Narcisa de Jesús, mujer de nuestro pueblo, que hiciste de la oración, la penitencia y el trabajo un instrumento de santificación, enséñanos que la caridad es el camino de santidad y de unión con el Señor.
Tú supiste amar y sacrificarte por los tuyos. Tú supiste contemplar a Dios en las cosas sencillas de la vida. Muéstranos el amor del Padre celestial para vivir con alegría la amistad en la familia, con los enfermos y necesitados.
Narcisa de Jesús, amiga de todos y servidora de los pobres, ruega por nosotros. Amén.
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