domingo, 31 de octubre de 2021

MEDITACIÓN DOMINGO XXXI TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor





BEATO ANTONIO BENÍTEZ ARIAS

Desde el 16 de octubre, el martirologio romano recoge el nombre de un nuevo malagueño. Se trata del sacerdote de la diócesis de Córdoba Antonio Benítez Arias, natural de la localidad de Cuevas de San Marcos, que ha formado parte del grupo de 127 mártires de la persecución religiosa en España que han sido beatificados en una ceremonia celebrada en la Catedral de Córdoba y presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.


Antonio Benítez Arias

Sacerdote (Cuevas de San Marcos, Málaga, 6 junio 1907 - Castro del Río, Córdoba, 21 julio 1936, 29 años)



Nacido en la Provincia y Obispado de Málaga, la Providencia hizo que su formación y ministerio sacerdotal, además de su martirio, tuvieran lugar en Córdoba y su Provincia.

Sus padres fueron Antonio Benítez Hinojosa y Adela Arias Carrillo. Era una familia numerosa: 4 hermanos y 4 hermanas; don Antonio era el menor de todos. Sus padres vivían de la venta ambulante y eran muy religiosos, educando a sus hijos en la fe católica.

Un informe de su párroco, cuando don Antonio tenía 18 años, elogia su conducta moral intachable, su asiduidad en los Sacramentos, rezo diario del Rosario y la Santa Misa, siendo además un excelente ayudante en la catequesis parroquial y estando adornado de un digno porte adecuado a un futuro seminarista.

Comenzó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Málaga en 1919, pasando al de Córdoba en 1925 por motivos de salud y el traslado de su familia a esta ciudad.

En 1931 terminó el quinto curso de Teología en las circunstancias tan difíciles por las que pasó el Seminario en la noche del 10 de mayo, cuando el edificio fue apedreado y sus cristales rotos por las turbas. Tales hechos sembraron gran inquietud entre los seminaristas cordobeses.

Recibió la ordenación sacerdotal un año más tarde, el 21 de mayo de 1932. El primero de julio de ese año, tomó posesión de la coadjutoría de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Castro del Río, para colaborar estrechamente con el párroco don José Ayala Garrido (también mártir). Éste informa sobre su coadjutor en tres ocasiones (entre 1933 y 1936), y siempre favorablemente, señalando el recto cumplimiento de las obligaciones a su cargo: uso del traje talar, cumplimiento fiel de lo que le ordenaba, digno comportamiento sacerdotal, recto cumplimiento de las obligaciones de su cargo, asistencia a las Conferencias Eclesiásticas (para la formación del clero de entonces), etc.

Fue, por tanto, en su único y definitivo destino pastoral, un sacerdote y coadjutor ejemplar, ajustado en todo a lo que la Iglesia pedía a un eclesiástico de su tiempo. Sus últimos Ejercicios Espirituales fueron en mayo de 1936, en la Casa “San Antonio”, en compañía de su Obispo, don Adolfo Pérez Muñoz.

El ambiente de Castro del Río en estas fechas era complicado por los comportamientos de las gentes de izquierda, hostiles a la Iglesia y a todo lo relacionado con la Religión.

El informe del Obispado sobre su muerte dice: “Don Antonio Benítez Arias, de 27 años, coadjutor de la Parroquia de la Asunción, asesinado a las 10 de la mañana del 21 de julio a las afueras de la población, sitio llamado Puente Nuevo, por arma de fuego. El día anterior, a las 12 de la noche, en su misma casa, al ir a prenderlo, le dispararon con arma de fuego, de cuyas resultas tuvo que ser asistido por un médico pues perdió el conocimiento, y por este motivo no le sacaron de su casa hasta la mañana siguiente sobre las 6, y desde este tiempo, hasta las 10 que fue fusilado, estuvo atado en un corral próximo a su ejecución, en espera de la primera víctima de la población que fue también allí ejecutada”. Consta que el protagonismo de tales hechos corrió a cargo de los anarcosindicalistas y la CNT (cf. F. MORENO GÓMEZ, La República, 414).

El Registro Civil de Castro del Río conserva el acta de su defunción: “Falleció en esta villa el día 21 de julio de 1936, sobre las 9 horas, a consecuencia de ser asesinado por las hordas rojas, según resulta de expediente instruido, y su cadáver recibió sepultura en el Cementerio de esta ciudad”.

El único motivo de su muerte fue por ser sacerdote, pues fue una persona buena y cariñosa con sus feligreses y la gente del pueblo, especialmente con los necesitados, a quienes atendía con frecuencia y esmero.

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El grupo del que ha formado parte Antonio Benítez Arias, está compuesto por 79 sacerdotes diocesanos, cinco seminaristas, una religiosa Hija del Patrocinio de María, tres religiosos franciscanos y 39 fieles laicos (29 hombres y 10 mujeres). Su fiesta litúrgica tendrá lugar el 6 de noviembre, junto al resto de Mártires Españoles del Siglo XX, denominación que agrupa, tras estas últimas incorporaciones a más de 2.000 personas que derramaron su sangre en el nombre de Cristo; concretamente a 2.046.

En este grupo también se encuentra Rafael Martínez Navarro, prefecto de ceremonias de la Catedral de Córdoba, que fue apresado y asesinado en Málaga en 1936 de camino al balneario de Carratraca donde se curaba de una afección cutánea. Sus restos descansan en la catedral de Málaga.

sábado, 30 de octubre de 2021

MEDITACIÓN SÁBADO XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,1.7-11):

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a este". Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor





viernes, 29 de octubre de 2021

SAN MARCELO, MÁRTIR


Marcelo nació y vivió en León durante la segunda mitad del siglo III. Era centurión de la Legio VII Gemina Pía Félix.  Se casó con santa Nonia con la cual tuvo doce hijos. La historia de Marcelo se sitúa el 28 de julio del año 298, fiesta de cumpleaños del emperador. Los soldados se divierten. Se suceden los sacrificios en honor del  emperador y Marcelo, «centurión ordinario, como si se hubiese vuelto loco, se quitó espontáneamente el cinto militar y arrojó la espada y el bastón de centurión delante de las tropas de nuestros señores», asegura el gobernador Fortunato. Marcelo ya no podía seguir sirviendo a ningún gobernador, ni a ningún césar. Marcelo, arrojando la espada, daba así testimonio de su fe asegurando que a partir de ahora solo serviría a Dios como cristiano. El gobernador sintió el desplante como una afrenta y le comunicó el desquite al viceprefecto Agricolano. Fue él quien juzgó al centurión y le condenó a morir decapitado por su traición. San Marcelo murió mártir, olvidado por sus compañeros pero ganado para la gloria de los altares.


MEDITACIÓN VIERNES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,1-6):

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía y, dirigiéndose a los maestros de la Ley y fariseos, preguntó: «¿Es lícito curar los sábados, o no?».
Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió.
Y a ellos les dijo: «Si a uno de vosotros se le cae al pozo el hijo o el buey, ¿no lo saca en seguida, aunque sea sábado?».
Y se quedaron sin respuesta.

Palabra del Señor





jueves, 28 de octubre de 2021

LLORAR O SONREÍR

Puedes llorar porque se ha ido, o puedes sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva, o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado.
Tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver, o puede estar lleno del amor que compartiste.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda, o puedes hacer lo que a él le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir. 

MEDITACIÓN SAN SIMÓN Y SAN JUDAS TADEO, APÓSTOLES (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,12-19):

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Palabra del Señor





ORACIÓN A SAN MARCELO, PATRÓN DE LEÓN (ESPAÑA)


Invictísimo san Marcelo, gloria de España, antorcha resplandeciente de los leoneses, Jacob de la ley de gracia, columna firmísima de la fe, y esclarecido mártir de Jesucristo, que serviste a nuestros padres de refugio en sus necesidades, de consuelo en sus aflicciones, a cuyas súplicas jamás ningún leonés dejó de experimentar los poderosos efectos de la Divina gracia, y cuyas entrañas de piedad te han hecho mirar siempre como propias las calamidades de tus compatricios: intercede, amado Patrono y abogado mío con nuestro Soberano Señor, a fin de que me conceda lo que pido en esta oración, si ha de ser para mayor honra de su Divina Majestad, para gloria tuya y bien de mi alma; alcánzame de la Divina piedad los auxilios de la gracia para cumplir con exactitud los deberes de cristiano. Y puesto que eres por tantos títulos el Protector de nuestra España, que has preservado en todo tiempo a nuestros progenitores del mortífero contagio del error, compadécete ahora, santo glorioso, de la funesta situación de nuestras almas, a que las han reducido nuestros crímenes y prevaricaciones; pide al Todopoderoso que dirija a su Vicario en la tierra para que nos guíe sumisos por la senda de la salvación; asiste también a su Majestad Católica para el mejor acierto y dirección de los negocios temporales, y conserva finalmente entre nosotros el sagrado depósito de la fe, que sellaste con tu sangre preciosa. Tú eres el objeto de nuestros reverentes cultos y el firme apoyo de nuestra esperanza, y aunque nuestra tibieza y flojedad nos han hecho degenerar de la piedad y celo que caracterizaron siempre a los antiguos leoneses, reconocidos y postrados hoy ante tus aras, te suplicamos nos alcances del Trono de las misericordias el perdón de nuestras culpas y pecados, y la perseverancia en la divina gracia, para haceros eterna compañía en la gloria. Amén.

(Pedir la gracia que se desea obtener)

Padrenuestro, Avemaría y Gloria 

miércoles, 27 de octubre de 2021

MEDITACIÓN MIÉRCOLES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,22-30):

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó: «Señor, ¿serán pocos los que se salven?».
Jesús les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él os replicará: "No sé quiénes sois." Entonces comenzaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." Pero él os replicará: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados." Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor





SAN VICENTE, SANTA SABINA Y SANTA CRISTETA, MÁRTIRES



San Vicente de Talavera, Santa Sabina de Talavera y Santa Cristeta de Talavera, como son conocidos individualmente, quedaron huérfanos tempranamente, siendo Vicente, el mayor, quien se encargó del cuidado de sus hermanas, casi unas niñas.

La tradición  achaca a Publio Daciano, prefecto romano de Hispania y gobernador de la Bética,  el martirio infligido a los tres hermanos de Talavera.

Publio Daciano llegó a Talavera de la Reina tras pasar por Barcelona, Zaragoza y Toledo aplicando el decreto de persecución de los cristianos. Allí Vicente fue denunciado como cristiano y presentado ante el prefecto. Confesó que era cristiano y fue requerido para que abjurara de su fe e hiciera sacrificios a los dioses del imperio. ​

Como no lo hizo, fue enviado al templo de Júpiter para que ofreciese el pertinente sacrificio. Dice la leyenda que, al pisar templo, la piedra se ablandó como cera bajo sus pies, dejando marcadas en el suelo las huellas de sus plantas y del báculo en que se apoyaba. Hoy día se venera en Talavera de la Reina una losa con dos pies y un hoyo circular marcados atribuidos a aquel episodio.​

Amedrentados, los guardias se van despavoridos. Vicente recoge a sus hermanas Sabina y Cristeta en su casa y los tres huyen a través de la sierra que hoy lleva su nombre.​ Otra versión dice que fueron los arúspices del templo quienes consideraron el hecho de la piedra un mal augurio y pidieron al prefecto que encerrara tres días a Vicente para ver si se retractaba. Encerrado, fue visitado por sus hermanas, que le pidieron que escapara con ellas para poder cuidarlas. Ayudados por centinelas huyeron.​ Se escondieron en una cueva y siguieron en su huida hasta la ciudad de Ávila, donde fueron apresados, pero al negarse a abjurar del cristianismo sufrieron martirio.


Murieron cuando después de emplear varios sistemas de tormento, les aplastaron la cabeza con una piedra según algunos o con una prensa según otros.




Un judío que se reía del respeto de los abulenses por los restos de los mártires fue atacado por una serpiente que salió de la cueva de la Soterraña en Ávila y, arrepentido, dio el dinero para construir una iglesia sobre su sepultura.




martes, 26 de octubre de 2021

MEDITACIÓN MARTES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,18-21):

En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas».
Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta».

Palabra del Señor





SAN LUCIANO Y SAN MARCIANO, MÁRTIRES


Luciano y Marciano, que habían estudiado la magia negra, se convirtieron al cristianismo al ver que sus supersticiones no tenían poder alguno sobre una doncella cristiana. Iluminados por la luz de la fe, quemaron públicamente sus libros en Nicomedia. Una vez que lavaron sus crímenes con el sacramento del bautismo, distribuyeron sus posesiones entre los pobres, y se retiraron a la soledad para fortalecerse con la oración y la mortificación, en la gracia que acababan de recibir. Más tarde, hicieron varios viajes al extranjero para predicar a Cristo entre los gentiles. Cuando Decio publicó sus edictos persecutorios en Bitinia (mediados del siglo III), Luciano y Marciano fueron arrestados. El procónsul Sabino, ante el cual comparecieron, preguntó a Luciano quién le había autorizado a predicar en el nombre de Jesucristo. El mártir replicó: «Todo ser humano está autorizado a tratar de apartar del error a sus hermanos». También Marciano se glorió en el poder de Jesucristo. Cuando el juez los condenó a la tortura, los mártires le hicieron notar que, en la época en que adoraban a los ídolos y practicaban la magia abiertamente, no habían incurrido en ningún castigo, en cambio ahora que eran buenos ciudadanos se los condenaba a la tortura. Sabino los amenazó entonces con nuevos tormentos. Marciano replicó: «Estamos prontos a sufrirlos, pero de ningún modo abjuraremos del verdadero Dios, pues con ello mereceríamos ser enviados al fuego que no se extingue». Viendo Sabino que no los iba a convencer, dictó sentencia de que fueran quemados vivos. Llevaron a los santos al lugar del tormento, ambos cayeron de rodillas y oraron así: "Señor Jesús, nosotros no podemos darte las correspondientes gracias por habernos sacado del error de la gentilidad, y dignado conducirnos a esta pasión por tu santo nombre, haciéndonos participantes de las dichas de tus Santos: a ti encomendamos nuestras almas, a quien sea la alabanza y la gloria por los siglos de los siglos". Y acto seguido fueron consumidos por las llamas, a 26 de octubre de 251.



lunes, 25 de octubre de 2021

MEDITACIÓN LUNES XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,12-17):

Estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis. Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.

Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,10-17):

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: «Seis días tenéis para trabajar; venid esos días a que os curen, y no los sábados».
Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: «Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?».
A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

Palabra del Señor





SANTOS CRISANTO Y DARÍA, MÁRTIRES



Los santos Crisanto y Daría († hacia 283)​ fueron dos mártires cristianos del siglo III.

Crisanto provenía de Alejandría, hijo de un noble patricio llamado Polemio, en tiempos del emperador Numeriano.​ Al mudarse a Roma con su padre, para estudiar , se hizo adepto a las lecturas cristianas y los Evangelios; posteriormente fue convertido al cristianismo por el presbítero Carpóforo y bautizado. Su padre, al ver su conversión procuró hacerlo volver al culto pagano, incluso lo encerró en un calabozo; al ver que tales medios fallaban intentó disuadirle mediante la voluptuosidad, llevándole mujeres a su celda; sin embargo, Crisanto se empecinó en la castidad. Entre las mujeres que le presentaron se encontraba la hermosa virgen vestal Daría,​ proponiéndole matrimonio con ella. Sin embargo, Crisanto convirtió a Daría también al cristianismo, con lo que aceptó casarse con ella, pero bajo el pacto previamente realizado con ella de guardarse castos en su matrimonio, lo que le otorgó la libertad a Crisanto y la posibilidad de seguir difundiendo la fe cristiana.

La misma leyenda cuenta que la pareja logró muchas conversiones, entre las cuales se encuentran un tribuno de nombre Claudio,​ su esposa Hilaria y sus dos hijos de nombres Mauro y Jasón, quienes fueron convertidos tras el arresto de la pareja por la promoción del cristianismo, convirtiendo, igualmente, a los setenta soldados de la guarnición que los tenían custodiados.​

A Crisanto mandó el emperador poner en la cárcel, llamada Tuliano, que era oscura y dura, y a Daría llevar al lugar de las mujeres públicas, donde, puesta la santa doncella en aquel afrentoso lugar, lo convirtió con su presencia y oración en un devoto oratorio; porque el Señor envió un león, que habiéndose soltado de la leonera en que estaba, se puso delante de Daría, como quien la quería defender. Entró un mozo lascivo y deshonesto sin saber lo que pasaba, para afrentar y hacer fuerza a la santa virgen: salió a él el león, le derribó en el suelo, y teniéndole allí caído, y con el pavor y sobresalto, más muerto que vivo, miraba a la santa para ver lo que le mandaba que en aquel desventurado mozo hiciese. Le mandó que no le hiciese mal, y tomando ocasión de lo que él hacía, para obedecer a Dios, habló al mozo, y lo convirtió a la fe de Jesucristo, y libre ya de las garras del león (a quien la santa mandó que le dejase), comenzó a dar voces por toda la ciudad, que no había otro Dios, sino Jesucristo, a quien adoraban los cristianosFueron por el león, los que tenían cargo de él; mas regido por Dios, se volvió contra ellos; y con esta ocasión ellos también se convirtieron, y fueron pregoneros de la grandeza y majestad del Señor. Mandó Celerino, prefecto, poner fuego alrededor del aposento donde estaba Daría y el león, para que allí fuesen quemados, mas por voluntad del Señor el león, tomando la bendición de la santa, bajó su cerviz y pasó por la llama sin quemarse, y por toda la ciudad, sin hacer mal a nadie, ni recibirle. Después de esto colgaron a Crisanto en un madero, que se quebró, y las ataduras se rompieron, y las hachas, que estaban encendidas para quemarle los costados, se apagaron. Quisieron atormentar a Daría, mas los nervios de las manos de los verdugos se encogieron con tan gran dolor y sentimiento, que la dejaron. Finalmente, los llevaron fuera de la ciudad en la vía Salaria, y allí hicieron una gran hoya, y los pusieron vivos en ella, echando sobre ella tierra y piedras, y juntamente fueron martirizados y sepultados. Obró Dios nuestro Señor grandes milagros por estos santos, y por su intercesión dio salud a muchos enfermos.





domingo, 24 de octubre de 2021

ORACIÓN DE SANACIÓN A SAN RAFAEL ARCÁNGEL


Querido y Santo Arcángel Rafael, hoy como Tobías me dirijo a ti.
Tú has servido al Señor y puedes ver más allá de lo que yo puedo ver. Hoy quiero darle un nuevo propósito a mi cuerpo al que percibo enfermo. Siento que no me encuentro en paz. Si equivocadamente abrigué resentimientos, hoy quiero hacerlos a un lado. Hoy hago un alto y me digo: "Estoy dispuesto a liberarme". 
Arcángel Rafael, hoy quiero pedirte que me permitas abrirme a mi curación. Quiero pedirte que el milagro de curación se me sea concedido. Tengo derecho a los milagros por que soy un/una hijo/a de Dios. Mi sanación es posible. 
Reconozco que he tenido miedo. Me libero de creer en los castigos para mí y para los demás. Si necesitas purificarme, te doy el permiso, Arcángel Rafael. Te doy el permiso para que me permitas caminar en la senda del sanador perdón. Hoy estoy dispuesto a reconocer que la paz es posible para mí. 
Confiaré en los emisarios de salud con los que me corresponda relacionarme. Confiaré si necesito ir al médico y recibir mis medicamentos o terapias. Confiaré en la decisión de liberarme del pasado y de las memorias que sostengo unidas al resentimiento. 
Oriéntame para que el Espíritu Santo reinterprete en mi mente lo que percibo. Quiero hacerme responsable por cualquier error en mi mente que haya producido mi falta de paz. Entrego cualquier resistencia que me impida abrirme a recibir tu ayuda, Arcángel Rafael. 
Que el propósito de Dios envuelva mi cuerpo en su Luz. 
Me libero de condenar al mundo y a mis hermanos. Seré la mente consciente que decide por su paz y por un nuevo propósito unido a Cristo. 
Con estar enfermo/a no gano nada.  Con la paz de Dios lo gano todo.

Padre, yo soy tu hijo/a.

MEDITACIÓN DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,46-52):

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?».
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver».
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra del Señor





sábado, 23 de octubre de 2021

ORACIÓN A SAN VALERIO, MÁRTIR

Tú, Señor, que concediste a San Valerio el don de imitar con fidelidad a Cristo, pobre y humilde, concédenos también a nosotros por intercesión de este santo, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

San Valerio, ruega por nosotros.

MEDITACIÓN SÁBADO XXIX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,1-9):

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.»
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas"».

Palabra del Señor





viernes, 22 de octubre de 2021

NOVILUNIO

Tú anuncias "¡La luna!".
Y allá muy lejos, sobre la cabeza de un monte,
la luna es; y cuando te vuelves a mirarme
tienes los ojos llenos de luna; el horizonte
está lleno de luna como tus ojos; una,
dos, tres campanas riegan su angustia vespertina
por la llanura donde la claridad empieza.
Mira cómo se pone de triste la hojarasca...
Mira cómo aquel árbol se cubre de tristeza;
todo lo pone triste la luna... Lentamente,
por la solemnidad de la pradera
va pasando una sombra. ¿No la ves, compañera?
Una trágica sombra que da miedo; parece
marchar hacia la luna, dolientemente sola.
Es un Alma esa sombra,
como alcanzando un sueño que se desvanece.
¿Un Alma? Sí, la misma
que cuando el Novilunio los campos aletarga
viene a llorar, discreta, quién sabe qué amargura
¡Mira cómo se aleja, mira cómo se alarga
la sombra de la sombra, sola por la llanura.
Oye cómo los perros aúllan, y las ranas
le gritan al doliente fantasma taciturno;
¡mira cómo se alarga la sombra! ¿Tienes miedo?
Persignadse que vamos a rezar en nocturno.  

ORACIÓN A SANTA ÚRSULA PARA SOLUCIONAR PROBLEMAS DE PAREJA

Yo te saludo, santa Úrsula, virgen venturosa, bendita mujer adornada de especiales virtudes y gloriosa y sublime mártir de la fe; Úrsula, dulce princesa de la tierra invencible y fuerte que, junto a tus compañeras, las 11.000 vírgenes,  te consagraste y entregaste tu vida a Dios y conseguiste salir triunfante en los mas duros desafíos  para defender tus principios y para gloria del Señor.

Hoy  llego a ti, adorable santa, para pedir tu mediación celestial y te ruego encarecidamente me tiendas tu valiente mano para que yo también pueda salir con bien de mis graves y angustiosos problemas sentimentales.

Bienaventurada santa Úrsula, muy amada por Jesucristo,  dame tu ayuda, auxíliame ahora que sufro por amor, acógeme bajo tu poderosa y eficaz protección  y líbrame de tanta preocupación y aflicción.

Santa Úrsula bendita, tú que sabes infundir esperanza en los corazones dañados y nos das fuerza en las más adversas circunstancias, tú que eres nuestra fiel protectora y abogada, concédeme encontrar la felicidad que ansío.

intercede por mí, te ruego, y presenta mis súplicas ante la Virgen María y su Divino Hijo, háblales de mis dificultades y problemas en el amor, de mis amarguras y de mis lágrimas y pídeles sean benignos y me ayuden a solucionarlos.

A ti, mi buena Úrsula santa, te entrego mi matrimonio, mi relación de pareja, que está atravesando serias y preocupantes dificultades y yo me desespero al no saber salir de ellas y por no poder arreglar lo que parece perdido.

Sé que tu poder es inmenso, y que gozas en el Cielo de un sitio privilegiado, sé que María Santísima y Jesús, que quieren lo mejor para mí y mi familia, pueden calmar esta situación por la que atravesamos, ruégales me ayuden a recuperar el amor y la atención  de la persona que tanto amo y necesito,  ruégales pueda recomponerse nuestra relación y sobre todo que restauren y salven mi matrimonio.

Por falta de diálogo y entendimiento, por dejadez, nos hemos alejado y ya no hay apenas relación entre nosotros; yo deseo que volvamos a estar juntos, en familia, y que sean sanadas nuestras heridas, que vuelva a nosotros la ilusión, el amor y la comprensión y se alejen las personas que nos han separado. Deseo que desde el Cielo me llegue solución para este difícil y urgente problema que sin Ellos yo no puedo resolver.

 (decir el problema y lo que se quiere obtener).

¡Oh gloriosa mártir santa Úrsula! cuya muerte fue un acto de la caridad más perfecta,  ruega por mí ante el Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y ante nuestra amada Madre la Virgen María, pídeles me ayuden con su infinita misericordia y consigue que mis súplicas de amor sean atendidas.

Celestial benefactora mía, tú que estuviste llena de amor y fe en Jesucristo, haz que yo también ponga mi fe y amor en Él, pídele infunda en mi corazón el espíritu de la paciencia para que no pierda la esperanza ante la adversidad, haz que me conceda el don del perdón y de la generosidad y, sobre todo, que sepa servirle a través de mis semejantes.

En el nombre de Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo. Amén.



MEDITACIÓN VIERNES XXIX TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,54-59):

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo».

Palabra del Señor



 

ORACIÓN A LAS SANTAS NUNILÓN Y ALODÍA

 

Santas Nunilo y Alodia

Amable Señor, santas Nunilón y Alodía fueron hijas de un musulmán amable que le permitió a su esposa cristiana criarlas en su fe. Después de su muerte su madre se casó con un musulmán que atacaba a la cristiandad. Hizo arrestar a las jóvenes. Cuando se rehusaron a renegar de Cristo, las puso en un burdel y, más tarde, fueron decapitadas. Les pido que oren por todos los niños que son criados en hogares con diversas creencias y padrastros. Espíritu Santo, unge sus mentes para que crean en la verdadera Fe y permanezcan en ella. También les pido por los niños abusados por sus padrastros o madrastras. Rescátalos, Señor, y sana sus heridas. Ayúdales a recibir tu amor, el que no pudieron recibir de sus abusadores. 
Santas Nunilón y Alodía, rogad por nosotros. Amén.

jueves, 21 de octubre de 2021

SANTAS NUNILÓN Y ALODÍA

Las santas Alodía y Nunilón nacieron en Adahuesca, cerca de Barbastro en la provincia de Huesca, aunque hay otras fuentes que afirman que nacieron en La Rioja o en Andalucía. No eran gemelas como también se ha dicho.

Eran hijas de un noble y rico musulmán y de madre cristiana, en la zona de Huesca bajo dominio del Califato de Córdoba. Según la ley estaban obligadas a profesar la religión paterna, pero su madre las educó desde muy pequeñas en la fe cristiana.

El padre murió siendo ellas muy niñas y su madre se volvió a casar con un fanático musulmán, que desde el principio les prohibió continuar profesando sus creencias. Poco tiempo después falleció su madre, y las dos niñas fueron confiadas a la custodia de su tío, también musulmán, el cual, al descubrir que practicaban la religión cristiana, las denunció a las autoridades con el propósito de apoderarse del patrimonio de las niñas heredado de su padre, además de por la recompensa que entonces se ofrecía a los delatores por temas de fe.

Alodía y Nunilón fueron detenidas y se las encerró en el castillo de la localidad vecina de Alquézar mientras llegaba su juicio. El juez sospechó desde el principio de las intenciones del denunciante y decidió ponerlas en libertad y alejarlas de su tío, poniéndolas bajo la custodia de dos mujeres musulmanas para que intentaran convertirlas al Islam, pero no contento con esta resolución, su tío volvió a interponer otra denuncia, esta vez ante la máxima autoridad judicial de Huesca.

El juez las interrogó con gran dureza y las amenazó con graves consecuencias si no abrazaban inmediatamente la religión musulmana, a lo cual se negaron rotundamente.

Imagen de las santas Alodía y Nunilón en el Eremitorio de La Luz

Durante cuarenta días intento convencerlas por separado, con promesas, amenazas y con el engaño de que la otra hermana ya había aceptado, pero no dio resultado y ellas se mantuvieron firmes. Visto lo cual dictó sentencia de muerte contra ellas, con arreglo a las leyes vigentes impuestas por Abderraman II, emir del Califato.

Las dos hermanas fueron llevadas a la plaza pública y murieron decapitadas el 22 de octubre del año 851, Alodía con 13 años y Nunilón con 15.

Nunilón fue ejecutada en primer lugar, pero el verdugo falló y la golpeó en la mandíbula, por lo que la cabeza quedo colgando ya sin vida sobre el pecho. Al caer al suelo se le levantó la falda y Alodía corrió hacia el cadáver de su hermana, le bajó la ropa y ella misma, antes de ser decapitada, se ató una cinta al bajo de su vestido y a los tobillos para que no le ocurriese lo mismo.

Los cadáveres fueron abandonados para que fueran devorados por los animales, pero las aves carroñeras y las alimañas no los tocaron.

Llegaron noticias al emir de que los cristianos planeaban apoderarse de los cuerpos para enterrarlos debidamente, por lo que decidieron cambiarlos de lugar. Les ataron los pies con una soga y fueron arrastradas por un asno hasta una colina donde eran expuestos los ajusticiados, y allí debían permanecer hasta que se otorgase el permiso para enterrarlas.

Cuenta la tradición que todas las noches descendía una luz venida de lo alto, por lo que se decidió que los cuerpos fueran arrojados a un pozo y cubiertos con piedras y tierra para borrar todo rastro de las niñas, y allí estuvieron hasta que la reina Oneca Velázquez, esposa del primer rey de Pamplona, admirada por los relatos de la vida y muerte de las dos santas, recuperó los restos para trasladarlos al Monasterio de Salvador de Leyre, en Yesa (Navarra).