viernes, 31 de marzo de 2023

ORACIÓN SANTA BALBINA


Dulce Esposo de las vírgenes sagradas, Jesús, que a la bienaventurada santa Balbina concediste la belleza corporal y su virginal pureza, fortalece por intercesión de la misma y protege contra todo peligro y amenaza a todas las mujeres necesitadas de valentía. Amén.

MEDITACIÓN VIERNES DE DOLORES (P. Damián Ramírez)


Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 31-42

En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
Él les replicó:
«Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?».
Los judíos le contestaron:
«No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios».
Jesús les replicó:
«¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: sois dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre».
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí.
Muchos acudieron a él y decían:
«Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad». 
Y muchos creyeron en él allí. 









jueves, 30 de marzo de 2023

LUNA, LUNERA


 

MEDITACIÓN JUEVES V DE CUARESMA A (P. Damián Ramírez)


Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 51-59

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy». 
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo. 



“Quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre” (Jn 8,51-59)

Señor Jesús, me pregunto qué es eso de guardar tu palabra. Yo la tengo siempre cerca, de hecho tengo hasta diferentes volúmenes de ella: unos más pequeños, unos más nuevos, otros más usados. Algunos de gran tamaño, otros más solemnes y el que suelo utilizar, repleto de notas, de recuerdos y un poco estropeado por el paso del tiempo. ¿Es eso guardar tu palabra? Creo que no.

Señor Jesús, me gustaría poder hacer de tu evangelio la norma de mi vida. Me gustaría organizarme en torno a tu Evangelio y en torno a tu evangelio crecer. Me gustaría saber más de Ti, aprender a leer entre líneas, no perderme detalle, intuirte en cada texto, en cada parábola, en cada escena. Me gustaría aprender a guardar tu palabra en lo más profundo de lo que soy, allí donde las incoherencias y los anhelos se dan la mano, allí donde el deseo de conocerte y mi propia debilidad juegan a intentar ser lo que quieres que sea.

Señor Jesús, si quien guarda tu palabra no verá la muerte para siempre, quiero guardarla, porque quiero vivir para siempre. Enséñame el modo para poder guardar tu palabra con naturalidad, cotidianamente. Que supere la tentación de mantenerla intacta, sin abrirla, sin leerla, sin dejarme transformar por ella. Que tu palabra me abra los ojos y me haga caminar y vivir en verdad. Que al leer y escrutar tu palabra sepa qué quieres que haga y me ponga a ello.

Así te lo pido. Así sea.


miércoles, 29 de marzo de 2023

ORACIÓN SANTA GLADYS Y SAN GUNDLEUS

Señor, te pedimos que por medio de la oración y la integridad de santa Gladys y san Gundleus nos ayudes a todos tus fieles, para que podamos participar en la herencia eterna de aquellos a quienes celebran su fiesta  con devoción. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Santa Gladys y san Gundleus, rogad por nosotros.

MEDITACIÓN MIÉRCOLES V DE CUARESMA A (P. Damián Ramírez)

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 31-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».
Le replicaron:
«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».
Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».
Le replicaron:
«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».
Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».


"Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn 8,31-42)

Señor Jesús, en este tiempo en el que estamos parece que todo es susceptible de ser o no verdad. Nosotros, acostumbrados como estamos a vivir a toda prisa, sin cuestionarnos casi nada porque “es lo que hay”, ahora parece que la verdad nos golpea de otro modo y nos preocupa. ¿Cuál será la verdad de lo que está sucediendo? ¿Cuál es nuestra verdad? ¿Cuál es mi verdad?

Señor Jesús, tu Evangelio de hoy nos dice que para poder ser discípulos tuyos hay que permanecer en tu palabra: por eso en esta oración de hoy te pido que me acerques a tu palabra, que me enamores de ella y que la lea para poder descubrir quién eres y qué quieres de cada uno de nosotros. En esta mañana te pregunto, Señor, ¿qué quieres de mí?

Señor Jesús, es tu palabra la que nos muestra el camino, la que nos indica qué es y dónde está la verdad. Es en tu palabra donde descubrimos cuál es la verdad que nos hace libres. Dame la fe necesaria para creer en tu palabra. Dame una confianza en Ti sin condiciones, sin exclusiones, sin medias verdades.

Señor Jesús, necesito descubrir la verdad que esconde tu Evangelio. Necesito tu verdad para ser y vivir libre y en libertad. Necesito descubrirte cada jornada para poder seguir fundamentado mi vida sobre la verdad. Haz que sea posible. 

Así te lo pido. Así sea.






martes, 28 de marzo de 2023

MEDITACIÓN MARTES V DE CUARESMA A (P. Damián Ramírez)


Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 21-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». 
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.


 

"¿Quién eres tú?" (Jn 8,21-30)

Señor Jesús, ¿quién eres Tú? ¿Qué rostro tienes? ¿Dónde te escondes, dónde te manifiestas? En este tiempo tan excepcional, tan inesperado, tan tristón, ¿quién eres Tú?

Señor Jesús, nuestras vidas tan agendadas, tan programadas, tan aseguradas, tan necesitadas de salir y de estar siempre por ahí, tan de aquí abajo... en esas vidas, en esta jornada, nos preguntamos, como aquellos, ¿quién eres Tú?

Señor Jesús, sabemos que el que te envió siempre estuvo contigo y jamás te abandonó. Fortalece nuestra fe y nuestra confianza en Ti para que creamos y sintamos que estás con nosotros, con cada uno y que jamás nos abandonas. En estos momentos sé para nosotros esperanza y alegría.

Señor Jesús, haznos a todos responsables, respetuosos y resilientes. Porque sabemos que Tú eres VIDA abundante.

Así te lo pido. Así sea.






lunes, 27 de marzo de 2023

ORACIÓN SAN RUPERTO


Oh querido monje devoto, misionero y predicador, san Ruperto de Salzburgo, te pedimos que ruegues por todos nosotros y por la Iglesia para que, a pesar de las dificultades de la vida, nunca abandonemos nuestros esfuerzos por vivir según las enseñanzas de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MEDITACIÓN LUNES V DE CUARESMA A (P. Damián Ramírez)

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 1-11


En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó:
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
«Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».



"Anda, y en adelante no peques más" (Jn 8,1-11)

Señor Jesús, ¡si fuera tan fácil encontrarse contigo y escucharte decir que nadie nos acusa, que vayamos y en adelante no pequemos más, quizás todo sería más fácil, más evidente  más posibilitante! Pero Tú quieres que cada uno paremos, nos miremos dentro, examinemos qué hacemos y nos dejemos interpelar por tu Palabra y por nuestro encuentro personal contigo. Haz que deseemos hoy encontrarnos contigo y que abandonemos la superficialidad para poder intuirte y dejarnos hacer por Ti. 

Señor Jesús, ¡si fuera tan fácil que los otros dejaran de acusarnos para sentirnos bien, para sabernos perdonados, para borrarlo todo y comenzar de nuevo! Pero no. Debemos ser conscientes de nuestro mal, de nuestras debilidades, de nuestro pecado y ponerlo en tu presencia y desear gustar internamente tu escucha y tu misericordia reparadora. Haz que practiquemos hoy un examen de conciencia sincero y que nuestra voluntad se abra a tu voluntad.

Señor Jesús, ¡si fuera tan fácil vivir reconciliados con nosotros mismos, con los demás y contigo! Crea en nosotros el deseo sincero de vivir a tu estilo, de liberar a quien liberado necesita ser y de en todo amar y servir. Haznos personas agradecidas por sabernos objeto de tu misericordia. 

Así te lo pido. Así sea.






domingo, 26 de marzo de 2023

LÍBRAME, SEÑOR, DE LA INDIFERENCIA

 

Líbrame, Señor, de la indiferencia cuando cierro mis ojos para no ver aquello que me circunda; para no ser tocado por los problemas de los demás; cuando cierro mi corazón y no tomo en consideración a las otras personas.

Ilumina, Señor, mi corazón, que me sienta miembro de la gran familia humana; que arda allí donde la dignidad humana esté en juego; que me detenga ante el sufrimiento de este mundo para aliviarlo, ante las heridas de los demás para curarlas, con lo medios que tenga, comenzando por el propio tiempo y expresando ternura en mi gestos y lenguaje.

Tú, Señor, hiciste la voluntad del Padre, al sumergirte hasta el fondo en nuestra historia, para compartir con la humanidad su amor gratuito y misericordioso. Que con tu Espíritu, Señor, podamos hacernos cargo de la realidad, cargar humildemente con ella, y encargarnos, en la medida de lo posible, para que la casa común sea según la voluntad del Padre bueno. Amén.

ORACIÓN SAN BRAULIO DE ZARAGOZA

Señor, Tú que colocaste a san Braulio en el número de los santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así participar de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

MEDITACIÓN DOMINGO V DE CUARESMA A (P. Damián Ramírez)

¡Buenos días!

Con el reloj cambiado de hora empieza a amanecer el último domingo de Cuaresma.  

Es hora de hacer balance y escuchar de labios de Jesús aquellas palabras suyas a Lázaro en el sepulcro: “¡SAL FUERA!”.

Piensa hoy de dónde tienes que salir y siente cómo el Señor te quiere vivo/a y no muerto/a.

Celebraremos la Eucaristía a las 11:00 (retransmitida por el canal YouTube parroquial) y a las 19:00, como cada domingo. 

¡SAL FUERA Y VIVE!

Dios te bendiga 🙏



Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 8-11

Hermanos:
Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro le mandaron recado a Jesús diciendo:
«Señor, el que tú amas está enfermo».
Jesús, al oírlo, dijo:
«Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella».
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba. Solo entonces dijo a sus discípulos:
«Vamos otra vez a Judea».
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Jesús se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
«¿Dónde lo habéis enterrado?».
Le contestaron:
«Señor, ven a verlo».
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
«¡Cómo lo quería!».
Pero algunos dijeron:
«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?».
Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
«Quitad la losa».
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
«Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días».
Jesús le replicó:
«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado».
Y dicho esto, gritó con voz potente:
«Lázaro, sal afuera».
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
«Desatadlo y dejadlo andar».
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.


sábado, 25 de marzo de 2023

ORACIÓN AL BEATO SABASTIÁN DE APARICIO PARA RECUPERAR EL AMOR PERDIDO


Santo y poderoso viejo amigo mío, hoy te pido aquí, en primer lugar, tu gran ayuda para solucionar necesidades problemas, porque ya no encuentro solución. 

Divino san Sebastián de Aparicio, hago esta llamada para que vengas en mi  ayuda y nunca me desampares. Porque antes de iniciar esta oración pongo mi alma y espíritu en la balanza de la misericordia y la bienaventuranza que el Padre nos ha dado a todos y a cada uno.

A partir de ahora prometo serte fiel seguidor sin queja alguna o remordimiento por cada petición que te haga, porque sé que, durante toda nuestra amistad, siempre has sido un fiel amigo, que me ayuda en las buenas y en las malas.

Así como un fiel maestro ayuda a su fiel seguidor, tú me ayudas a mí. Oh viejo gran compañero, pongo en tus manos de esta forma mi alma y corazón, como Cristo puso la salvación de todos nosotros en las manos de su Hijo.

Porque yo te considero un fiel guardián y amigo mío, hoy te pido a ti, en este momento de desesperanza, para que el amor que una vez se fue vuelva a mi vida y pueda celebrar con gozo y júbilo su regreso.

Te hago esta humilde petición, en la que este humilde servidor no sabe de qué manera más expresarse, para que este deseo tan adentro de mi corazón sea cumplido por ti, viejo amigo. Porque el poder que te fue asignado a ti por el Padre va más allá del entendimiento que tengo y más allá de lo normal que conocemos.

Por esta razón acudo a ti, santo poderoso, que sé que, en este momento, en el cual más te necesito, no me abandonarás ni por un solo momento.

Hoy te pido, santo legendario, que todo vuelva a ser como antesPor eso estoy aquí, hincado de rodillas, pidiendo de corazón y de la manera más pura, que ayudes a este humilde servidor que te hace una petición que sólo tú puedes cumplir.

Porque en t, confío, en ti creo y a ti pido de una forma de devota, porque me he declarado tu fiel servidor, y sin lugar a duda contestarás a mi llamada, viejo amigo celestial. 

Intercede por mí en esta situación, para que las cosas encajen de una manera divina y que nadie pueda evitarlo.

Sin más nada que acatar, pongo en tus manos este gran amor que tengo. Amén.


MEDITACIÓN ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR (P. Damián Ramírez)


Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque “para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra». 
Y el ángel se retiró. 




viernes, 24 de marzo de 2023

ANHELO


 

MEDITACIÓN VIERNES IV DE CUARESMA A


Lectura del santo evangelio según san Juan 7, 1-2. 10. 25-30

En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.
Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:
«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».
Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:
«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado». 
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.


 

"Mirad cómo habla abiertamente" (Jn 7, 1-2. 10. 25-30)

Señor Jesús, eso nos gustaría a nosotros: hablar siempre abiertamente, sin miedo, sin tener que cuidar tanto las palabras que al final acabamos por no decir lo que queríamos, sin tener que pensar demasiado si a alguien le molestará escuchar la verdad de lo que Tú eres y de lo que Tú obras en nosotros.

Señor Jesús, pon en nuestros labios tus palabras, danos valentía para no callar ante la injusticia, haznos profetas que anuncian y denuncian, crea en nosotros un espíritu crítico capaz de no pactar con la mediocridad y la indiferencia. Danos entrañas de misericordia para ser compasivos con los demás, de modo especial con el prójimo más vulnerable.

Señor Jesús, pon en nuestro corazón ese modo tuyo de bendecir, de imponer las manos, de sanar y de ungir con el bálsamo de la fraternidad y la paz. Inspira en nosotros tus gestos y palabras, de modo especial ante quienes se sienten explotados, angustiados y desesperanzados. Que nadie se vaya nunca de nuestro lado sin haber visto en nosotros una sonrisa y un gesto de cariño.

Señor Jesús, vamos a por este viernes. Acompaña nuestro caminar. Haznos fecundos en la Caridad y haz que hablemos abiertamente de la suerte inmensa que es llevarte en el corazón y saber que Tú llevas tatuado nuestro nombre en tus manos.

Así te lo pido. Así sea.






jueves, 23 de marzo de 2023

ORACIÓN A SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO


Santo Toribio, tú que nos dejaste un ejemplo inigualable de amor por Cristo, por la Iglesia y por las almas, y proclamaste el evangelio con tu vida de santidad, más que con palabras, intercede ante Dios por nuestras almas necesitadas de su gracia para seguir tu camino, siendo fieles al evangelio, comenzando con nuestros corazones en relación con el Señor, en relación con nuestra familia y las personas más cercanas, como también con aquellas que son solo observadoras de nuestros actos y sepamos llevar el mensaje de Cristo. Amén. 

ORACIÓN SAN JOSÉ ORIOL



Señor, Tú quisiste que san José Oriol fuese un ejemplo admirable de penitencia y brillase por el don de las curaciones; concede a tu pueblo un verdadero espíritu de conversión y la salud del alma y del cuerpo. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.




MEDITACIÓN JUEVES IV DE CUARESMA A (P. Damián Ramírez)

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 31-47

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis.
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».

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"Sé que es verdadero el testimonio que da de mí" (Jn 5,31-47) 


Señor Jesús ¡qué pasada! ¡Ojalá dijeras de mí que es verdadero el testimonio que doy de Ti! Por eso en esta mañana te pido que me hagas testigo tuyo en medio del mundo, en mi casa, en mi comunidad, con mis vecinos. Hazme valiente, dame coraje para pronunciar tu nombre allí donde hoy me encuentre. Que no tenga miedo de hablar de Ti aquello que de Ti sé y, sobre todo, aquello que vivo porque te conozco. 

Señor Jesús, que mi testimonio sea verdadero y que mi vida, mis palabras, mis gestos y mis acciones hablen de Ti. Hazme icono tuyo hoy. Hazme sacramento tuyo en medio de la gente. Hazme testigo creíble de que mi amistad contigo, de que tu proyecto de vida y tu modo de hacer las cosas es verdadero y visible hoy. 

Así te lo pido. Así sea.






miércoles, 22 de marzo de 2023

MEDITACIÓN MIÉRCOLES IV DE CUARESMA A (P. Damián Ramírez)


Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 17-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.
En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió». 



"Mi Padre sigue actuando" (Jn 5,17-30)

Señor Jesús, así lo creemos. Y así te lo confieso esta mañana:

Creo en un Dios que no puede escribirse con minúscula.

Creo en un Dios tan poderoso que sólo sabe ser Dios cuando aparece velado en lo pequeño, en lo débil, en lo roto, en lo desechable.

Creo en un Dios que en el amor tiene su mejor versión.

Creo en un Dios presente en su aparente ausencia, ausente en mi presencia, totalmente Él cuando totalmente en lo más íntimo de mí mismo.

Creo en un Dios discreto en su grandiosidad y grandioso en su modo sencillo de actuar.

Creo en un Dios que es Palabra y Palabra hecha Hijo e Hijo hecho hermano, tan hermano, que me siento de los suyos.

Creo en un Dios cuya misericordia supera todas mis debilidades, todas mis faltas y todos mis egoísmos.

Creo en un Dios que cura, sana y salva.

Creo en un Dios al que no puedo engañar, ni sobornar, ni esconder, ni quedármelo solo para mí.

Creo en un Dios capaz de todo en el amor, y en el amar presente en todas sus formas si ese amor ni cansa ni se cansa.

Creo en un Dios justo, leal, cercano. Un Dios que acompaña nuestra Historia y me hace guiños cuando menos lo espero.

Creo en un Dios alegre, sonriente, posibilitante y solidario con todas mis causas justas y con todos mis anhelos de felicidad verdadera.

Creo en un Dios al que puedo mirar cara a cara y con el que es fácil entablar conversación de buenos amigos.

Creo en un Dios que sale a mi encuentro y que ante mis búsquedas responde siempre con una invitación a ser en todo como Él y a practicar su modo de proceder.

Creo en un Dios al que cada mañana me dirijo con tanta confianza que el solo hecho de ponerme en su presencia ya me bendice.

Creo en un Dios bueno, amigo y hermano.

Creo en un Dios cuyo rostro es Jesús y cuya presencia siento por la fuerza de su Espíritu.

Creo en un Dios que me da vida y en la vida me acompaña y sostiene con ternura.

Creo en un Dios que tanto me quiere que me entrega cada jornada a su Hijo para que acompañe mis pasos.

Creo en un Dios que sigue actuando.

Y así pido que siga siendo. Amén.










martes, 21 de marzo de 2023

ORACIÓN DE CHIARA CORBELLA A LA VIRGEN MARÍA

Oh Virgen María, Tú que eres mi Madre,  que tanto me amas por parte de Dios, acoge hoy mi deseo de consagrarme a Ti. Te doy toda mi persona y mi vida,  te doy mi cuerpo, mis pensamientos y afectos, mi capacidad profunda de amar y de conocer lo verdadero. Todo lo que es mío es tuyo y te pertenece. Te lo doy para poder así pertenecer totalmente a Cristo, vida de mi vida. Con confianza y amor te repito: Estrella de la Mañana que me llevas a Jesús, Totus Tuus.

MEDITACIÓN MARTES IV CUARESMA A (P. Damián Ramírez)

 


Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 1-16

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.


"Levántate, toma tu camilla y echa a andar" (Jn 5, 1-16)


Señor Jesús, a pesar de mis parálisis en el sentir como Tú, en el vivir como Tú, en el servir como Tú y en mi modo de hacer las cosas, a pesar de todo ello dime hoy también a mí ese “levántate y echa a andar”. Lo necesito.
 
Señor Jesús, a pesar de mis parálisis a la hora de dar testimonio de Ti en mi vida, a pesar de mi cobardía a la hora de salir al encuentro del que necesita ser encontrado y acompañado, a pesar de mi pobre voluntad, a veces tan perdida en mis cosas y tan olvidadiza de conformarse con la tuya, a pesar de todo ello dime hoy también a mí ese “levántate y echa a andar”. Lo necesito.
 
Señor Jesús, a pesar de mis errores, de mis faltas, de mis debilidades, de mis frustraciones, de mis angustias y de mi pecado, a pesar de mis egoísmos, a pesar de mi hipocresía revestida de mecanismo de defensa, a pesar de mi aparentar, a pesar de mis tinieblas y mis sombras, a pesar de todo ello dime hoy también a mí ese “levántate y echa a andar”. Lo necesito.

Señor Jesús, estoy dispuesto a tomar mi camilla y a seguir caminando. Hazme escuchar con claridad ese levántate que lo transforma todo. 

Así te lo pido. Así sea.