Oh glorioso san Román, mártir de Cristo, que por tu fe derramaste tu sangre, intercede por nosotros ante el Padre celestial. A ejemplo tuyo, que supiste mantenerte firme en la fe hasta el final, concédenos la gracia de soportar las adversidades con valentía y de caminar siempre hacia ti, fuente de toda vida. Ayúdanos a superar las dificultades y tentaciones que se nos presenten, y a perseverar en la práctica de las virtudes cristianas. Que tu ejemplo nos inspire a vivir con fervor nuestra fe y a dar testimonio de Cristo en el mundo. Te pedimos, oh san Román, que ruegues por nosotros al Señor para que nos conceda la gracia de la perseverancia final y la vida eterna. Amén.
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