martes, 22 de mayo de 2018

ORACIÓN DEL PADRE PÍO PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario que estés presente para que no te olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono.
Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y necesito tu fuerza para no caer tan a menudo.
Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi vida y sin Ti no tengo fervor.
Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi luz y sin Ti estoy en tinieblas.
Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.
Quédate conmigo, Señor, para que escuche tu voz y te siga.
Quédate conmigo, Señor, porque deseo amarte mucho y estar siempre en tu compañía.
Quédate conmigo, Señor, si deseas que te sea fiel.
Quédate conmigo, Señor, porque por pobre que sea mi alma quiero que sea un lugar de consuelo para Ti, un nido de amor.
Amén.

lunes, 21 de mayo de 2018

CONTRATO CON LA VIRGEN MARÍA

Oh Madre, único deseo de mi corazón después de Dios, si lo permitiera mi condición mortal, nunca querría apartarme de tu lado; pero ya que no me es dado gozar continuamente de esta dicha, quiero disfrutarla lo más frecuentemente que pueda. Ve aquí el pacto irrevocable que intento hacer hoy contigo para ese objeto, ya que con tu clarísimo entendimiento previenes los movimientos de nuestro corazón.

                                                   Yo te amo

Siempre que levante mi alma a Ti, oh Virgen santísima, y te diga solamente "te amo, mi querida Madre", quiero y entiendo que sea como si dijera "te amo con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas, con todas mis potencias; te amo más que a todas las criaturas; te amo más que a mi cuerpo, más que a mi alma, más que a mi honor, más que a mi contento, más que a mi salud, más que a mi vida, más que a mi salvación eterna".

                                                     Te ofrezco

Cuando yo diga "te ofrezco, oh reina de las grandezas", sea lo mismo que si te dijera "te ofrezco mi corazón, mi salud, mi honor, mi contento y mi vida; te ofrezco todo el honor que hasta ahora se te ha tributado en el cielo y en la tierra; te ofrezco todos los buenos deseos que he tenido de honrarte y servirte, todos los deseos de los santos, todas las bendiciones que se te han de dar durante la eternidad; te ofrezco todo lo creado con la misma buena voluntad con que te lo ofrecería si fuese mío".

                                                    Me congratulo

Cuantas veces pase por mi corazón o salga de mis labios esta expresión: "Me congratulo", te sea tan agradable como si yo dijera: "Me congratulo de tus grandezas y excelencias; me congratulo de que eres la maravilla de las criaturas, la obra acabada y perfectísima de naturaleza, de gracia y de gloria; me congratulo de la felicidad de que gozas, del poder que tienes y del dominio que posees; me congratulo del honor que se te tributa, y especialmente de verte tan encumbrada y ensalzada, que ninguna criatura puede igualar tus méritos por ningún servicio u honor".

                                                 Quisiera

Si alguna vez te dice mi espíritu "yo quisiera, Madre mía", estas pocas sílabas equivalgan a decirte "quisiera tener el medio de honrarte yo solo tanto como las demás criaturas; quisiera tener un corazón capaz de amarte como deseas; quisiera poseer toda la grandeza y gloria del mundo solamente para ponerla a tus pies; quisiera que todos los sentidos y miembros de mi cuerpo y todas las potencias de mi alma se convirtiesen en lenguas para bendecirte y hacerte amar de todos".

                                                  Tú eres

Cuando yo te diga "Tú eres", has de entender lo siguiente: "Tú eres la honra del cielo y de la tierra; Tú eres la Madre incomparable, la protección de los justos y el refugio de los pecadores; Tú eres mi contento y mi alegría, mi fortaleza, mi valor, mi esperanza, mi dulzura, mi todo; Tú eres el blanco de mis deseos, el deseo de mi alma, el alma de mis designios, el designio de mi vida, la vida de mi espíritu, el espíritu de mis afectos".

                                                     Yo soy

Si mi corazón llega a articular estas dos palabras: "Yo soy", sea como si dijese: "Yo soy, oh Madre admirable, tu siervo humildísimo y obligadísimo, aunque indigno, y el hijo de tu pobre sierva; yo soy el menor de los tuyos y el último de los que tienen la confianza de llamarte Madre y acordarse de Ti; yo estoy enteramente a tu disposición y resuelto a seguir todos los impulsos de tu voluntad. Haz conmigo lo que te parezca, y dispón de mi vida y de todo lo que me toca, como de cosa totalmente tuya". 

                           

STABAT MATER

Ea, fuente de amor y madre pura,
sienta mi corazón pena tan dura:
haz que contigo llore, gima y pene.

Haz que mi corazón se abrase vivo
en el amor de Cristo más activo
para lograr con él gozo perenne.

Oh madre la más santa, hazme esta gracia.
Fija en mi corazón con eficacia
las llagas de Jesús crucificado.

Divide pues conmigo las heridas,
los dolores y penas tan crecidas,
que se dignó sufrir por mi pecado.

Haz que contigo llore enternecido
de su pasión y muerte condolido
hasta el último aliento de mi vida.

Junto a la cruz deseo, Virgen santa,
estar y acompañarte en pena tanta,
en llanto y aflicción tan sin medida.

Oh Virgen entre todas generosa,
sé benigna a mis ruegos y amorosa:
haz que contigo llore amargamente.

Que la muerte de Cristo fiel padezca,
consorte de sus penas ser merezca
y sus llagas medite atentamente.

Haz que con ellas sea yo llagado,
con su cruz y dolores inebriado
por amor de su hijo tan precioso.

(Del Ejercicio cotidiano y novísimo devocionario escrito en verso y en variedad de metros por D. Miguel Agustín Príncipe).

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO PARA LOS MOMENTOS DIFÍCILES

Espíritu Santo, Dios de amor, mírame en esta circunstancia difícil en que se encuentra mi vida y ten compasión de mí.
Confiadamente acudo a Ti, pues sé que eres Dios de bondad y manantial de amor.
Vengo a Ti, pues sé que no hay nada que no lo pueda lograr tu misericordia infinita.
Acepto tus insondables designios, aunque no los comprenda. Me abrazo a ellos con aquel fervor y generosidad con que Cristo aceptó el Misterio del dolor en su vida.
Humildemente te pido me des la gracia de superar esta situación difícil en este momento de mi existencia, y que esta prueba, lejos de separarme de Ti, me haga experimentar con mayor plenitud la omnipotencia de tu amor que limpia, santifica y salva.
Hágase en mí tu divina voluntad. Amén.

jueves, 17 de mayo de 2018

LA ORACIÓN

Orar es hablar con Dios, nuestro Padre celestial, para alabarle, darle gracias y pedirle toda clase de bienes.
Tenemos obligación de orar porque Jesucristo nos lo manda, y porque la oración es el medio ordinario para alcanzar la gracia y los beneficios de Dios.
Hemos de orar con atención, humildad, confianza y perseverancia.
Dios oye siempre nuestras oraciones y nos concede lo que es más conveniente para nuestra salvación.
La oración más excelente es el Padrenuestro, que enseñó Jesucristo a los Apóstoles.
Las principales oraciones a la Santísima Virgen son el Avemaría y la Salve.
Es conveniente hacer oración a los Ángeles y a los Santos, porque interceden por nosotros delante de Dios.

jueves, 10 de mayo de 2018

¿A QUIÉN SALVAR?

En un pueblo costero vivía un pescador con su único hijo. Su esposa había fallecido al dar a luz, y él había tenido que criar solo al muchacho. Cada mañana el pescador se hacía a la mar con sus redes, y cada tarde volvía a la lonja para vender su captura y garantizar el alimento de su hijo. Y aunque tenían lo justo para vivir eran muy felices.
A medida que el pequeño crecía, el padre le enseñaba el arte de la pesca y trataba de darle una buena educación. "Hijo mío, para ser un hombre de provecho -solía repetirle- solo hacen falta tres cosas: un buen oficio, un hogar y ser un buen cristiano".
Una mañana padre e hijo salieron de su casa camino del puerto. Al doblar una calle se toparon con el mejor amigo del muchacho y le invitaron a acompañarles. Poco después los tres se hacían a la mar. El sol se asomaba lentamente por el horizonte y una brisa fresca empujaba suavemente la embarcación. Todo hacía presagiar una buena captura. Los tres echaron las redes una vez, luego otra, y otra más..., pero los peces no aparecían. Decidieron entonces remar mar adentro en busca de un lugar mejor para pescar.
Cuando la barca ya se había alejado de la costa y el puerto había desaparecido de la vista, el cielo se cubrió de amenazadores nubarrones y el viento comenzó a soplar con fuerza. Pronto las olas estallaron con violencia contra el casco del bote y la furia de la tormenta de desató.
El pescador y los dos muchachos se afanaban por achicar el agua de la cubierta. El bote crujía con cada nueva arremetida del mar. De pronto una gran ola embistió la barca. El golpe fue tan terrible que hizo volcar al pequeño navío, y todos cayeron al agua. El padre se agarró con fuerza a la quilla del barco para mantenerse a flote, y buscó con angustia a los muchachos. No tardó en verlos luchar contra las olas, cada uno separado del otro por bastantes metros.
Desesperado, buscó algo con que ayudarles, y encontró un cabo que flotaba entre los restos del naufragio. Enseguida comprendió la fatalidad: solo podría salvar a uno de los dos. Todo pasó en una fracción de segundo. El padre miró en dirección a su hijo y, con el corazón oprimiéndole la garganta, gritó: "¡Te quiero, hijo! ¡Te quiero mucho!". Y con todas sus fuerzas lanzó la cuerda al amigo del muchacho.
Con gran esfuerzo, el pescador y el joven llegaron a la playa. Exhaustos, cayeron sobre la arena. Tras un angustioso silencio, el joven preguntó al padre de su amigo: "¿Por qué? ¿Por qué me has salvado a mí?". El pescador, entre lágrimas, miró al joven y le dijo: "Mi hijo estaba preparado para la vida eterna, pero tú aún no habías descubierto el amor de Jesucristo".
Desde ese instante, el joven ya no fue el mismo; cambió radicalmente, consciente del alto precio que se había pagado por él.

lunes, 7 de mayo de 2018

TODO Y NADA (Ramón de Campoamor)

A mi excelente amiga la marquesa de Vellisca.

¿Qué sabemos? Que son los cementerios
el osario común de los humanos,
que el alma es un abismo de misterios
y el cuerpo un hervidero de gusanos.
Mas nos queda, marquesa, el gran consuelo
de que, con fe, toda conciencia honrada,
aunque mirando al mundo no ve nada,
feliz, todo lo ve mirando al cielo.

ORACIÓN PARA REZAR CUANDO UNO SE SIENTE SOLO Y DESESPERADO

Señor mío, en este momento de vacío recurro a tu poderosa presencia para hacerte saber que me encuentro solo, deprimido y pobre en espíritu.
Mi corazón se siente abatido, acongojado y lleno de dolor. Ya mis ojos no logran ver ninguna esperanza que pueda consolarme el alma y hacerme levantar de esta nube gris.
En las horas nocturnas puedes ver mis lágrimas y escuchar mi llanto. Ya no quedan fuerzas dentro de mí. Me ha cubierto una densa capa de tristeza, oscura y que amenaza con adueñarse de mi ser.
Señor mío, quiero sentir en este instante que tu presencia recorre cada gramo de mi existencia y me va llenando de tu poder, de tu bondad y de todo tu amor.
Ven a mí, Señor. Sé mi escudo y mi roca fuerte, mi fortaleza en medio de la penumbra y de esta depresión avasallante.
En estas horas de oscuridad ven y levántame victorioso, ven y levanta mi cabeza en alto una vez más. Confío en que solo Tú tienes el poder de animarme a salir y enfrentar esta dura batalla por mi vida.
Enséñame a ser un triunfador en tu amor. Robustéceme con el poder de tu preciosísima Sangre y pon a tono mis habilidades para hacer frente a todo tormento, a toda frustración, a todo deseo de dolor, de pena, de decaimiento. Llévate todo vestigio de depresión y tristeza.
Sé que aunque este llanto me esté atormentando durante la noche, Tú vendrás sobre mí al despuntar el alba, y con el Espíritu Santo me traerás la esperanza y la alegría necesaria para hacer frente a este gran desánimo que se quiere apoderar de mi vida.
Invoco a toda la Corte celestial, a todo el Coro de Ángeles, junto con la Santísima Virgen María, para que vengan en mi auxilio con su divino poder, limpien mi corazón de toda miseria y lo llenen de fe, de ánimo y de fuerzas.
Me uno al cántico del salmista para decir: "¡Señor, mi Dios y mi salvador, día y noche estoy clamando ante Ti, que mi plegaria llegue a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor! Porque estoy saturado de infortunios y mi vida está al borde del Abismo"(Salmo 82, 2-4).
Ven, Dios de poder y de ternura, y convierte mi lamento en baile, transforma mi depresión y mi tristeza en alegría y optimismo. Hazme llenar nuevamente con el gozo de tu salvación y revélame las maravillas de tu Reino.
Te seguiré alabando y dándote toda la Gloria, aun en medio de esta tristeza que siento que me mata y me corroe el alma.
Quédate a mi lado, quiero edificar mi vida desde tu mirada dulce y compasiva. Háblame al corazón y dame la fuerza para caminar firme y seguro. Estoy convencido de que, aunque todo el mundo caiga a mi derecha y a mi izquierda, yo no quedaré defraudado, porque tu amor y tu verdad me sostienen.
Inclina tu oído hacia mí. Ayúdame a no desanimarme y a desterrar de mi vida la tristeza y la depresión.
Cantaré mis alabanzas a Ti y declararé tus maravillas. Te daré gracias eternamente. Confío en que, en este momento, me envuelves con tu amor y me vas sanando todas las heridas del corazón.
Toda mi vida sea siempre para tu gloria, Señor.
Amén. 

ORACIÓN POR TODOS LOS NIÑOS

Padre bueno, en este día tan feliz para mí y para muchos, no quiero olvidarme de todos los niños que sufren en el mundo. Por los niños enfermos, por los niños de la guerra, por los niños de la calle, por los niños abandonados, por los niños sin familia, por los niños que no pueden ir a la escuela, por los niños que no tienen para comer, por los niños que deben trabajar. Por todos ellos, Señor, te pido en este día.

jueves, 3 de mayo de 2018

SÍMBOLOS PAPALES

EL PECTORAL. Un crucifijo en el pecho es uno de los emblemas que acompañan siempre al Papa.

EL ESCUDO PAPAL. Lo elige cada Papa. En él suelen aparecer elementos relacionados con la sede papal y con el lema de su tarea como sucesor de Pedro.

EL PALIO. Es una banda de lana blanca de pocos centímetros que se coloca sobre la casulla. Es la insignia más antigua y característica del obispo de Roma.

LA FÉRULA. Es el bastón de pastor. Se diferencia del báculo de los obispos en que en el extremo superior lleva un crucifijo.

EL ANILLO DEL PESCADOR. Cada Papa tiene el suyo propio. Lleva grabado su lema escogido para el ejercicio de su tarea como suprema autoridad de la Iglesia.

EL SOLIDEO. Un gorro de tejido blanco con el que se cubre la cabeza. Su nombre significa "solo Dios".

LA MITRA. Toca alta y puntiaguda que lleva el Papa en las celebraciones solemnes.

HIMNO A LA SABIDURÍA DE DIOS (DEL LIBRO DE JOB)

El hombre echa mano al pedernal,
descuaja las montañas de raíz,
en la roca excava galerías,
vislumbra objetos preciosos;
ataja los hontanares de los ríos
y saca lo oculto a la luz.
Pero ¿dónde se encuentra la sabiduría?,
¿dónde el yacimiento de la prudencia?
El ser humano desconoce su camino,
no se encuentra en la tierra de los vivos.
Dice el Océano: "No está en mí";
responde el Mar: "No está conmigo".
No puede adquirirse con oro
ni comprarse a peso de plata;
no se paga con oro de Ofir,
con ónices preciosos o zafiros;
no la igualan el oro ni el vidrio,
ni se paga con vasos de oro fino,
no cuentan el cristal ni los corales,
la Sabiduría vale más que las perlas;
no la iguala el topacio de Etiopía,
ni se cambia por el oro más puro.
¿De dónde se saca la sabiduría,
dónde se encuentra la prudencia?
Se oculta a los ojos de las fieras
y se esconde la las aves del cielo.
Muerte y Abismo confiesan:
"De oídas conocemos su fama".
Solo Dios encontró su camino,
Él llegó a descubrir su morada,
pues contempla los límites del orbe
y ve cuanto hay bajo el cielo.
Entonces dijo al ser humano:
"Temer a Dios es sabiduría,
apartarse del mal es prudencia".