Oh Dios, refugio providente de los que sufren; escucha la oración que te dirigimos por ellos. Serena y conforta a los enfermos, a los ancianos y a los moribundos. Da a los que les cuidan sabiduría y paciencia, tacto y compasión. Inspírales los gestos que dan alivio, las palabras que iluminan y el amor que conforta. Te encomendamos los corazones desalentados, en rebeldía, desgarrados por la tentación, atormentados por la pasión, heridos o profanados por la maldad de los hombres. Pon dentro de nosotros, Señor, tu Espíritu de amor, de comprensión, de sacrificio, para que llevemos ayuda eficaz a todos aquellos que encontramos en nuestro camino sufriendo. Ayúdanos a responder a su llamada: es la tuya. Amén.
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