jueves, 31 de julio de 2014

EL ÚLTIMO DESEO (Cuarto cuento chino de Ho Tse Lin)

Chai Cai vivía en una aldea de montaña de China. A sus 136 años era considerado el hombre más viejo del mundo, por lo que era amado y venerado. Le gustaba contar historias a los niños (los mayores huían), sobre todo la del viejo de la montaña, pero nadie le creía. Ya sólo tenía una ilusión en la vida. Había visto todas las películas de dibujos animados de Walt Disney y quería conocer al ratón Mickey y hacerse una foto con él. Su única hija viva, Li Tae, decidió llevarlo a Tokio, donde había un Parque de Disney. Tenían entrada para un solo día, por lo que nada más entrar se dirigieron a Toontown, donde Mickey tenía su casa y se hacía fotos con los visitantes. La cola era larguísima, pero aguantaron casi cuatro horas. Cuando ya les tocaba empezó a llover, así que se suspendió todo y dieron orden de refugiarse en los restaurantes y tiendas cercanos. La lluvia no cesaba y llegó la hora de cerrar.  ¡No podía ser! Un viaje tan largo...para nada. Intentaron por todos los medios hacerse esa foto, pero fue imposible.
     - No importa, hija. Otro año vamos a Orlando o a París. Seguro que tendremos más suerte.
    - ¡Claro que sí, padre! Juntaremos dinero y dentro de cuatro o cinco años te harás esa foto tan deseada.
    Pasaron cuatro años y ya tenían el dinero para el nuevo viaje, pero ocurrió algo inesperado: Su hija Li Tae murió unos días antes de cumplir cien años. Le pidió entonces a su nieto Ce Wong que lo llevase a un Parque Disney para hacer realidad su deseo, pero Ce tenía otros planes para el dinero.
    - Abuelo, yo te voy a regalar una foto de Mickey, pero el dinero me lo voy a gastar en un todoterreno para mí y mi hijo.
    - Pero Ce, con ese dinero no te llega.
    - Con ese y con los ahorros que tienes en tu cuarto, que con tus años ya no te van a hacer falta.
    - ¡Por favor, no me hagas eso! Quédate con los ahorros si quieres, pero déjame hacer el viaje, aunque sea solo.
   - ¡No se hable más! Tú te quedas aquí esperando la barca de Caronte.
      Chai Cai quedó abatido por la actitud de su nieto. Sus vecinos se enteraron de lo sucedido y como lo amaban y veneraban convencieron a Ce Wong para que no le quitara el dinero. Pero debido al mal estado físico del anciano nadie quería acompañarlo en tan largo viaje. Posiblemente no lo soportaría y moriría antes de llegar a ningún sitio. Así que tuvieron una idea: Ya que él no podía ir a ver a Mickey, que Mickey viniera a la aldea y se hicieran la foto.
      Encargaron un disfraz de Mickey en la ciudad y se lo puso una muchacha de baja estatura. Fueron todos los vecinos con "Mickey" a casa del anciano.
    -  ¡Venga, Chai Cai, póngase con Mickey, que vamos a hacerle la foto!
    Chai Cai se llevó el dedo a la boca y se puso a chupetearlo.
    - Tengo 140 años, pero ni chocheo ni me chupo el dedo. Ese no es Mickey de verdad. Os agradezco el esfuerzo, pero Mickey está en el mundo de Disney.
  Dejadme que vaya yo solo. Llegaré seguro, tengo que hacerme esa foto.
      - Lo siento, Chai Cai -intervino uno de los vecinos-. No podemos dejarle que vaya. Su cuerpo está muy mal. No tendría ninguna posibilidad.
      - Pues no pienso morir hasta que me haga esa foto. El viejo Lu Ching me contó el secreto. Sólo necesito que alguien juegue conmigo al ajedrez y a la pocha. Del resto me encargo yo solo.
    Hoy, a sus 145 años, Chai Cai está considerado el hombre más viejo del mundo y también el más sabio. Nadie ha conseguido jamás ganarle al ajedrez y a la pocha. Él dice que no morirá hasta que se haga una foto con Mickey. Y nadie quiere que muera. Al menos hasta que no revele los secretos más profundos de la pocha.

El famoso y laureado escritor Ho Tse Lin tuvo la fortuna de poder hacerse una foto con Mickey Mouse. A veces sucede que una tontería para muchos es algo importante para otros.

miércoles, 30 de julio de 2014

ORACIÓN A SAN JOSÉ (8)

Amorosísimo Protector mío, vuelve sobre mí tus piadosos ojos, y ve el estado lastimoso a que me ha reducido mi aversión a la mortificación cristiana. ¡Ay, cuán grande es el número de pecados que me ha ocasionado la inmortificación! Heme aquí ahora postrado a tus pies, suplicándote me alcances la fuerza necesaria para salir de tanta miseria, y animarme a mortificar continuamente esta carne rebelde... ¡Desventurado de mí! Si con fe devota hubiese invocado el poderoso nombre de tu Jesús, no habría venido a parar a tanta desdicha, ni el demonio, encadenándome, habría alcanzado tantas victorias sobre mí. Ahora, pues, que lleno de confianza acudo a Ti, no tardes en venir en mi auxilio. Yo te prometo que en cualquier tentación, necesidad o peligro en que me viere, quiero invocar y mediante la divina gracia invocaré inmediatamente y con fe el nombre dulcísimo de Jesús, por el que espero obtener la corona de la gloria. ¡Oh amado Santo, pueda yo expirar diciendo con amor: "Jesús, José y María, mi corazón os doy y el alma mía".


JACULATORIA

Alcánzame ¡oh san José!
que dome mis pasiones:
que en mis tribulaciones

invoque a tu Jesús.

martes, 29 de julio de 2014

EL SEÑOR ES MI PASTOR (Nico Montero)

El Señor es mi Pastor, nada me falta. El señor es mi Pastor.
En praderas reposa mi alma, en su agua descansa mi sed. Él me guía por senderos justos. Por amor, por amor de su nombre, aunque pase por valles oscuros ningún mal, ningún mal temeré, porque sé que el Señor va conmigo, su cayado sostiene mi fe.
El Señor es mi Pastor, nada me falta. El Señor es mi Pastor.
Tú preparas por mí una mesa frente a aquellos que buscan mi mal. Con aceite me ungiste, Señor, y mi copa rebosa de Ti. Gloria a Dios, Padre omnipotente, y a su Hijo, Jesús el Señor, y al Espíritu que habita en el mundo, por los siglos eternos. Amén.
El Señor es mi Pastor, nada me falta. El Señor es mi Pastor.

   

lunes, 28 de julio de 2014

EPIGRAMA DE NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Ayer convidé a Torcuato,
comió sopas y puchero,
media pierna de cordero,
dos gazapillos y un pato;
doyle vino y respondió:
Tomadlo por vuestra vida,
que hasta mitad de comida
no acostumbro a beber yo.

viernes, 25 de julio de 2014

ORACIÓN DE ABANDONO

 


LA HISTORIA DE LU SI (Cuento chino)

En la ciudad de Cang Zhou vivía un joven llamado Lu Si que, además de vagabundo y pordiosero, era cruel e irascible. Los vecinos tenían el mismo miedo de él que lo de los tigres y de los lobos salvajes.
Un atardecer estaban Lu Si y sus amigos refrescándose con la brisa del verano a la orilla de un río cercano a la ciudad; cuando un rayo anunciaba la lluvia, vieron a una joven refugiándose en un templo antiguo cerca de donde ellos se encontraban.
-Podríamos violarla- dijo Lu Si a sus amigos.
Con la llegada de la noche, poblada de nubes apretadas y oscuras, Lu Si y sus amigos entraron en el templo, amordazaron a la mujer, rasgaron y tiraron sus ropas y, por turnos, la violaron.
Bajo la luz de un relámpago, Lu pudo ver que la víctima tenía un gran parecido con su propia esposa; le preguntó su nombre y resultó que era ella. Furioso, quiso tirarla al río, pero la mujer gritó:
-Tú deseabas violar a una mujer de los demás pero los demás acaban de hacerlo conmigo; es la venganza del cielo, ¿y todavía eres capaz de matarme?
Lu no pudo contestar. Con afán buscó las ropas de su cónyuge pero el viento las había arrojado al torrente, por lo que tuvo que llevarla desnuda hasta su casa.
Escampó, salió la luna, y toda la ciudad disfrutaba al enterarse de los hechos; abochornado, Lu Si se suicidó lanzándose al cauce.
La esposa había salido del pueblo para visitar a sus padres, con la intención de regresar pasado un mes; pero su familia se había quedado sin vivienda a causa de un incendio, por lo que tuvo que volverse, hecho último que su esposo ignoraba.
Después de muerto, Lu Si se apareció en sueños a su viuda y le dijo:
-Fueron muy graves mis pecados. Debería estar en el infierno pero, gracias a que fui buen hijo, logré salir de allí, sólo que reencarnado en una serpiente. Pronto te casarás de nuevo. Trata bien a tu esposo nuevo y a tus suegros . Cuídate de no caer en las pailas hirvientes de eterno fuego, en el infierno donde el castigo para la gente que trate mal a sus padres es extremadamente severo.
El día de la boda, de un rincón de la casa, salió una culebra que miraba a la novia con nostalgia; ella recordó el sueño pero, cuando quiso hablar al animal, la música de la fiesta comenzó y la serpiente se esfumó.

domingo, 20 de julio de 2014

EL MUCHACHO Y EL PERRO (Pablo de Jérica)

   Yendo un muchacho a la escuela
con el almuerzo en la mano,
cierto perro conocido
le fue siguiendo los pasos.
   Hacíale, zalamero,
muchas fiestas con el rabo,
poniéndosele delante
y dando continuos saltos.
   -Bien sé yo lo que tú quieres,
dijo risueño el muchacho.
¡Picarón!, y al decir esto
le dio un mendrugo tamaño.
   Doblaba el perro las fiestas,
multiplicaba los saltos
según veía que el niño
mendrugos iba arrojando.
   Mas cuando vio que el almuerzo
del todo se hubo acabado,
entonces, rabo entre piernas,
se alejó más que de paso.
   Como quien mira visiones
se quedó el joven incauto,
sin almuerzo y sin amigo.
¡Pobre inocente!, los años
le enseñarán que en el mundo
tan vil proceder no es raro.

sábado, 19 de julio de 2014

COURONNÉE D'ÉTOILES (CORONADA DE ESTRELLAS)

Te saludamos, oh, Señora nuestra,
María, Virgen santa que cubre el sol.
Coronada de estrellas, la luna está bajo tus pies.
En ti nos ha sido dada la aurora de la salvación.

María, nueva Eva y gozo de tu Señor,
tú diste a luz a Jesús el Salvador.
Por ti nos han abierto las puestas del jardín.
Guíanos en el camino, Estrella de la mañana.

Permaneciste fiel, madre al pie de la cruz.
Sostén nuestra esperanza y mantén nuestra fe.
Al lado de tu Hijo, tú nos has acercado
el agua y la sangre derramados que salvan del pecado.

Cuál fue la alegría de Eva cuando subiste
más alto que todos los Ángeles, más alto que las nubes.
Y cuál es nuestra alegría, dulce Virgen María,
al contemplar en ti la promesa de vida.

Oh, Virgen Inmaculada, preservada del pecado
en tu alma y tu cuerpo, tú entras en los cielos.
Llevada a la gloria, Santa Reina de los cielos,
tú nos acogerás un día ante Dios.







viernes, 18 de julio de 2014

EL MAESTRO (Pedro Barrantes)

    Miradle, siempre en su modesta estancia
Rodeado de niños inocentes,
Con palabras sencillas y elocuentes,
Las nieblas disipar de la ignorancia.
    Vedle, con firme y pertinaz constancia,
Iluminar aquellas pobres mentes
Con sus consejos sabios y prudentes,
Amigo inseparable de la infancia.
    ¡Loor a esa figura venerable
Que, consagrando toda su existencia
A infundir el tesoro inapreciable
De la verdad, la luz y la experiencia,
Muestra al niño la fuente inagotable
De dignidad y honor, virtud y ciencia!


CANCIÓN PARA LA HORA DE COMER

De nuestros padres
el tierno amor,
sano alimento
nos preparó.

¡Gracias mil veces
demos a Dios!

Tú das al campo
gala y verdor,
por Ti la espiga
se dora al sol.

¡Gracias mil veces
demos a Dios!

Maná del cielo
bajó a tu voz
y de las piedras
agua brotó.

¡Gracias mil veces
demos a Dios!

Pan cotidiano
danos, Señor,
baje a nosotros
tu bendición.

¡Gracias mil veces
demos a Dios!

ORACIÓN PARA EL ACTO DE ACOSTARSE (Francisco Martínez de la Rosa)

¡El sueño de la inocencia
Déjame, ¡oh Dios! disfrutar,
Y mañana, al despertar,
Bendeciré tu clemencia!

¡Por descanso diste al hombre
El sueño tras la fatiga;
Pura mi lengua bendiga
Por siempre tu santo nombre!

Sólo el malvado no alcanza
Ni aun en el sueño reposo;
Porque hasta en sueños, medroso,
Ve el brazo de tu venganza.

Mi madre con dulce canto
Mi primer sueño arrulló,
En sus brazos me meció
Y enjugó mi triste llanto.

Corra mi sueño sereno
Cual arroyuelo entre flores,
Que del alba los colores
Retrata en su limpio seno.

¡Tu bálsamo celestial
Derrama ¡oh Dios! en mi pecho;
Y un ángel guarde mi lecho
Y me defienda del mal!

ORACIÓN PARA EL ACTO DE LEVANTARSE (Francisco Martínez de la Rosa)

Mis ojos a Ti se alcen,
Al ver hoy la luz del día;
Mis labios tu nombre ensalcen
Y páguete el alma mía
Las primicias de tu amor:
¡Bendito seas, Señor!
Bendito seas,
Tú que deseas
Siempre mi bien:
¡Bendito, amén!

Cual si de nuevo naciera,
Alegre a tu voz despierto;
Y la tierra placentera,
En unánime concierto
Da gracias a su Hacedor:
¡Bendito seas, Señor!
Bendito seas,
Tú que deseas
Siempre mi bien:
¡Bendito, amén!

Si miro ese hermoso cielo,
Lo hizo tu mano divina;
Obra es tuya el verde suelo;
Ese sol que me ilumina
A Ti debe el resplandor:
¡Bendito seas, Señor!
Bendito seas,
Tú que deseas
Siempre mi bien:
¡Bendito, amén!

Mira cual padre amoroso
A esta pobre criatura;
Vela a mi lado piadoso,
Y de toda desventura
Presérveme tu favor...
¡Bendito seas, Señor!
Bendito seas,
Tú que deseas
Siempre mi bien:
¡Bendito, amén!

martes, 15 de julio de 2014

HABLABA Y HABLABA... (Max Aub)

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.

EN LA PELUQUERÍA (Kjell Askildsen)

Hace muchos años que dejé de ir al peluquero; el más cercano se encuentra a cinco manzanas de aquí, lo que me resultaba bastante lejos incluso antes de romperse la barandilla de la escalera. El poco pelo que me crece puedo cortármelo yo mismo, y eso hago, quiero poder mirarme en el espejo sin deprimirme demasiado, también me corto siempre los pelos largos de la nariz.
Pero en una ocasión, hace menos de un año, y por razones en las que no quiero entrar aquí, me sentía aún más solo que de costumbre, y se me ocurrió la idea de ir a cortarme el pelo, aunque no lo tenía nada largo. La verdad es que intenté convencerme de no ir, está demasiado lejos, me dije, tus piernas ya no valen para eso, te va a costar al menos tres cuartos de hora ir, y otro tanto volver. Pero de nada sirvió. ¿Y qué?, me contesté, tengo tiempo de sobra, es lo único que me sobra.
De modo que me vestí y salí a la calle. No había exagerado, tardé mucho; jamás he oído hablar de nadie que ande tan despacio como yo, es una lata, habría preferido ser sordomudo. Porque ¿qué hay que merezca ser escuchado?, y ¿por qué hablar?, ¿quién escucha? y ¿hay algo más que decir? Sí, hay más que decir, pero ¿quién escucha?
Por fin llegué. Abrí la puerta y entré. Ay, el mundo cambia. En la peluquería todo está cambiado. Solo el peluquero era el mismo. Lo saludé, pero no me reconoció. Me llevé una decepción, aunque, por supuesto, hice como si nada. No había ningún sitio libre. A tres personas las estaban afeitando o cortando el pelo, otras cuatro esperaban, y no quedaba ningún asiento libre. Estaba muy cansado, pero nadie se levantó, los que estaban esperando eran demasiado jóvenes, no sabían lo que es la vejez. De manera que me volví hacia la ventana y me puse a mirar la calle, haciendo como si fuera eso lo que quería, porque nadie debía sentir lástima por mí. Acepto la cortesía, pero la compasión pueden guardársela para los animales. A menudo, demasiado a menudo, bien es verdad que ya hace tiempo, aunque el mundo no se ha vuelto más humano, ¿no?, solía fijarme en que algunos jóvenes pasaban indiferentes por encima de personas desplomadas en la acera, mientras que cuando veían a un gato o un perro herido, sus corazones desbordaban compasión. “Pobre perrito”, decían o “Gatito, pobrecito, ¿está herido?” ¡Ay, sí, hay muchos amantes de los animales!

Por suerte, no tuve que estar de pie más de cinco minutos, y fue un alivio poder sentarme. Pero nadie hablaba. Antes, en otros tiempos, el mundo, tanto el lejano como el cercano, se llevaba hasta el interior de la peluquería. Ahora reinaba el silencio, me había dado el paseo en vano, no había ya ningún mundo del que se deseara hablar. Así que al cabo de un rato me levanté y me marché. No tenía ningún sentido seguir allí. Mi pelo estaba lo suficientemente corto. Y así me ahorré unas coronas, seguro que me habría costado bastante. Y eché a andar los muchos miles de pasitos hasta casa. Ay, el mundo cambia, pensé. Y se extiende el silencio. Es hora ya de morirse.

martes, 8 de julio de 2014

ORACIÓN AL ACOSTARSE

Te adoro, Señor y Padre mío, y te amo con todo mi corazón. Te doy gracias por haberme creado y hecho cristiano y por haberme conservado en este día.
Guárdame en el descanso y líbrame de todos los peligros. Perdona los males que hoy he cometido y acepta el bien que he hecho.
Sálvame, Señor, despierto, y protégeme mientras duermo, para que viva con Cristo y descanse en paz. Amén.

lunes, 7 de julio de 2014

ORACIÓN AL LEVANTARSE

Yo te adoro, Señor y Padre mío, y te amo con todo mi corazón. Te doy gracias por haberme creado y hecho cristiano y por el nuevo día que me regalas. Te ofrezco las acciones de este día: haz que sean según tu voluntad y para mayor gloria tuya. Líbrame del pecado y de todo mal. Que tu gracia esté siempre conmigo y con todos los que yo quiero. Amén.
(Rezar un Padrenuestro y tres Avemarías).

LA VIDA SIGUE IGUAL (Julio Iglesias)


Unos que nacen, otros morirán,
unos que ríen otros llorarán,
aguas sin cauces, ríos sin mar,
penas y glorias, guerras y paz.

Siempre hay por qué vivir,

por qué luchar,
siempre hay por quién sufrir
y a quién amar.

Al final las obras quedan,

las gentes se van;
otros que vienen las continuarán.
La vida sigue igual.

Pocos amigos que son de verdad,

cuántos te halagan si triunfando estás
y si fracasas bien comprenderás:
los buenos quedan, los demás se van.

Siempre hay por qué vivir,

por qué luchar,
siempre hay por quién sufrir
y a quién amar.

Al final las obras quedan,

las gentes se van.
Otros que vienen las continuarán.
La vida sigue igual.


jueves, 3 de julio de 2014

HIMNO AL MAESTRO PARAGUAYO

Entonemos un himno sonoro
con vibrante, entusiasta fervor,
a quien da generoso el tesoro
de virtud, ciencias, arte y amor.
Al maestro abnegado y valiente
que abre el alma del brillo a la luz,
cual apóstol sublime, eficiente,
y paga su alma con ansias de cruz.
Salve maestro, bendito seas,
sembrando ideas vas por doquier.
Tuyo es el auro de la victoria
y la gloria que brinda el saber.


HIMNO DE LA ARMADA ESPAÑOLA (Letra de José Mª Pemán)

Soplen serenas las brisas,
ruja amenazas la ola,
mi gallardía española
se corona de sonrisas.

Por ti, Patria, por ti sola
mi vida a los mares dí,
por ti al peligro ofrecí
mis obras y pensamientos.
¡En la Rosa de los Vientos
me crucifico por ti!

Por tu sagrada presencia
que nada turba ni empaña,
tiene sus horas la hazaña
y sus horas la obediencia.

El imperio a España vendrá
por los caminos del mar.
Hay que morir o triunfar,
que nos enseña la historia:
en Lepanto la victoria
y la muerte en Trafalgar.

Soñando victorias, diciendo cantares,
marinos de España crucemos los mares,
delante la gloria, la leyenda en pos,
debajo las voces de nuestros caídos,
y arriba el mandato de España y de Dios.

De España y de Dios, de España y de Dios.