miércoles, 16 de diciembre de 2015

SÚPLICA A MARÍA SANTÍSIMA

    Inmaculada Virgen y Madre mía, María Santísima: a Ti que eres la Madre de mi Salvador, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza y el refugio de los pecadores, recurro en este día yo, que soy el más miserable de todos. ¡Te adoro, oh gran Reina! y humildemente te agradezco todas las gracias y mercedes que hasta ahora me has hecho, especialmente la de haberme librado del infierno, tantas veces merecido por mis pecados: te amo, Señora amabilísima, y por el amor que te tengo, propongo siempre servirte y hacer todo lo posible para que de todos seas servida. En Ti, ¡oh Madre de misericordia! después de mi Señor Jesucristo, pongo todas mis esperanzas; admíteme por tu siervo y defiéndeme con tu protección; y ya que eres tan poderosa para con Dios, líbrame de todas las tentaciones y alcánzame gracia para vencerlas hasta la muerte. Te pido un verdadero amor para con mi Señor Jesucristo: y por Ti espero alcanzar una buena muerte. ¡Oh Señora y Madre mía! por el gran amor que tienes a Dios, te ruego que siempre me ayudes; pero mucho más en el último momento de mi vida, no me desampares hasta verme salvo en el cielo, alabándote y cantando tus misericordias por toda la eternidad. Amén.

ORACIÓN DE SAN ANDRÉS CRETENSE A LA VIRGEN MARÍA

   
Te adoro, ¡oh llena de gracia!, el Señor es contigo. Te adoro, ¡oh instrumento de nuestra alegría!, por el cual en tu Hijo la sentencia de nuestra condenación se rasgó y mudó en juicio de bendición. Te adoro, ¡oh templo de la gloria de Dios!, casa sagrada del Rey del cielo. Tú eres en Jesucristo la reconciliación de Dios con los hombres. Te adoro, ¡oh Madre de nuestra alegría!, en verdad Tú eres bendita porque solo Tú entre todas las mujeres fuiste digna de ser Madre de nuestro Criador: todas las naciones te llaman bienaventurada, ¡oh María! Si pongo mi confianza en Ti alcanzaré los medios de mi salvación. Si estuviere debajo de tu protección nada temeré, porque ser tu devoto es un escudo impenetrable a los asaltos de mis enemigos.
    ¡Oh Madre de misericordia, aplaca a tu Hijo! Sí, a Ti, que estás en lo más alto del cielo, todo el mundo reconoce como propiciatorio común de todas las gentes. Nosotros te rogamos, ¡oh Virgen Santísima!, nos concedas el socorro de tus súplicas delante de Dios; súplicas que son más estimables y más preciosas que todos los tesoros de la tierra; súplicas que obligan a Dios a perdonarnos nuestros pecados, y nos alcanzan una gran abundancia de gracias; súplicas que ahuyentan a nuestros enemigos, confunden sus designios y triunfan de sus ardientes esfuerzos.

martes, 15 de diciembre de 2015

BENDICIÓN DEL PESEBRE Y DEL ÁRBOL DE NAVIDAD

El pesebre es una tradición cristiana que consiste en recordar el nacimiento de Jesús. Es un signo de fe en Dios, que en Belén "vino a habitar entre nosotros" (Jn 1, 14).
Reunidos junto al pesebre contemplamos a la Sagrada Familia y a quienes la acompañan: los pastores, los Magos de Oriente, los habitantes de la región, y todo su contexto: las casas, los animales, la naturaleza.
Oremos: Oh Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu único Hijo, Jesús, nacido de la Virgen María, para salvarnos y llevarnos de nuevo a Ti, te pedimos que con tu bendición estas imágenes del nacimiento nos ayuden a celebrar la Navidad con alegría y a reconocer en nosotros y en todos los que necesitan muestro amor la presencia de Cristo.

El árbol de Navidad evoca el pino que durante la estación de invierno permanece siempre verde, convirtiéndose en signo de la vida que no muere. Este símbolo de nuestra tradición navideña nos trae a la memoria el árbol de la vida, representación de Cristo, don supremo de Dios a la humanidad, y las luces que lo adornan nos recuerdan que Jesús es la Luz del mundo y nosotros reflejo de esa luz.

Reunidos en torno al árbol de Navidad adornado con luces, junto al pesebre, contemplamos que con el nacimiento de Jesús florece de nuevo el árbol de la vida que nutre continuamente a la humanidad.
Oremos: Bendito seas, Señor y Padre nuestro, que nos concedes recordar con fe en estos días de Navidad los misterios del nacimiento de Jesucristo. Concédenos a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces vivir también a la luz de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia.


Gloria a Él por cada momento que nos acompaña en nuestra historia. Amén.

jueves, 10 de diciembre de 2015

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NAVIDAD

    Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
    Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.  

lunes, 7 de diciembre de 2015

EL SURICATO Y EL HIPOPÓTAMO

Había una vez un suricato muy pequeño que apenas comía nada porque el resto de los suricatos, más grandes que él, llegaban a toda la comida y él  no podía alcanzarla. Un día buscó un hipopótamo y se hizo su amigo. A partir de entonces se subía al lomo del hipopótamo y podía alcanzar toda la comida que quería.
-¿Y qué ganaba el hipopótamo con ello?
-El hipopótamo ganó un amigo.


viernes, 4 de diciembre de 2015

ORACIÓN DE SAN EFRÉN A LA INMACULADA VIRGEN MARÍA

   ¡Oh inmaculada, oh enteramente pura Virgen María, Madre de Dios! Vos sois superior a todos los santos; sois la esperanza de los pecadores después de vuestro Hijo Jesucristo, y la alegría de los justos. Por vuestra mediación somos reconciliados con Dios. ¡Oh gran Princesa! cubridnos con las alas de vuestra misericordia, tened piedad de nosotros, y pues nos hemos entregado a vuestro servicio y consagrado a vuestro obsequio, admitidnos en el número de vuestros siervos, y no permitáis que Lucifer nos arrastre al infierno. ¡Oh Virgen inmaculada! nosotros nos acogemos a la sombra de vuestra protección, y por eso con una filial confianza os rogamos detengáis con vuestras súplicas la ira de vuestro Hijo, provocado de nuestros pecados, para que no nos desampare y abandone al poder del demonio nuestro enemigo.
   ¡Oh Reina del universo y señora nuestra! Vos sois la más poderosa abogada de los pecadores, después de Jesucristo, que es nuestro principal abogado para con el Padre: Vos sois en el mismo Señor el puerto seguro de los que naufragan: sois la consolación del mundo, el rescate de los cautivos, la alegría de los enfermos, la recreación de los afligidos, el refugio de toda la tierra. ¡Oh llena de gracia! alumbrad mi entendimiento. Soltad mi lengua para cantar vuestros loores, principalmente la Salutación angélica tan digna de Vos. Os adoro, oh paz, oh salvación, oh consolación de todo el mundo. Os adoro, paraíso de delicias, fuente de gracias, medianera entre Dios y los hombres. 

lunes, 30 de noviembre de 2015

EL MILAGRO DE LA TRANSUBSTANCIACIÓN

(Extraído del Catecismo de la Iglesia católica de 1992)

En el santísimo sacramento de la Eucaristía están contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo y, por consiguiente, Cristo entero. Esta presencia se denomina "real" porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente.
Mediante la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre, Cristo se hace presente en este sacramento. Por la consagración del pan y del vino se opera el cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio transubstanciación.
La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas. Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo.
En la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino, entre otras maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en señal de adoración al Señor.
En su presencia eucarística permanece misteriosamente en medio de nosotros como quien nos amó y se entregó por nosotros, y se queda bajo los signos que expresan y comunican este amor.
La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo no se conoce por los sentidos, sino solo por la fe, la cual se apoya en la autoridad de Dios.

domingo, 29 de noviembre de 2015

NOVENA A LA BEATA NAZARIA IGNACIA MARCH, FUNDADORA DE LAS MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIA

   
Oh Santísima Trinidad, que infundiste el amor a la Santa Iglesia en el corazón de la beata Nazaria Ignacia y le inspiraste la fundación de un Instituto misionero, concédenos por su intercesión la gracia que pedimos...
(Pídase la gracia que se desea obtener).
Así mismo, concédenos que amando y siguiendo a Cristo, cooperemos con la Iglesia en su obra de predicar el Evangelio a toda criatura.
Todo esto te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria).

Beata Nazaria Ignacia, ruega por nosotros.

SÚPLICA A JESÚS NAZARENO

   Oh Jesús Nazareno, brazo fuerte y protector mío, no me abandones en tan duro trance, protege y ampara mi alma abatida y llena de amor por Ti, ya que eres brazo fuerte y poderoso y todo lo sabes y puedes.
   Jesús de mi alma, Jesús crucificado, Espejo de luz, ven a mí con tu corona de espinas, con tu costado abierto y con soga en tu cintura.
   Jesús mío crucificado, haz que tus ojos me vean, haz que tus oídos escuchen lo que te pido.

(Hacer la petición y rezar tres Credos).

martes, 17 de noviembre de 2015

ORACIÓN DE JUAN PABLO II A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ (COLOMBIA, 1986)



Oh Virgen, bella flor de nuestra tierra,
envuelta en luz del patrio pabellón,
eres tú nuestra gloria y fortaleza,
madre nuestra y de Dios.
En burda tela avivas tu figura con resplandor de lumbre celestial,
dando a tus hijos la graciosa prenda de la vida inmortal.
Orna tus sienes singular corona de gemas que ofreciera la nación,
símbolo fiel del entrañable afecto y del filial amor.
A ti te cantan armoniosas voces y te aclaman por Reina nacional
y el pueblo entero jubiloso ofrenda el don de su piedad.
Furiosas olas a la pobre nave contra escollos pretenden azotar;
tu cetro extiende y bondadosa calma las olas de la mar.
Brote la tierra perfumadas flores que rindan culto a tu sagrado altar;
prodiga siempre a la querida patria los dones de la paz.
A Ti, Jesús, el Rey de las naciones, a quien proclama el corazón por Rey,
y al Padre y Padre y al Espíritu se rinda gloria, honor y poder.
Amén.
Reina y Madre de Colombia, te corona nuestro amor;
Virgen Santa del Rosario, protege al pueblo y nación.
El santuario provinciano redunda en gracia y piedad,
es centro de romerías, centro de culto filial.
Dichosa la tierra amada que goza de tu favor,
irradia, Madre, en tus hijos de tu imagen el fulgor.
Concurre el fiel a tu templo para ofrecer tu oblación;
por cánticos y valles se oyen sus cánticos y oración.
Gloria a Ti, Jesús, nacido de la Madre virginal; al Espíritu y al Padre se rinda gloria inmortal.
Amén.

domingo, 15 de noviembre de 2015

ORACIÓN POR LAS VÍCTIMAS DEL ATAQUE TERRORISTA EN PARÍS


Dios todopoderoso y eterno, de infinita misericordia y bondad, con el corazón apesadumbrado acudimos a Ti. Escucha nuestra oración, ten misericordia de nosotros, atiende las súplicas de quienes te invocan en esta hora de tribulación y prueba. Te pedimos, Dios de la vida, por las víctimas mortales del ataque terrorista en París. Son hijos tuyos, son hermanos nuestros. Nunca debían haber muerto en esas circunstancias. Padre nuestro, acógelos en tu seno. Atiende nuestra oración, Dios de la salud, por los heridos de esta masacre. Sana sus heridas, fortalece sus corazones, llénalos de tu gracia y de tu paz. Visita, Dios consolador, a los familiares de las víctimas. Son también inocentes. Reviste con tu manto de misericordia y de amor las llagas de su corazón y de su alma ateridos.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Salud de los enfermos, Consoladora de los afligidos, Reina de la Paz y de las familias. Ruega por nosotros. Amén. 



sábado, 14 de noviembre de 2015

LETANÍAS A LA DIVINA MISERICORDIA

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios verdadero, ten piedad de nosotros.

Después de cada invocación se dice:   "En Ti confío".                        
"Misericordia Divina, que brota del seno del Padre.  Misericordia Divina, supremo atributo de Dios.  Misericordia Divina, misterio incomprensible.  Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad.
Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico.
Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad.
Misericordia Divina, más sublime que los cielos.
Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas.
Misericordia Divina, que abarca todo el universo.
Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado.
Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús.
Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores.
Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia.
Misericordia Divina, en la institución de la Santa Iglesia.
Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo.
Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo.
Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida.
Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte.
Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal.
Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida.
Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal.
Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos.
Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios.
Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria.
Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite.
Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia.
Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus manos.
Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios.
Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos.
Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados.
Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas.
Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas.
Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida ya toda esperanza".
                                                                          

V.  Las Misericordias de Dios son más grandes que todas sus obras.
R.  Por eso cantaré las Misericordias de Dios para siempre.

ORACIÓN

"Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos. Amén"

jueves, 5 de noviembre de 2015

LETANÍAS DE LA SAGRADA FAMILIA


Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre, que estás en los cielos, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Trinidad santísima, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Jesús, salvador del mundo, ten piedad de nosotros.
Jesús, hijo de María, nuestro amable hermano, ten piedad de nosotros.
Jesús, tesoro y delicias de la Sagrada Familia, ten piedad de nosotros.
Santa María, Reina de los cielos, ruega por nosotros.
Santa María, madre de Jesús y nuestra cara madre, ruega por nosotros.
Santa María, ornamento y gozo de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
San José, padre putativo de Jesús, ruega por nosotros.
San José, casto esposo de María, ruega por nosotros.
San José, guía y apoyo de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
Sagrada Familia, bajo la protección de la cual nos hemos consagrado a Dios, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, que hemos tomado por modelo, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, querida del Padre Celestial, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, conducida por el Espíritu Santo, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, santificada por la presencia del Hijo de Dios, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, resplandeciente a los ojos del Eterno, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, terror del infierno, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, asilo de todas las virtudes, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, santuario de la Divinidad, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, tabernáculo de Dios vivo, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, oscura e ignorada sobre la Tierra, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, pobre y laboriosa, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, humilde y penitente, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, modelo de paciencia y de resignación, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, gloriosa en las tribulaciones, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, venerada de los pastores, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, honrada por los Magos, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, por Herodes perseguida, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, por los judíos despreciada, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, admiración de los patriarcas, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, de los ángeles respetada, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, ejemplo de todos los Santos, estad siempre con nosotros.
Sagrada Familia, decoro de la celestial Jerusalén, estad siempre con nosotros.
Sednos propicia, os lo rogamos, oídnos.
Socorrednos en todos los peligros de alma y cuerpo, os lo rogamos, oídnos.
Sed nuestro refugio contra los males que nos aquejan, os lo rogamos, oídnos.
Sed nuestra fuerza en los combates y pruebas, os lo rogamos, oídnos.
Sednos un muro contra los ataques del enemigo de nuestra salud, os lo rogamos, oídnos.
Sed nuestra esperanza en nuestra vida y nuestro consuelo en la hora de la muerte, os lo rogamos, oídnos.
Sed la poderosa protectora de aquellos que os invocan con una verdadera confianza, os lo rogamos, oídnos.
Sed la mediadora de aquellos que mueren en el Señor y la abogada de los pecadores acerca del Soberano Juez, os lo rogamos, oídnos.
Sed la libertadora de las almas detenidas en el purgatorio y la salud de aquellos que esperan en vos, os lo rogamos, oídnos.
Sed siempre el sostén de los débiles y la ayuda de los imperfectos, os lo rogamos, oídnos.
Sed siempre la protectora de nuestra Sociedad, os lo rogamos, oídnos.
Sed siempre el espejo de los justos y el tesoro de los fieles, os lo rogamos, oídnos.
Sed siempre la consoladora de los afligidos y el refugio de los verdaderos cristianos, os lo rogamos, oídnos.
Sed siempre el apoyo y la defensa de aquellos que se han consagrado a vuestro servicio, os lo rogamos, oídnos.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, oh Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, oh Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
V. Sagrada Familia, sed glorificada en todos los siglos.
R. Reinad para siempre en todos los corazones.

                                                         ORACIÓN
Divino Salvador, bendice todas nuestras obras; recompensa de una manera digna de Ti a todos los que contribuyen a su suceso. Concede la paz y la vida eterna a nuestros hermanos y hermanas que han muerto. Concede también a tus fieles y siervos sobre la tierra las gracias que les son necesarias para la conversión de los pecadores, la santificación de los justos y aumento de tu Sagrada Familia, a fin de que seas conocido y glorificado de todas las criaturas con María y José; y a fin de que reines en todos los corazones ahora y siempre, oh Tú que vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.


ORACIÓN A SAN MARTÍN DE PORRES


Señor Nuestro Jesucristo, que dijiste "pedid y recibiréis", humildemente te suplicamos que, por la intercesión de san Martín de Porres, escuches nuestros ruegos.
Renueva, te suplicamos, los milagros que por su intercesión durante su vida realizaste, y concédenos la gracia que te pedimos si es para bien de nuestra alma. Así sea.
__________

PARA PEDIR UN FAVOR 

En esta necesidad y pena que me agobia acudo a ti, mi protector san Martín de Porres. Quiero sentir tu poderosa intercesión. Tú, que viviste solo para Dios y para tus hermanos, que tan solícito fuiste en socorrer a los necesitados, escucha a quienes admiramos tus virtudes. Confío en tu poderoso valimiento para que, intercediendo ante el Dios de bondad, me sean perdonados mis pecados y me vea libre de males y desgracias. Alcánzame tu espíritu de caridad y servicio para que amorosamente te sirva entregado a mis hermanos y a hacer el bien. Padre celestial, por los méritos de tu fiel siervo san Martín, ayúdame en mis problemas y no permitas que quede confundida mi esperanza. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

domingo, 25 de octubre de 2015

DIVINOS MISTERIOS Y RITOS DEL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA

    El venerable sacrificio de la Misa es una representación y reiteración del sacrificio del Calvario que Jesucristo instituyó en la noche antes de su sagrada pasión y muerte para recordar a todos el amor inmenso con que murió por los hombres en el patíbulo de la Cruz. Este perpetuo y adorable sacrificio es el alma de nuestra religión, es el gran pacto de alianza entre Dios y los hombres y el único holocausto de la ley de gracia que ha de durar hasta la consumación de los tiempos. Cuando cese el sacrificio de la Misa, habrá llegado el fin del mundo.
    Todas las cosas de este divino sacrificio tienen sublime y misteriosa significación.
    El altar representa el monte Calvario donde el Salvador del mundo consumó el gran misterio de nuestra Redención. Es en el altar donde Jesús es crucificado y donde resucita como primicia del rescate de nuestro cuerpo, alma y espíritu. Por lo tanto, el altar también es la representación de Jesús resucitado.
    El altar es el centro de la celebración eucarística de la Misa. Por eso se saluda al altar en diversas ocasiones o cuando se pasa delante de él, ya sea para trasladadarse en el Templo, para proclamar alguna lectura bíblica, etc. Es besado por los sacerdotes y diáconos al comenzar la celebración litúrgica, y por quien preside al finalizar.
    El crucifijo que se levanta sobre el altar o a su lado y mirando al Pueblo nos dice que allí se representa y renueva el sacrificio de la cruz, que Jesús dio su vida por nosotros y que vamos a resucitar como Él.
    Los cirios encendidos no solo sirven de esplendor, sino que también significan la luz de Cristo, que alumbró a los hombres sentados en tinieblas y sombras de muerte.
    El misal, donde lee el sacerdote las oraciones y los Evangelios, representa el sagrado depósito de la verdadera fe y piedad cristiana que Cristo confió a su Iglesia.
    El cáliz y la patena son vasos sagrados y preciosos que representan la limpieza y santidad de los fieles que han de recibir el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
    El pan y el vino, los alimentos más conocidos, significan que la Sagrada Eucaristía es el verdadero y divino alimento de nuestras almas.
    Son también misteriosos recuerdos de la Pasión del Señor todas las vestiduras sacerdotales.
    El amito representa aquel lienzo o pañuelo con que los sayones cubrieron el rostro de Jesucristo cuando le daban bofetadas, diciéndole "adivina quién te hirió".
    El alba significa la vestidura blanca que le puso Herodes cuando le hizo pasar como hombre loco.
    El cíngulo representa la cuerda con que fue atado el Señor cuando le prendieron en el huerto de Getsemaní y le llevaron preso a diversos tribunales de Jerusalén.
    El manípulo nos recuerda los cordeles con que le ataron a la columna cuando en el pretorio de Pilatos fue inhumanamente azotado.
    La estola significa la soga que le echaron al cuello cuando llevó la cruz a cuestas en el camino del Calvario.
   La casulla significa la púrpura que le pusieron los soldados cuando le coronaron como Rey de burlas y también la túnica ensangrentada de la que le desnudaron para clavarle en la cruz.

    Sobre los ritos de la misa los más frecuentes son:
    La señal de la cruz la hace el sacerdote unas veces para bendecir las cosas que usa en el santo sacrificio y otras veces sobre la hostia y el cáliz ya consagrados porque allí está presente la misma Víctima sacrosanta que fue inmolada en la cruz por nuestros pecados.
    La genuflexión la hace el sacerdote como reverencia a la divina Majestad de Jesucristo que tiene ya presente desde el momento solemne de la Consagración.
    La elevación de los ojos al cielo la hace el sacerdote imitando a nuestro Señor, que estando clavado en la cruz levantó los ojos a su Eterno Padre para rogar por los mismos que le estaban crucificando.
    La unión de las manos la hace el sacerdote en algún paso de la Misa que pide una gran devoción y recogimiento. 
    El beso al altar u a otros objetos sagrados lo hace el sacerdote manifestando así su amor y gran aprecio de todas las cosas que sirven al divino sacrificio o representan de algún modo tan augusto Misterio.

EL PERRO FIEL


Una pareja de jóvenes llevaba varios años casados y no habían podido tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro y lo querían como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso perro; salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.
Después de siete años de tener al perro, la pareja logró tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones con el perro. Este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebé y ya no era el perro tan cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
Un día la pareja dejó al bebé plácidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a tomar café. Cuál no sería su sorpresa cuando se dirigieron al cuarto del bebé y vieron al perro por el pasillo con la boca terriblemente ensangrentada, moviéndoles la cola. El dueño del perro pensó lo peor, sacó un arma y en el acto mató al perro. Corrió al cuarto del bebé y encontró en el suelo una gran serpiente venenosa degollada. El dueño comenzó a llorar y exclamó: ¡He matado a mi perro fiel!
¿Cuántas veces hemos juzgado injustamente a las personas? Y lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento, cuáles son sus pensamientos y sentimientos. Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario. La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien recordemos la historia del perro fiel, así aprenderemos a no levantar falsos juicios de condena contra una persona hasta el punto de poder llegar a dañar su imagen ante los demás.

domingo, 18 de octubre de 2015

EPÍCLESIS DE CONSAGRACIÓN Y DE COMUNIÓN


La Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones que han presentado los hombres queden consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión sea para salvación de quienes la reciban.

EPÍCLESIS DE CONSAGRACIÓN


El sacerdote, imponiendo sus manos sobre las ofrendas, pide al Espíritu Santo que, así como obró la encarnación del Hijo en el seno de la Virgen María, descienda ahora sobre el pan y el vino, y realice la transubstanciación de estos dones ofrecidos en sacrificio, convirtiéndolos en cuerpo y sangre del mismo Cristo: 
"Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas las criaturas... Por eso, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos preparado para Ti, de manera que sean cuerpo y sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro”.


EPÍCLESIS DE COMUNIÓN


Esta invocación pide al Espíritu divino que realice el Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia: «Para que, fortalecidos con el cuerpo y la sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu. Que Él (el Espíritu Santo) nos transforme en ofrenda permanente”. 

lunes, 12 de octubre de 2015

PECOS BILL









                            

DEPRECACIONES A JESÚS CRUCIFICADO PARA QUE POR SU PASIÓN Y MUERTE NOS LIBRE DE LA MUERTE ETERNA

    He considerado, Señor, la morada que creó tu ira omnipotente, para castigar la rebeldía de los ángeles y de los hombres; y asombrado, confuso y lleno de terror me arrojo a los pies de tu santa cruz, implorando tu misericordia infinita para que me libre de caer en los espantosos tormentos del infierno.
    De aquellas tinieblas oscurísimas en que yacen sepultados los réprobos, y de aquella noche lóbrega y sempiterna: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquel perpetuo llanto y crujir de dientes, con que se lastiman los condenados, heridos por el rayo de tu justicia omnipotente: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquel gusano roedor de la conciencia que siempre estará devorando las entrañas de lo réprobos, recordándoles la causa de su eterna condenación: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquella mala compañía de los demonios atormentadores, y de aquella maldecida sociedad de todos los réprobos: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquella horrible lamentación, que resuena perpetuamente en la espantosa cárcel de tu eterna justicia, donde todos se maldicen y te maldicen a Ti con infernales blasfemias: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquella furiosa desesperación con que padecen los condenados, encerrados para siempre en los abismos: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquellas llamas devoradoras, encendidas por tu ira omnipotente, que son el instrumento de tu eterna justicia en los infiernos: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquellos horrendos suplicios con que cada uno de los réprobos es castigado en lo mismo que pecó: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquella espantosa eternidad, que ha de durar por siglos infinitos: Por vuestra pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.
    De aquellas mortales agonías y de aquella horrible y sempiterna muerte: Por tu pasión y muerte líbrame, dulcísimo Jesús.

                                                Oración
    Oh Dios de infinita justicia y misericordia, que para darnos la vida eterna has muerto en el patíbulo de la cruz, imprime en mi alma vivos sentimientos de santo amor y temor, para que cesando de ofenderte comience a vivir de tal suerte que en lugar de glorificar tu justicia en las penas del infierno, pueda celebrar tu bondad y misericordia en la patria de los escogidos. Amén.





LO PRINCIPAL (Enrique Jordá)


    Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna, escuchó una voz misteriosa que salía de adentro y le decía: "Entra y toma lo que desees durante cinco minutos, pero no te olvides de lo principal, después de ese tiempo la puerta se cerrará para siempre, por lo tanto aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal..." La mujer entró en la caverna y encontró joyas, monedas de oro y muchas riquezas. Fascinada por lo que veía, dejó al bebé en el suelo y empezó a juntar ansiosamente todo lo que podía en su delantal y empezó a hacer viajes de dentro a fuera de la gruta, sin parar. La voz misteriosa habló nuevamente: "Tienes solo cuatro minutos..." Cuando se terminó el tiempo, la mujer, cargada de oro y piedras preciosas, estaba fuera de la cueva y la puerta se cerró, pero su niño se había quedado dentro y la puerta estaba cerrada para siempre... La riqueza no duró mucho, pero la desesperación toda la vida.
    Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos 80 años para vivir en este mundo, y una voz siempre nos advierte "no olvides lo principal"... Y lo principal son los valores espirituales, Dios, la oración, la familia, los amigos, la vida. Pero la ganancia, el dinero, el trabajo, los placeres materiales nos fascinan tanto que lo principal siempre lo dejamos de lado... Así agotamos nuestro tiempo aquí y dejamos a un lado lo esencial: "Los tesoros del alma". El tiempo pasa; ¡la eternidad se acerca! y Dios quiera que no tengamos que arrepentirnos eternamente por haber descuidado lo principal.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

DEPRECACIONES A LA VIRGEN SANTÍSIMA, MADRE DEL ETERNO JUEZ

    Oh Madre de misericordia, yo me arrojo a vuestros pies, avergonzado y confuso por mis pecados, y temblando de horror por el riguroso juicio que me espera después de mi muerte.
    Temo aquel paso tremendo de esta vida a la otra, cuando mi alma entre por vez primera en aquellas regiones oscuras de la eternidad y en aquel nuevo mundo, donde es glorificada la infinita Bondad y la eterna Justicia de Dios: y ¿qué suerte me ha de caber allí para siempre? Oh Madre de misericordia, rogad por mí, miserable pecador.
    Temo aquel espantoso Tribunal, donde ha de comparecer mi alma, y donde me he de ver solo frente a frente de todo un Dios para ser juzgado: ¿y qué va a ser de mí en aquel riguroso juicio? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo la sabiduría infinita del soberano Juez, porque es testigo de todas mis obras, palabras y pensamientos; y ¿qué podré responderle si Él me acusa? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo la rectitud inflexible de aquella divina Justicia que no se tuerce por el favor ni por el interés, sino que pesa en perfectísima balanza las obras de los hombres, para dar a cada uno lo que ha merecido: y ¿en dónde están mis buenas obras y merecimientos? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo el poder omnipotente del supremo Juez, y desmaya mi corazón al solo pensamiento de que puede condenarme. Y si Él me condena ¿quién podrá ya librarme? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo la terrible acusación del maligno espíritu, y me lleno de espanto viendo que podrá decir de mi vida que ha sido una cadena de iniquidades y pecados. Y ¿cómo me defenderé de los cargos que me haga? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo mi propia conciencia, agitada como las olas del mar y conturbada por los remordimientos, testimonios irrefragables de mi vida culpable. Y ¿qué podré replicar a las voces de mi propia conciencia? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo aquel examen tan riguroso que se ha de hacer de todos los días y actos de mi vida, del tiempo de mi niñez, del tiempo de mi mocedad, del tiempo de mi edad adulta, de los pecados que he cometido, de los que ocasioné con mis escándalos, de los que no impedí pudiendo estorbarlos, de las buenas obras mal hechas, y de las que dejé de hacer por negligencia culpable: y ¿cuál será la cuenta que podré dar a mi Dios? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo la misma defensa de mi Ángel Custodio, que tal vez, triste y lloroso apenas podrá responder y volver por mí: y solo podrá oponer a la terrible acusación del demonio una penitencia poco sincera de mis gravísimas culpas y algunas obras buenas llenas de defectos y desagradables a los purísimos ojos de Dios: y ¿qué será de mí si el Ángel de mi guarda me desampara? Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.
    Temo finalmente la sentencia inapelable del Eterno Juez, y se estremecen mis carnes de horror al considerar que si me halla indigno de entrar en la mansión celestial de los Justos me arrojará para siempre de su presencia, y fulminará contra mí el espantoso anatema de la eterna reprobación. No lo permitáis, oh Madre de bondad, y por las entrañas de vuestra misericordia, oid las súplicas de un pecador arrepentido que clama a Vos diciendo: Oh Madre de misericordia, interceded por mí, miserable pecador.

                                                                            Oración
    Oh piadosísima Virgen María, madre y refugio de los pecadores, a quien el Dios de las venganzas cedió el imperio de la misericordia; ya que en aquel riguroso Juicio no podré acudir a vuestra intercesión, os suplico ahora que me alcancéis la gracia de una sincera penitencia, y de una perfecta enmienda de mi vida, a fin de que al comparecer después de mi muerte ante el divino tribunal, merezca una sentencia favorable de eterna salvación. Por los méritos de vuestro Hijo, nuestro Señor, que en unión del Padre y del Espíritu Santo, vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 11 de septiembre de 2015

ORACIONES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA

Toma, Señor y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo, dispón a toda tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esta me basta.
                                                 
                                                                                                      ***********

ANIMA CHRISTI

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, purifícame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh mi buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame, y mándame ir a Ti para que con los santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

martes, 1 de septiembre de 2015

EL GATO CON BOTAS (Charles Perrault)

Un molinero dejó como única herencia a sus tres hijos, su molino, su burro y su gato. El reparto fue bien simple: no se necesitó llamar ni al abogado ni al notario. Habrían consumido todo el pobre patrimonio. El mayor recibió el molino, el segundo se quedó con el burro, y al menor le tocó solo el gato. Este se lamentaba de su mísera herencia:
—Mis hermanos, decía, podrán ganarse la vida convenientemente trabajando juntos; lo que es yo, después de comerme a mi gato y de hacerme un manguito con su piel, me moriré de hambre.
El gato, que escuchaba estas palabras, pero se hacía el desentendido, le dijo en tono serio y pausado:
—No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis.
Aunque el amo del gato no abrigara sobre esto grandes ilusiones, le había visto dar tantas muestras de agilidad para cazar ratas y ratones, como colgarse de los pies o esconderse en la harina para hacerse el muerto, que no desesperó de verse socorrido por él en su miseria.
Cuando el gato tuvo lo que había pedido, se colocó las botas y echándose la bolsa al cuello, sujetó los cordones de esta con las dos patas delanteras, y se dirigió a un campo donde había muchos conejos. Puso hierbas y afrecho en su saco y tendiéndose en el suelo como si estuviese muerto, aguardó a que algún conejillo, poco conocedor aún de las astucias de este mundo, viniera a meter su hocico en la bolsa para comer lo que había dentro. No bien se hubo recostado, cuando se vio satisfecho. Un atolondrado conejillo se metió en el saco y el maestro gato, tirando de los cordones, lo encerró y lo mató sin misericordia.
Muy ufano con su presa, fuese donde el rey y pidió hablar con él. Le hicieron subir a los aposentos de Su Majestad donde, al entrar, hizo una gran reverencia ante el rey, y le dijo:
—He aquí, Majestad, un conejo de campo que el señor marqués de Carabás (era el nombre que inventó para su amo) me ha encargado obsequiaros de su parte.
—Dile a tu amo, respondió el rey, que le doy las gracias y que me agrada mucho.
En otra ocasión, se ocultó en un trigal, dejando siempre su saco abierto; y cuando en él entraron dos perdices, tiró de los cordones y las cazó a ambas. Fue en seguida a ofrendarlas al rey, tal como había hecho con el conejo de campo. El rey recibió también con agrado las dos perdices, y ordenó que le diesen de beber.
El gato continuó así durante dos o tres meses llevándole de vez en cuando al rey productos de caza de su amo. Un día supo que el rey iría a pasear a orillas del río con su hija, la más hermosa princesa del mundo, y le dijo a su amo:
—Sí queréis seguir mi consejo, vuestra fortuna está hecha: no tenéis más que bañaros en el río, en el sitio que os mostraré, y en seguida yo haré lo demás.
El marqués de Carabás hizo lo que su gato le aconsejó, sin saber de qué serviría. Mientras se estaba bañando, el rey pasó por ahí, y el gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:
—¡Socorro, socorro! ¡El señor marqués de Carabás se está ahogando!
Al oír el grito, el rey asomó la cabeza por la portezuela y reconociendo al gato que tantas veces le había llevado caza, ordenó a sus guardias que acudieran rápidamente a socorrer al marqués de Carabás. En tanto que sacaban del río al pobre marqués, el gato se acercó a la carroza y le dijo al rey que mientras su amo se estaba bañando, unos ladrones se habían llevado sus ropas pese a haber gritado ¡al ladrón! con todas sus fuerzas; el pícaro del gato las había escondido debajo de una enorme piedra.
El rey ordenó de inmediato a los encargados de su guardarropa que fuesen en busca de sus más bellas vestiduras para el señor marqués de Carabás. El rey le hizo mil atenciones, y como el hermoso traje que le acababan de dar realzaba su figura, ya que era apuesto y bien formado, la hija del rey lo encontró muy de su agrado; bastó que el marqués de Carabás le dirigiera dos o tres miradas sumamente respetuosas y algo tiernas, y ella quedó locamente enamorada.
El rey quiso que subiera a su carroza y lo acompañara en el paseo. El gato, encantado al ver que su proyecto empezaba a resultar, se adelantó, y habiendo encontrado a unos campesinos que segaban un prado, les dijo:
—Buenos segadores, si no decís al rey que el prado que estáis segando es del marqués de Carabás os haré picadillo como carne de budín.
Por cierto que el rey preguntó a los segadores de quién era ese prado que estaban segando.
—Es del señor marqués de Carabás, dijeron a una sola voz, puesto que la amenaza del gato los había asustado.
—Tenéis aquí una hermosa heredad, dijo el rey al marqués de Carabás.
—Veréis, Majestad, es una tierra que no deja de producir con abundancia cada año.
El maestro gato, que iba siempre delante, encontró a unos campesinos que cosechaban y les dijo:
—Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al marqués de Carabás os haré picadillo como carné de budín.
El rey, que pasó momentos después, quiso saber a quién pertenecían los campos que veía.
—Son del señor marqués de Carabás, contestaron los campesinos, y el rey nuevamente se alegró con el marqués.
El gato, que iba delante de la carroza, decía siempre lo mismo a todos cuantos encontraba; y el rey estaba muy asombrado con las riquezas del señor marqués de Carabás.
El maestro gato llegó finalmente ante un hermoso castillo cuyo dueño era un ogro, el más rico que jamás se hubiera visto, pues todas las tierras por donde habían pasado eran dependientes de este castillo.
El gato, que tuvo la precaución de informarse acerca de quién era este ogro y de lo que sabía hacer, pidió hablar con él, diciendo que no había querido pasar tan cerca de su castillo sin tener el honor de hacerle la reverencia. El ogro lo recibió en la forma más cortés que puede hacerlo un ogro y lo invitó a descansar.
—Me han asegurado, dijo el gato, que vos tenéis el don de convertiros en cualquier clase de animal, que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante...
—Es cierto, respondió el ogro con brusquedad, y para demostrarlo, veréis cómo me convierto en león.
El gato se asustó tanto al ver a un león delante de él que en un santiamén trepó a las canaletas, no sin pena ni riesgo a causa de las botas que nada servían para andar por las tejas.
Algún rato después, viendo que el ogro había recuperado su forma primitiva, el gato bajó y confesó que había tenido mucho miedo.
—Además me han asegurado, dijo el gato, pero no puedo creerlo, que vos también tenéis el poder de adquirir la forma del más pequeño animalillo; por ejemplo, que podéis convertiros en un ratón, en una rata; os confieso que eso me parece imposible.
—¿Imposible?, repuso el ogro, ya veréis; y al mismo tiempo se transformó en una rata que se puso a correr por el piso.
Apenas la vio, el gato se echó encima de ella y se la comió.
Entretanto, el rey que al pasar vio el hermoso castillo del ogro, quiso entrar. El gato, al oír el ruido del carruaje que atravesaba el puente levadizo, corrió adelante y le dijo al rey:
—Vuestra Majestad sea bienvenida al castillo del señor marqués de Carabás.
—¡Cómo, señor marqués, exclamó el rey, este castillo también os pertenece!
Nada hay más bello que este patio y todos estos edificios que lo rodean; veamos el interior, por favor.
El marqués ofreció la mano a la joven princesa y, siguiendo al rey que iba primero, entraron a una gran sala donde encontraron una magnífica colación que el ogro había mandado preparar para sus amigos que vendrían a verlo ese mismo día, los cuales no se habían atrevido a entrar, sabiendo que el rey estaba allí.
El rey, encantado con las buenas cualidades del señor marqués de Carabás, al igual que su hija, que ya estaba loca de amor, viendo los valiosos bienes que poseía, le dijo, después de haber bebido cinco o seis copas:
—Sólo dependerá de vos, señor marqués, que seáis mi yerno.
El marqués, haciendo grandes reverencias, aceptó el honor que le hacía el rey; y ese mismo día se casó con la princesa. El gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras las ratas sino para divertirse.

MORALEJA
En principio parece ventajoso
contar con un legado sustancioso
recibido en heredad por sucesión;
mas los jóvenes, en definitiva,
obtienen del talento y la inventiva
más provecho que de la posición.

OTRA MORALEJA
Si puede el hijo de un molinero
en una princesa suscitar sentimientos
tan vecinos a la adoración,
es porque el vestir con esmero,
ser joven, atrayente y atento
no son ajenos a la seducción.