Moisés entraba en la tienda, la columna de nube bajaba y se detenía a la entrada de la tienda, mientras el Señor hablaba con Moisés. Cuando el pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se postraba cada uno a la entrada de su tienda.
El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después Moisés volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba del interior de la tienda. Moisés se quedó en la presencia del Señor, y pronunció su nombre.
El Señor pasó ante él proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad, que mantiene la clemencia hasta la milésima generación, que perdona la culpa, el delito y el pecado, pero no los deja impunes y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación». Moisés al momento se inclinó y se postró en tierra. Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de dura cerviz; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya». Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus cuarenta noches: sin comer pan ni beber agua; y escribió en las tablas las palabras de la alianza, las Diez Palabras.
Salmo 102, 6-7. 8-9. 10-11. 12-13 R/. El Señor es compasivo y misericordioso
Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección en el último día». Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?». Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
lunes, 28 de julio de 2025
ORACIÓN A SAN MELCHOR DE QUIRÓS
Sacerdote de Dios, misionero fervoroso, apóstol infatigable, mártir de la fe de Jesucristo, bienaventurado fray Melchor, me acerco a ti confiadamente impetrando tu ayuda en mi necesidad, tu consuelo en mi dolor, tu esfuerzo en mi desaliento. Tú que anduviste por caminos de humildad, quítame el espíritu de soberbia; tú que te entregaste a Dios tan generosamente, haz que desaparezca en mí el egoísmo. Haz que en Dios crea con la intensidad de tu fe y que a Dios sirva con el desinterés con que tú le serviste. Haz que arda en mí aquella caridad que te llevó a sufrir tan horrible y doloroso martirio. Si lo que te pido es para gloria de Dios, alabanza tuya y bien de mi alma, concédemelo; de lo contrario, dame conformidad, energía y entereza para sobrellevar mis sufrimientos y para cumplir en todo y siempre la voluntad de Dios. Amén.
(Hacer petición a san Melchor de Quirós)
Lunes XVII T.O. C
Buenos días. Que tengamos un gran día de lunes. La Iglesia hoy nos propone descubrir y vivir la fe. La primera lectura nos cuenta el pecado del pueblo de Israel: desconfiar de Dios y de su enviado Moisés. En el evangelio Cristo trata de que descubramos que la fe es algo que entra en nuestra vida, en nuestras almas de forma que casi no se nota, es como la semilla de mostaza que crece y da fruto o como la levadura que mezclada en la masa hace que todo fermente y crezca. Pidamos hoy a Dios que nos ayude a vivir con fe y confianza en Él. Seamos buenos y confiemos en Dios, porque es bueno, es eterna su misericordia.
1ª Lectura (Éx 32, 15-24.30-34): En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la escritura era escritura de Dios, grabada en las tablas. Al oír Josué el griterío del pueblo, dijo a Moisés: «Se oyen gritos de guerra en el campamento.» Contestó él: «No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo.» Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte. Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas. Moisés dijo a Aarón: «¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme pecado?» Contestó Aarón: «No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: "Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado." Yo les dije: "Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé"; yo lo eché al fuego, y salió este becerro».
Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo: «Habéis cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar vuestro pecado.» Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: «Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro.» El Señor respondió: «Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado».
Salmo responsorial: 105
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno.
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba.
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo.
Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio.
Versículo antes del Evangelio (Sant 1, 18): Aleluya. Por su propia voluntad el Padre nos engendró por medio del Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. Aleluya.
Señor, tengo entre mis dedos un grano de mostaza. Es pequeño, como una cabeza de alfiler. Parece insignificante. Si se hubiese perdido, nadie habría hecho problema, nadie se habría enterado. Es pequeño. Parece insignificante.
Descubierto en el suelo, es más fácil pisarlo que admirarse, más fácil despreciarlo que recogerlo como un pequeño tesoro. Es pequeño. Parece insignificante.
Aquí está, en mi mano. Solo. Sin embargo, bajo su piel tostada encierra un secreto de vida. En él hay un gran árbol dormido, en el que las aves podrán anidar y cuidar a sus polluelos.
Si cada uno sembramos nuestro grano, junto al del hermano… tendremos muchos árboles, un gran bosque que acogerá a una multitud de animales y de seres vivos.
Señor, ¿Y si este grano fuera el último que queda en el planeta, y yo el único responsable de cuidarlo?
¿Y si este fuese el último grano de mostaza que yo podré sembrar? ¿Qué voy a hacer con este grano?
¿Qué esperas de mí, Señor? ¡Di! ¿Lo encerraría en la urna de un empolvado museo, etiquetado con su nombre científico?
¿Lo ofrecería como alimento a un pájaro o a una hormiga? ¿Lo enterraría, mientras mi corazón reza por su futuro?
¿Lo sembraré? Sí. Lo importante es sembrar. Y confiar en la tierra que lo acoge y en Ti, Señor, que lo harás crecer. Sin que yo sepa cómo, tu fuerza lo convertirá en un árbol precioso.
Señor, el grano de mostaza que acojo en el cuenco de mi mano es mi sonrisa, mi tiempo, mi trabajo, mi alegría, mi fe, mi vida, mi amor.
Señor, dame generosidad para sembrar, para sembrarme. Dame paciencia, confianza y fe, para esperar los mejores frutos.
Así te lo pido. Así sea.
HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (248)
y le dedica a Dios la hora postrera.
Ya sé que, como a toda pecadora,
te dio por la virtud a última hora.
domingo, 27 de julio de 2025
VIDA Y MARTIRIO DEL BEATO ANDRÉS JIMÉNEZ GALERA
Beato ANDRÉS JIMÉNEZ GALERA (1904-1936)
Cuando el 23 de julio de 1936 fue asaltada la casa y detenidos todos sus moradores, don Andrés, sin lamentarse, se dedicó, junto con el director, a confortar los ánimos de los demás, exhortando a confiar en la Providencia y a aceptar cuanto el Señor quisiera disponer. Igual que los otros miembros de la comunidad, tras ser expulsados del colegio, don Andrés estuvo también deambulando durante varios días por las márgenes del Henares, en busca de cobijo.
El día 27 de julio, sorprendidos por un grupo de milicianos, serían llevados al palacio de los Marqueses de Heras, y de aquí al Gobierno Civil de Guadalajara. El gobernador ordenó seguidamente que fueran devueltos de nuevo a Mohernando, como detenidos. Pero en el camino de vuelta, un grupo de milicianos del madrileño centro de Ventas, que andaba por allí, requisó uno de los coches y, al conocer la identidad sacerdotal de uno de sus ocupantes, don Andrés, ordenaron que se dirigiera hacia la capital. Cuando los coches iban por el Km. 52 de la carretera de Madrid, próximo a Guadalajara, se pararon y les obligaron a bajar. En el cacheo le encontraron a don Andrés un crucifijo. Intentaron arrebatárselo, pero él no consintió. Entonces le ordenaron que cruzara la carretera y avanzara por una tierra en barbecho hacia el río Henares. No le dio tiempo a llegar. Ocho milicianos le dispararon por la espalda y el sacerdote cayó de bruces. Uno de los que le había disparado se adelantó hacia la víctima y al ver que todavía estaba vivo le disparó el tiro de gracia para rematarlo. No se logró averiguar el lugar donde fue inhumado su cuerpo.
DOMINGO XVII T.O. C
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 18, 20-32
En aquellos días, el Señor dijo: «El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré». Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor. Abrahán se acercó y le dijo: «¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?». El Señor contestó: «Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos». Abrahán respondió: «Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?». Respondió el Señor: «No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco». Abrahán insistió: «Quizá no se encuentren más que cuarenta». Él dijo: «En atención a los cuarenta, no lo haré». Abrahán siguió hablando: «Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?». Él contestó: «No lo haré, si encuentro allí treinta». Insistió Abrahán: «Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?». Respondió el Señor: «En atención a los veinte, no la destruiré». Abrahán continuó: «Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?». Contestó el Señor: «En atención a los diez, no la destruiré».
Salmo 137, 1-2a. 2bc-3. 6-7ab. 7c-8 R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Segunda lectura
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 2, 12-14
Hermanos: Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo y habéis resucitado con él, por la fe en la fuerza de Dios que lo resucitó de los muertos. Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él. Canceló la nota de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándola en la cruz.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 1-13
sábado, 26 de julio de 2025
SÁBADO XVI T.O. C - SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo 24,3-8:
En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todas las palabras del Señor y todos sus decretos; y el pueblo contestó con voz unánime: «Cumpliremos todas las palabras que ha dicho el Señor». Moisés escribió todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes de los hijos de Israel ofrecer al Señor holocaustos e inmolar novillos como sacrificios de comunión. Tomó Moisés la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después tomó el documento de la alianza y se lo leyó en voz alta al pueblo, el cual respondió: «Haremos todo lo que ha dicho el Señor y le obedeceremos». Entonces Moisés tomó la sangre y roció al pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha concertado con vosotros, de acuerdo con todas estas palabras».
Salmo 49 R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 24-30
CANTAR DEL PUEBLO 175 (AUGUSTO FERRÁN)
que volvías a quererme,
y he pasado todo el día
viendo que los sueños mienten.
Y así dormido o despierto
lo mismo he visto cien veces
hasta que al fin he soñado
la verdad: que no me quieres.
viernes, 25 de julio de 2025
SOLEMNIDAD DE SANTIAGO, APÓSTOL
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27b-33; 12, 2
En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Por mano de los apóstoles se realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Todos se reunían con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón. Les hicieron comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: «¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre». Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen». Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos. El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.
Salmo 66, 2-3. 5. 7-8 R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda». Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: «Podemos». Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».
CANTAR DEL PUEBLO 174 (AUGUSTO FERRÁN)
que no sé lo que me pasa;
creo que se me han subido
a la cabeza tus lágrimas.
jueves, 24 de julio de 2025
ORACIÓN A SANTA CRISTINA DE BOLSENA (3)
Querida santa Cristina, te invoco con todo mi corazón. Por favor, ayúdame en esta situación difícil por la que estoy pasando. Sé que puedes interceder ante Dios en mi favor y ayudarme a superar este momento.
Tengo fe en que, con tu ayuda, todo va a salir bien. Me siento muy angustiado y preocupado, pero sé que, si me dirijo a ti con fe, me ayudarás.
Recibo con gratitud toda la ayuda que me puedas brindar y te prometo ser una mejor persona, más caritativa y comprensiva. Amén.
JUEVES XVI T.O. C
Buenos días. Hoy jueves por la tarde celebramos la solemnidad del Patrón de España Santiago el Mayor. Pero las lecturas de hoy jueves por la mañana nos hablan de un Dios que quiere mantener un lenguaje cercano a nosotros, y por eso en la primera lectura desciende para hablar cara a cara con Moisés y utilizarlo como mediador; y en el Evangelio Dios ha descendido en Jesús y habla directamente a los hombres con el lenguaje de las parábolas para que puedan ver y entender. Dios quiere que limpiemos nuestros ojos, oídos y corazón para que podamos interiorizar el mensaje del Reino de Dios. Pero cuidado porque no hay peor sordo que el que no quiere oír. Dios sigue hablando y ahora nos habla directamente a nuestros corazones, pero si no eliminamos las interferencias del mundo no podremos escucharlo. Seamos buenos, confiemos en Dios y escuchemos atentamente su Palabra.
1ª Lectura (Éx 19, 1-2.9-11.16-20b): Aquel día, a los tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí: saliendo de Rafidín, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente al monte.
El Señor dijo a Moisés: «Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante». Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho. Y el Señor le dijo: «Vuelve a tu pueblo, purifícalos hoy y mañana, que se laven la ropa y estén preparados para pasado mañana; pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo».
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña.
Salmo responsorial: Dn 3
R/. A Ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre, santo y glorioso.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria.
Bendito eres sobre el trono de tu reino.
Bendito eres Tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos.
Bendito eres en la bóveda del cielo.
Versículo antes del Evangelio (Cf. Mt 11, 25): Aleluya. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has descubierto los misterios del Reino a los niños. Aleluya.
Texto del Evangelio (Mt 13, 10-17): En aquel tiempo, acercándose los discípulos dijeron a Jesús: «¿Por qué les hablas en parábolas?». Él les respondió: «Es que a vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene se le dará y le sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. En ellos se cumple la profecía de Isaías: ‘Oír, oiréis, pero no entenderéis, mirar, miraréis, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se conviertan, y yo los sane’. ¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Pues os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».