viernes, 8 de agosto de 2025

VIERNES 18º TIEMPO ORDINARIO C


Buenos días. Feliz Viernes. Hoy las lecturas nos invitan a descubrir las maravillas que Dios hace en nuestras vidas. Moisés recuerda al pueblo todo lo que ha hecho por ellos desde que salieron de la esclavitud. Y en el evangelio Jesús nos recuerda que seguir a Cristo es aceptar y vivir la vida con lo bueno y lo malo, pero con la confianza de que seguir a Jesús significa encontrar la Verdad, el Camino y la Vida. Seguir a Cristo significa llegar a la Gloria. Ojalá descubramos día a día los regalos que Dios nos da. Seamos buenos y confiemos en Dios, que hace maravillas en nosotros.



1ª Lectura (Dt 4, 32-40): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la Tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como esta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Te lo han hecho ver para que reconozcas que el Señor es Dios, y no hay otro fuera de él. Desde el cielo hizo resonar su voz para enseñarte, en la Tierra te mostró aquel gran fuego, y oíste sus palabras que salían del fuego. Porque amó a tus padres y después eligió a su descendencia, él en persona te sacó de Egipto con gran fuerza, para desposeer ante ti a pueblos más grandes y fuertes que tú, para traerte y darte sus tierras en heredad, cosa que hoy es un hecho. Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre».


Salmo responsorial: 76

R/. Recuerdo las proezas del Señor.

Recuerdo las proezas del Señor; sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus obras y considero tus hazañas.

Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos.

Con tu brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. Guiabas a tu pueblo, como a un rebaño, por la mano de Moisés y de Aarón.


Versículo antes del Evangelio (Mt 5, 10): Aleluya. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. Aleluya.



Texto del Evangelio (Mt 16, 24-28): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino».




Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo, y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida. Tenemos seguros por todas partes para evitar los riesgos. Y sobre todo está la cobardía...

Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla; gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un favor al que no lo va a devolver; gastar la vida es lanzarse aun al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en bien del prójimo. Somos antorchas y sólo tenemos sentido cuando nos quemamos; sólo entonces seremos luz.

Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace evitar el sacrificio y buscar la seguridad. Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos y falsa teatralidad. La vida se da sencillamente, sin publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a su bebé, como el sudor humilde del sembrador. 

Entrénanos, ayúdanos a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el vacío, porque Tú estás esperando en la noche, dispuesto de devolvernos la vida multiplicada.

Así te lo pido. Así sea.











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