Buenos días. Hoy celebramos la Solemnidad de la Asunción de María. Esta fiesta nos lleva a descubrir la promesa de Dios: el Cielo. Los cristianos celebramos que María, madre de Cristo, ya goza en cuerpo y alma de esta alegría. Por eso hoy las lecturas nos permiten descubrir el misterio de la resurrección. Pablo nos enseña que Cristo es la primicia y si por Adán todos quedamos apartados de Dios, por Cristo Jesús todos podemos entrar en el Cielo. María es el modelo servicial, humilde y de fe firme en Dios. Se fía de Dios y se pone en camino para servir, lleva a Dios mismo, Ella es la nueva arca de la Alianza y tiene que estar presente donde la necesitan, porque la Madre nos trae a Dios. Pidamos a Dios ser como María y llegar un día como Ella a la gloria de la resurrección. Seamos buenos y confiemos en Dios.
1ª Lectura (Ap 11, 19; 12, 1.3-6.10): Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de su alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Apareció otra señal en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las estrellas, arrojándolas a la Tierra. El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse el niño en cuanto naciera. Dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al niño y lo llevaron junto al trono de Dios. La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios. Se oyó una gran voz en el cielo: «Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo».
Salmo responsorial: 44
R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.
Hijas de reyes salen a tu encuentro, de pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.
Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna; prendado está el rey de tu belleza: póstrate ante él, que él es tu señor.
Las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real.
2ª Lectura (1Cor 15, 20-27): Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies.
Versículo antes del Evangelio: Aleluya. María ha sido asunta al cielo: alégrese el ejército de los ángeles. Aleluya.
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