miércoles, 30 de junio de 2021

MEDITACIÓN MIÉRCOLES XIII TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,28-34):

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?».
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara».
Jesús les dijo: «Id».
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

Palabra del Señor





martes, 29 de junio de 2021

MEDITACIÓN SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo».

Palabra del Señor





lunes, 28 de junio de 2021

MEDITACIÓN LUNES XIII TIEMPO ORDINARIO (P. Damián Ramírez)

 Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,18-22):


En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
Otro, que era discípulo, le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Jesús le replicó: «Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos».

Palabra del Señor





SÉ COMO UN MUERTO (Cuento de India)

Era un venerable maestro. En sus ojos había un reconfortante destello de paz permanente. Sólo tenía un discípulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseñanza mística. El cielo se había teñido de una hermosa tonalidad de naranja-oro, cuando el maestro se dirigió al discípulo y le ordenó:
-Querido mío, acércate al cementerio y, una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.
El discípulo caminó hasta un cementerio cercano. El silencio era sobrecogedor. Quebró la apacible atmósfera del lugar gritando toda clase de elogios a los muertos. Después regresó junto a su maestro.
-¿Qué te respondieron los muertos? -preguntó el maestro.
-Nada dijeron.
-En ese caso, mi muy querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos a los muertos.
El discípulo regresó hasta el silente cementerio. A pleno pulmón, comenzó a soltar toda clase de improperios contra los muertos. Después de unos minutos, volvió junto al maestro, que le preguntó al instante:
-¿Qué te han respondido los muertos?
-De nuevo nada dijeron -repuso el discípulo.
Y el maestro concluyó:
-Así debes ser tú: indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros.

viernes, 25 de junio de 2021

MEDITACIÓN VIERNES XII TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,1-4):

En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.»
Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio.»
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés».

Palabra del Señor




jueves, 24 de junio de 2021

CÓMO OBTUVO EL JOROBADO SU OTRA JOROBA (Cuento popular)

Viajaban, dos jóvenes en busca de trabajo. El uno era aprendiz de sastre y el otro de joyero.
Una tarde al pasar por un bosque les llegó a los oídos una extraña música, tan dulce y agradable, que al punto sintieron desaparecer el cansancio de la ruda caminata. Los dos aprendices abandonaron el camino real para seguir un sendero que, penetrando más en el bosque, parecía conducir al lugar donde sonaba la tonadilla. No hay que decir cuánto fue el miedo que pasó el aprendiz de joyero; hasta la joroba —porque tenía esa desgracia— se le estremecía de pánico.
Guiándose siempre por los agradables acordes, llegaron finalmente al borde de una especie de hondonada, en cuyo fondo descubrieron una multitud de enanitos danzando. Asidos todos de las manos, formando un círculo, bailaban y saltaban al son de la melodía al tiempo que, con sus vocecillas, entonaban lindísimas canciones. Era algo realmente maravilloso.
En medio del corro de danzarines se hallaba otro enano, si bien un poco más alto que sus compañeros; tenía una hermosa y larga barba blanca que casi le arrastraba.
Al ver a los aprendices,  el gnomo les llamó por señas y les indicó que vinieran adonde él estaba. Entonces los demás gnomos se sumaron, invitándolos a la fiesta. El aprendiz de joyero, se adelantó y entró decidido en el coro, colocándose al lado del hombrecillo de la barba blanca. Un momento después, el sastre hacía lo mismo que el jorobado.
Los hombrecillos se alegraron tanto de su presencia, que reanudaron la danza y los cantos con mas bríos y alegría que antes.
Por su parte, el gnomo de la barba blanca echó la mano de su cuchillo y se puso a afilarlo con el mayor cuidado. Repentinamente, el gnomo dio un brinco y agarrándolos por el cuello con una fuerza prodigiosa, les afeitó la cabeza y la barba con la mayor destreza y en menos tiempo del que se necesita para cortarlo.
Sin que pudieran decir o hacer nada, el gnomo los dejó en libertad y les hizo señas de que se marcharan. Parecía muy satisfecho. Los asombrados aprendices ya se iban, cuando nuevamente el extraño gnomo les hizo unas señas. Pero ahora señalaba un montón de carbón que se veía allí cerca. Y con gestos inconfundibles les invitó a que se llenaran los bolsillos. El primero en hacerlo fue el aprendiz de sastre y luego le imitó el joyero.
Después de que se llenaron los bolsillos, se marcharon muy de prisa del extraño lugar.
Antes de partir, volvieron la cabeza para ver, por última vez, a los pequeños bailarines. En aquel momento comenzaban a sonar las doce en el campanario de un monasterio cercano y al instante quedaron interrumpidas la danza y la música de los gnomos, que desaparecieron como por encanto.
Siguieron su marcha y después llegaban a una aldea donde obtuvieron albergue para pasar la noche. Vestidos como iban, se dejaron caer en los camastros que les dieron y al momento, se quedaron dormidos.
Les despertó, con sobresalto, la sensación de que alguien tiraba de ellos. Apuntaba ya el día. Pronto se dieron cuenta de que no era que les tirasen de la ropa, sino que todo se debía al peso que llevaban en el bolsillo. Se acordaron del carbón y lo sacaron, encontrándose, con la sorpresa de que los trozos que recogieran la noche anterior se habían convertido en otros tantos pedruscos de oro macizo.
Un momento después descubrirían, que durante la noche les había vuelto a crecer el cabello.
Claro está que se sintieron muy felices. Unas horas antes eran pobrísimos y ahora, cuando menos podían esperarlo, eran dueños de inesperadas y cuantiosas riquezas. De los dos, el más rico era el aprendiz de joyero. En efecto, el jorobado, que era muy codicioso, había tomado doble cantidad de carbón que su compañero. Por lo tanto, era doblemente más rico.
—Sólo un tonto —se decía— pudo no haber comprendido que el enano de las barbas no nos iba a hacer cargar con carbón, de no ser con objeto de recompensar nuestra docilidad al dejar, como hicimos, que nos pelara la cabeza y la barba.
No quiso desayunar tampoco, a pesar de que no había cenado. Solo se preocupaba dar con un medio que les permitiese aumentar la fortuna inesperada que les había venido a las manos.
Al fin decidió volver aquella noche nuevamente a la hondonada, en busca de mas carbón. Y así se lo propuso a su compañero.
Pero el sastrecillo, se negó en redondo, diciendo:
—Gracias amigo; pero yo tengo bastante con lo que he conseguido. Regresaré a mi aldea y pondré un taller de sastrería. Sin embargo, tú puedes hacer lo que te parezca. Si vuelves al bosque esta noche, te aguardaré hasta mañana para regresar juntos.
Tan pronto anocheció, el jorobado, que continuaba con su propósito de enriquecerse, tomó el caminito que conducía a la hondonada del bosque. Llevaba consigo dos grandes sacos. En el mismo lugar de la noche anterior, encontrándose con el corrillo de enanos que danzaban y cantaban. También estaba el gnomo de la barba. Sin vacilar, el aprendiz de joyero se metió en el corrillo. Su codicia le había hecho olvidar el miedo que siempre tuviera en la noche.
Ocurrió todo exactamente igual. El barbudo gnomo le afeitó la cabeza y luego le invitó a que tomara el carbón que quisiese.
La única diferencia fue que el enano no parecía tan contento. Pero el codicioso jorobado no se dio cuenta de ello. Estaba muy ocupado metiendo carbón en los sacos, que llenó hasta reventar.
Arrastrando los pesados sacos, regresó al albergue. El jorobado se echó a su camastro, pero no pudo dormir. Ansiaba que llegara el día para contemplar su tesoro.
Apenas brilló la primera luz de la aurora, saltó el aprendiz de joyero de su cama. Febrilmente desató las bolsas, afanoso por ver cuánto oro poseía..
¡Que amarga desilusión! Los sacos solo contenían carbón. Y carbón también era lo que había en los bolsillos de sus ropas. Su desesperación fue enorme ante semejante desengaño. Luego se conformó un poco. Aún era más rico que el sastre: tenía el oro de la vez anterior.
Así pensando, lo buscó debajo de su jergón donde lo dejara. ¡Nuevo desencanto!  ¡También el oro se había vuelto carbón!.
Tanto fue su dolor, que se llevó las manos a la cabeza para arrancarse los cabellos. Pero se encontró con la testa limpia: ¡el pelo no le había vuelto a crecer! ¡Se había quedado calvo!
Y sin embargo, aún no conocía la totalidad de su castigo por la codicia de que diera pruebas: formando juego con la joroba que tenía en la espalda, al aprendiz de joyero le había nacido otra en el pecho.
El sastrecillo, que se había despertado y vio cuanto le sucediera a su compañero, dejó entonces su lecho y, poniéndole la mano en la espalda, le consoló con estas palabras:
—Amigo, cesa tu desesperación. Si todo lo perdiste, yo aún tengo mucho. Toma la mitad de mi oro que, a pesar de ello, aun poseeré más de lo que pueda necesitar.
Y gracias al buen sastrecillo, el joyero pudo, como él, establecerse y buscar trabajo, la fuente de la verdadera riqueza. Llegó a ser dueño de un bonito capital, pero, en recuerdo de su codicia, tuvo siempre doble joroba y jamás volvió a crecerle el pelo.

miércoles, 23 de junio de 2021

ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisiste nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándote a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Libra, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como has padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que están; llévalas a descansar a tu santísima Gloria, y sálvanos, por los méritos de tu sagrada Pasión y por tu muerte de cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevaste al buen ladrón, que fue crucificado contigo, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. 

Amén.


ORACIÓN POR LAS ALMAS BENDITAS DEL PURGATORIO (9)

Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio, y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándolos a la gloria eterna. Amén.



NO LE SALEN LAS CUENTAS (Rafael Llamas)

Bajo un sombrero de paja
y con un sol de cuarenta,
José repasa con los dedos
y no le salen las cuentas.

Si yo sembré la semilla
y la regó mi sudor,
si le he dado la vuelta al mundo
con las ruedas de mi tractor...

Ahora que tengo el fruto
se lo lleva otro señor,
y lo que hoy nada vale
mañana triplica el valor.

Desde el sillón recolecta
el esfuerzo y la labor,
sentado en un despacho
solo con su ordenador.

¡Qué poco vale el trabajo
de un humilde agricultor!

MEDITACIÓN MIÉRCOLES XII TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,15-20):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis".

Palabra del Señor 




martes, 22 de junio de 2021

MEDITACIÓN MARTES XII TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,6.12-14):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».

Palabra del Señor 




lunes, 21 de junio de 2021

LA PREFERIDA (Federico Mistral)

Un día un joven pastor dijo a la anciana madre de su madre, mujer llena de sabiduría y de bondad:
-Abuela, querida abuela, estoy ya en edad y condición de casarme; dígame qué clase de muchacha debo buscar para hacerla mi esposa.
-Según eso no amas a ninguna.
-No tengo predilección cierta, abuela, pero, si he de decir la verdad entera, confieso que, en nuestro pueblo, hay tres a quienes por  igual estimo y distingo.
La abuela meditó brevemente, y luego dijo:
-Véndate un brazo, muchacho, y pasa esta noche por las casas de estas tres niñas que te interesan. Diles que te has lastimado el brazo, y que te he recetado, para curar pronto, emplastos hechos con los restos de masa que suelen quedar en la batea después de amasar el pan. Y ven a verme mañana, que yo sabré entonces decirte cuál es la novia que te conviene, mi nieto.
Al día siguiente, la anciana sonreía oyendo, con la vista baja, el relato que, de las visitas hechas por él a las casas de sus jóvenes amigas, le hacía el obediente muchacho.
-Sí, señora -le decía el nieto-, anoche acudí a casa de Blanca. Estaban de fiesta. Amigos y amigas bailaban y cantaban, Blanca escuchó mi petición, y me despachó con esta respuesta: “En casa no amasamos, nos evitamos trabajos y preocupaciones comprándole al panadero”. Fui en seguida, en busca de Magdalena, quien, muy satisfecha de poder servirme, exclamó: “¿Restos de masa? Corre a pedírselos a mi madre, que es quien amasa aquí” y, sin hacerme mayor caso, volvió a enfrascarse en la lectura de un libro que había dejado por un minuto en su falda. Le di las gracias, pero, en vez de recurrir a la laboriosa madre de Magdalena, me encaminé hacia la casa de mi amiguita Isabel. La pobrecilla me escuchó muy afligida, pues no sabía cómo arreglárselas para ayudarme, y, casi a punto de llorar,  murmuró: “¡Pues sí que es lástima, amigo mío! Casualmente hoy mismo he amasado, pero en seguida, según ha enseñado mi madre, dejé la batea limpia como un espejo. ¡Si lo hubiera sabido!...”.
La abuela sonrió, y dijo:
-Ya puedo darte el consejo que de mí esperas, mi nieto. Cásate con la que tiene la batea limpia como un espejo. Será buena esposa.

MEDITACIÓN LUNES XII TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,1-5):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

Palabra del Señor 





ORACIÓN DE SAN LUIS GONZAGA

Dios Todopoderoso, que infundiste en san Luis Gonzaga un espíritu de servicio y entrega al prójimo por Ti, te pido por su intercesión que me concedas fortaleza para no desfallecer, y paciencia para no desesperar en este momento de desconsuelo. Ayúdame, te lo suplico, a aliviar mis sufrimientos. Ayúdame a obtener lo que tanto necesito.
También te pido que pueda imitar el espíritu de sacrificio de san Luis Gonzaga, así como el deseo de vivir con pureza interior cada día de mi existencia.
Te lo pedimos a Ti, que siendo Dios, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 



ORACIÓN (José María Pemán)

Yo sé que estás conmigo, porque todas
las cosas se me han vuelto claridad:
porque tengo la sed y el agua juntas
en el jardín de mi sereno afán.

Yo sé que estás conmigo, porque he visto
en las cosas tu sombra, que es la paz;
Y se me han aclarado las razones
de los hechos humildes, y el andar
por el camino blanco, se me ha hecho
un ejercicio de felicidad.

No he sido arrebatado sobre nubes
ni he sentido tu voz, ni me he salido
del prado verde donde suelo andar...
¡otra vez, como ayer, te he conocido
por la manera de partir el pan.

sábado, 19 de junio de 2021

MEDITACIÓN SÁBADO 11º TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,24-34):


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos».

Palabra del Señor





jueves, 17 de junio de 2021

ORACIÓN EN EL DÍA DEL CASTÍSIMO CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, en quien creo y espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón, y me pesa de haberos ofendido por ser bondad infinita. os doy gracias por haber honrado sobre todos los santos al glorioso patriarca san José con la dignidad incomparable de padre adoptivo de Jesús, Hijo de Dios, y de esposo verdadero de María, Madre de Dios.
Dadme gracia copiosa para honrarle dignamente en este día, merecer su protección en vida y en la hora de la muerte, y conseguir el favor especial que solicito en este mes. Y si mis culpas, oh Dios de amor, impiden el recibir estas gracias, yo las detesto con toda mi alma por ser ofensas de vuestra infinita bondad, y propongo nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones peligrosas, y hacer una buena confesión de todos mis pecados, con vuestra gracia y la intercesión de María y san José. Amén.



CON EL SOL QUE SE LEVANTA (Anónimo)

Con el sol que se levanta
a Ti sube nuestro canto,
a Ti, Dios glorioso y santo,
el universo te canta.

Escucha nuestras plegarias
en esta mañana nueva.
Tú, razón de nuestra espera,
recibe nuestra alabanza.

Danos un corazón puro,
que sea fiel en tu servicio;
danos unos ojos limpios
para contemplar el mundo.

Te consagramos el día
que comienza en alabanza.
Vivimos en la esperanza
de estar en tu compañía.

miércoles, 16 de junio de 2021

MEDITACIÓN MIÉRCOLES 11º TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor

 MEDITACIÓN MIÉRCOLES 11º T.O. B



martes, 15 de junio de 2021

MEDITACIÓN MARTES 11º TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».




lunes, 14 de junio de 2021

CONDICIONES QUE DEBE TENER LA ORACIÓN SEGÚN SANTO TOMÁS DE AQUINO

Son cuatro condiciones.
La primera, que el que ora pida para sí.
La segunda, que pida lo necesario para salvarse.
La tercera, que pida con afecto de piedad y veneración.
La cuarta, que pida con perseverancia.  

sábado, 12 de junio de 2021

ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


Corazón Inmaculado de María, me presento ante ti como persona necesitada de tu presencia, de tu gracia y devota de tu sagrado corazón, no tengo mérito alguno para mostrarte, a cambio ofrezco mis sufrimientos, mis limitaciones y la oración que en este momento elevo a ti con inmensa fe. 

Toma toda mi existencia, toma mi humanidad y mi espíritu pues deseo sentirme seguro, acompañado y libre de todo mal, aparta de mi lado todo enemigo, líbrame de desgracias ocultas y de toda maldad que pueda llegar a mi.

Sacratísimo Corazón Inmaculado de María, por medio de esta oración deseo además encomendarte a mis seres queridos, para que los protejas y les procures salud de alma y cuerpo; haz que en el interior de mi familia reine el amor, el perdón y el entendimiento mutuo.

Concédeme prudencia en mis palabras y actos, paciencia y sabiduría para enfrentar el mundo actual, amor para tratar al prójimo y discernimiento para entender y asimilar lo espiritual.

Lléname de tus virtudes, quiero ser capaz de perdonar y considerar a mi enemigo, regálame la gracia de lograr no solo perdonarlo sino amarlo, encomendarlo al Padre y devolverle bien por mal.

Gracias, Corazón Inmaculado de María, por aceptar en tu corazón esta oración, gracias por acoger mis ruegos y hacerme más espiritual; toma todos mi vicios y cámbialos por virtud, llévate mis tristezas y devuélveme alegría; y en cuanto a mis dudas, aumenta mi fe.
Gracias, amada madre.

Amén.

MEDITACIÓN INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA (P. Damián Ramírez Lozano)

MEDITACIÓN INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA  (Música:"Dios te salve, María" Grupo Betsaida)



domingo, 6 de junio de 2021

CONSAGRACIÓN DEL CORAZÓN A SAN JOSÉ

Querido Padre mío, que así os quiero llamar en adelante por la ternura con que atendéis mis súplicas y me socorréis en mis necesidades: al concluir este día, que he dedicado en obsequio vuestro, vengo a ofrecerme a Vos cuanto soy. Deseo daros mi corazón, consagrándolo todo entero a Vos. Aceptadlo, amadísimo Padre mío, que os lo entrego de toda voluntad y con sumo gozo de mi alma. Cread en él las virtudes del vuestro, hacedlo puro, paciente, caritativo, sufrido, resignado completamente a la voluntad divina, y sobre todo inflamadísimo en el amor de Jesús y de María. Protegedlo en vida de las asechanzas del demonio, y a la hora de la muerte amparadlo en aquellas terribles congojas, que hacen tan espantoso el último trance. Mi pobre corazón se verá perdido si no venís Vos entonces en su auxilio. Para aquel caso os invoco desde ahora con estas palabras, que deseo y confío hayan de ser las últimas que repitan mis labios llenos de esperanza y amor.
Jesús, José y María, amparadme en este día.

ORACIONES EUCARÍSTICAS DE SAN JUAN PABLO II Y DE SANTA TERESA DE LISIEUX

ORACIONES EUCARÍSTICAS 



jueves, 3 de junio de 2021

¡OH MI PAPÁ! (Luis Ordóñez y su hija María Alejandra)

¡Oh mi papá, qué bueno eres para mí!
¡Oh mi papá, te canto con amor!
¡Oh mi papá, con tu sonrisa tan cordial!
¡Oh mi papá, qué lindo es nuestro hogar!

Y cuando tú estás a punto de llorar
tus lágrimas yo las convierto en risas.

¡Oh mi papá, yo siempre así repetiré!
¡Oh mi papá, jamás te olvidaré!

OH MI PAPÁ (Elder Barber)


Oh mi papá, tan bueno fuiste para mí,
oh mi papá, yo te recuerdo así,
oh mi papá, con tu sonrisa tan cordial,
oh mi papá, más lindo era el hogar.
 
Y cuando yo iba en tus brazos a llorar
mis lágrimas en risas convertías;
oh mi papá, yo siempre así repetiré,
oh mi papá, jamás te olvidaré.

EL COBARDE (Víctor Manuel)

Vivo en un pueblo pequeño
Le fe, la alegría, la paz del hogar.
Hay una niña morena
que tras el trabajo me llena de paz.

Hay una ermita en el monte
que todas las tardes escucho cantar,
y aquel arroyo tan claro
que riega los campos, que son nuestro pan.

Era la tarde un suspiro
y aquellos soldados llegaron acá.
“Quietos los niños y viejos,
la gente más joven tendrá que luchar”.

Tiembla el fusil en mi mano.
cerrando los ojos disparo al azar.
Bala perdida que mata
a cualquier inocente con ansia de paz.

¿Por quién lucho yo,
si en mi corta vida no existe el rencor?
¿Por quién lucho yo,
que vivo la vida con fe,  con amor?

Juan, debes de callar,
esto es una guerra, no lo has de olvidar.
Juan, trata de olvidar
aquella muchacha, la paz del hogar.

Llegan los años de cárcel,
yo soy un cobarde, no quiero matar.
Dicen que nuestros soldados
ganaron la guerra, renace la paz.

Vuelvo a mi pueblo pequeño,
la gente sonríe y murmura al pasar:
“Mira aquel joven cobarde,
que vuelve la espalda en vez de luchar".

Dejo con pena las cosas
que fui levantando, y solo sin más
vivo aquí arriba en el monte,
soñando que un día pueda regresar.