Señor Dios, nuestro Padre más clemente, en tu bondad buscaste con singular predilección a santa Clélia y con la abundancia de tus gracias y carismas del Espíritu Santo la preparaste para ser virgen, y muy joven virgen fue la madre espiritual de una gran familia de Hijas, y que con humildad y sacrificio sirvió a Jesús en la gente de los hermanos más humildes y sufrientes.
Te bendecimos, Santo Padre, por esta efusión de tu generosidad. Por intercesión de la Madre Clélia te pedimos ... (hacer la petición) y ese espíritu de caridad y servicio, que el Señor Jesús nos dejó como el objeto de su nuevo mandamiento y una señal indudable de nuestra genuina adhesión al Evangelio.
Escucha, oh Padre, nuestra humilde oración, que te ofrecemos a través de Cristo, tu Hijo y nuestro Señor, en el Espíritu Santo. Amén.
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