martes, 30 de abril de 2019

ACTO DE AMOR

Dame amor, vida mía; te daré voces
para que, dándome amor, en él te goces;
si tu amor, Esposo, a mí me dieses,
yo te diera en mi amor cuanto quisieses.
Amarte quiero más que no gozarte,
y gozarte nada más que para amarte;
escoria soy, mi Dios; mas aunque escoria,
un Dios quisiera ser para tu gloria;
pero, al verme yo Dios, tanto te amara
que por hacerte Dios lo renunciara.
Mas ¡ay! Esposo mío, yo me muero
de ver que nada soy y que te quiero:
Úneme a Ti, querido de mi vida;
será la nada en todo convertida.
Si pudiera a tu ser algo robarte,
solo amor te robara para amarte;
mas si mi amor a tu gloria derogara,
aunque pudiese amarte no te amara.
Ámate, pues, Amado, allá en tu abismo,
por mí, por Ti, por todos, a Ti mismo.

QUISIERA, VIRGEN MARÍA

Quisiera, Virgen María,
Madre de Dios muy amada,
tener mi alma abrasada
en vuestro amor noche y día.
¡Oh dulce Señora mía,
quién tuviera tal fervor
que aventajase en amor
a los serafines todos,
amándoos de cuantos modos
inventó el divino ardor!

ORACIÓN A LA INMACULADA VIRGEN MARÍA

¡Oh inmaculada Virgen María! Pues nos ves cercados de tantos peligros y no ignoras cuán difícil nos es preservarnos de ellos a causa de nuestra fragilidad, favorécenos con tu auxilio, socórrenos con gracia poderosa y ayúdanos cuanto te inspire tu maternal Corazón; así, libres de ellos por tu mediación, entraremos en el puerto de la vida eterna. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA PARA DETENER EL RIGOR DE LA DIVINA JUSTICIA

¡Virgen purísima y dulce Madre! Mi alma acongojada, viendo el abominable vicio de la impureza devorar la tierra, se dirige a Ti para que, deteniendo la Justicia divina, alcances gracia poderosa que cambie sus sentimientos a esa multitud encenagada en las abominaciones más asquerosas; y puesto que el fuego del cielo y las aguas del diluvio cayeron sobre la tierra para castigo de tales maldades, y ya que nuevos castigos pesan hoy sobre el mundo como pequeña muestra de lo que Dios indignado va a hacer en él, dígnate interponer tus ruegos y alcanzar del Señor el fuego del divino amor que a todos nos purifique, las aguas saludables de su santa gracia que lavándonos nos fortalezcan para el bien obrar, sentimientos de compunción para hacer penitencia y fidelidad para que, teniendo a raya las pasiones, imitemos tus virtudes, con lo que Tú serás bendita y Dios glorificado. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA POR LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES

¡Oh Corazón verdaderamente maternal! Apiádate de tantas almas que, cogidas en el lazo vil de la tentación, siguen la errada senda que las lleva a su eterno daño; envíales un rayo de luz que, iluminando su entendimiento, les haga ver muy claro el fin funesto de sus pasos, e inflamando su voluntad detesten de corazón sus pecados, reparen los escándalos, hagan sólida su conversión y se salven, pues han sido redimidas con el costoso precio de la sangre vertida por tu divino Hijo Jesús; sea así, Madre mía, para la dicha de la tierra, alegría del cielo y gloria tuya. Amén.

lunes, 29 de abril de 2019

ORACIÓN DE REPARACIÓN (Padre Jesús Ceja)

Padre Eterno, en el nombre de Jesús, tu amadísimo Hijo, permíteme comulgar espiritualmente todas las Hostias que han sido robadas y profanadas. Que antes de que sean tocadas estas Hostias pueda comulgar la esencia de tu Cuerpo Sacratísimo y tu Sangre Bendita.
Señor, dígnate venir al refugio de mi corazón. Esta morada es indigna, pero se vuelve digna si mi Dios la visita. Con tu perdón deseo abrazarte, en tu abrazo deseo besarte, con tu beso amarte, con tu Amor adorarte y después depositarte en los brazos de tu Madre Santísima, para que Ella desagravie, repare, adore y bendiga tu Corazón dolido por la ingratitud del hombre; y cuando estas Hostias sean profanadas, Señor, Tú ya no estés ahí, sino en el refugio de mi corazón. Permíteme comulgar todas las Hostias que han sido robadas en todos los tiempos, pasados, presentes y futuros hasta la consumación de los tiempos. Amén.

MÁXIMAS Y SENTENCIAS ESPIRITUALES

¿De qué sirve ganar el mundo y perder el alma?
Todo se acaba, pero la eternidad no pasa nunca.
Se puede perder todo con tal de que no se pierda a Dios.
Ningún pecado por ligero que sea es pequeño mal.
El que quiera agradar a Dios que se niegue a sí mismo.
Todo lo que se hace por propia satisfacción es perdido.
Para salvarse es preciso temer las caídas.
Todo lo que quiere Dios es santo y perfecto.
El que no desea más que a Dios está siempre contento en cualquier suceso.
El mundo entero no puede satisfacer nuestro corazón, y Dios solo lo contenta.
Todo nuestro bien consiste en amar a Dios, y el amor de Dios consiste en hacer su divina voluntad.
Toda nuestra riqueza está en la oración.
El que es verdaderamente humilde de corazón se complace en verse despreciado.
Para quien piensa en el infierno merecido es ligera toda otra pena.
La verdadera caridad consiste en hacer bien al que nos hace mal.
En las cosas terrenas, escoger lo peor; en las espirituales, lo mejor.
Nunca deja Dios sin premio un buen deseo.
Vida santa y gustos sensuales no pueden estar juntos.
El que confía en sí mismo se pierde; el que confía en Dios todo lo puede.
¿Qué otro mayor gusto puede tener un alma que saber que da gusto a Dios?
Dios se comunica íntimamente con el que todo lo deja por amor.
Todo lo sufre en paz el que contempla a Jesús crucificado.
Es gracia especial que debemos pedir a Dios el tener devoción a su divina Madre.

CORONA DE LAS DOCE ESTRELLAS EN HONOR DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

DEVOCIÓN A MARÍA
CORONA DE LAS 12 ESTRELLAS 

 



Ave María Purísima. Sin pecado concebida.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
   
[Inicial del nombre de María]Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad que nos manifestó a la Virgen María vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona misteriosa de doce estrellas sobre su cabeza. Por todos los siglos de los siglos. Amén.

[Inicial del nombre de María]Alabemos y demos gracias al Padre Eterno, que escogió a la Virgen María por su Hija. Amén. Padrenuestro...


[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Padre Eterno, que predestinó a la Virgen María por Madre de su divino Hijo. Amén. Dios te salve...
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Espíritu Santo, por el cual fue la Virgen María ensalzada en el cielo sobre todas las criaturas Amén. Dios te salve... Gloria...

FIN




[Corona de las doce estrellas de la Virgen María. Estampa antigua]



"Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza" (Ap. 12, 1)


"La corona de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen alude a aquella misteriosa corona de doce estrellas con la cual vio ya san Juan Evangelista coronada la cabeza de aquella Reina, que los santos Padres tienen comúnmente por la Virgen María. Contiene doce Avemarías en honor de las doce gracias que la Santísima Trinidad le concedió, es decir cuatro el Padre Eterno, cuatro el Hijo y cuatro el Espíritu Santo, y tres Padrenuestros"


(San José de Calasanz)
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Padre Eterno, que preservó a la Virgen María de toda culpa en su Concepción. Amén. Dios te salve…
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Espíritu Santo, por cuya virtud fue la Virgen María templo vivo de la Santísima Trinidad. Amén. Dios te salve....
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Padre Eterno, que adornó a la Virgen María con todas las virtudes en su Nacimiento Amén. Dios te salve...
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Espíritu Santo, por cuya obra fue la Virgen María, a un mismo tiempo, Virgen y Madre. Amén. Dios te salve...
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Padre Eterno, que dio a la Virgen María por compañero y Esposo purísimo a San José. Amén. Dios te salve... Gloria...
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Espíritu Santo, que reveló a la Virgen María, antes que a otro, el nombre suyo de Espíritu Santo. Amén. Dios te salve...
[Inicial del nombre de María]Alabemos y demos gracias al Hijo de Dios, que escogió a la Virgen María por su Madre. Amén. Padrenuestro...
[Inicial del nombre de María]Alabemos y demos gracias al Espíritu Santo, que recibió a la Virgen María por su Esposa. Amén. Padrenuestro...
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Hijo de Dios, que se encarnó en las entrañas de la Virgen María y en ellas habitó nueve meses. Amén. Dios te salve...
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Hijo de Dios, que reveló a la Virgen María los misterios de la redención del mundo. Amén. Dios te salve... Gloria...
[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Hijo de Dios, que quiso ser educado por la Virgen María en su infancia. Amén. Dios te salve...

[Inicial del nombre de María]Alabado sea el Hijo de Dios, que quiso nacer de la Virgen María y la proveyó de leche para alimentarle. Amén. Dios te salve...
   

martes, 23 de abril de 2019

HIMNO A LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE MARÍA (1)

¡Oh Virgen sacrosanta,     
la más pura y hermosa!
Tu Concepción dichosa
mi voz ensalzará.

¡Oh cándida azucena,
bellísima y fragante,
desde el primer instante
única pura flor!
¡Oh celebrada Reina
de los eternos cantos,
consuelo de los llantos
del pesaroso Adán!
¡Oh bienhechora estrella
de celestial delicia,
del Sol de la Justicia
vestida en suma luz!
¡Oh antorcha más luciente
que el astro al mediodía,
torrente de alegría
para placer de Dios!
Saldrás consoladora
los valles agraciando,
los cielos alegrando
la frente mostrarás.
Ya los primeros rayos
de luz divina lanzas,
y el iris de esperanzas
el orbe alegre ve.
De pronto, dulce Aurora,
para nacer el vuelo,
y acordes tierra y cielo
tu gloria cantarán.

CÁNTICO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Corazón santo,
Tú reinarás:
Tú nuestro encanto
siempre serás.

Venid, cristianos,
y acá en el suelo,
como en el cielo,
vedle adorar.
También nosotros
adoraremos
y ensalzaremos
al Dios de paz.
¡Jesús amable,
Jesús piadoso,
Dueño amoroso,
Dios de piedad!
Vengo a tus plantas,
si Tú me dejas,
humildes quejas
a presentar.
Divino pecho,
donde se inflama
la eterna llama
de caridad.
¿Por qué la tienes
ahí encerrada,
y no abrasada
la tierra está?
Arroja en ella
tu hermoso fuego,
y toda luego
se inflamará.
¿No ves que el mundo  
vive aterido
y endurecido
en la impiedad?
Corazón dulce,
manso y clemente,
principio y fuente
de santidad.
Te vean mis ojos
desenojado,
Dueño adorado,
Dios de bondad.
Con lazo amigo,
con lazo estrecho,
tu amante pecho
vengo a buscar.
Por Ti suspiro;
ábreme el seno,
que en él ¡cuán bueno
es habitar!
Tú solo puedes,
omnipotente,
mi sed ardiente
refrigerar.
Aquí, Bien mío,
aquí el postrero
suspiro quiero
por Ti exhalar.

Corazón santo,
Tú reinarás:
Tú nuestro encanto
siempre serás.

ORACIÓN DE CLEMENTE XI

Porque me creaste, te adoro.
Porque eres mi fin, te deseo.
Porque eres mi bienhechor, te doy gracias.
Porque eres mi salvación, te invoco.

NO TE AVERGÜENCES, POBRE ALMA

¿Necesitas para ti alguna gracia, hijo mío? Hazme, si quieres, una lista de lo que necesitas y ven, léela en mi presencia.
Dime francamente si sientes soberbia, amor a la sensualidad y a la vida placentera, que eres tal vez egoísta, inconstante, negligente... y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para librarte de tales miserias.
No te avergüences, pobre alma. ¡Hay en el cielo tantos justos, tantos santos de primer orden que tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad y poco a poco se vieron libres de ellos.

viernes, 19 de abril de 2019

ODA AL DULCE NOMBRE DE MARÍA (P. Ramón García, S.J.)

Del Olimpo tu nombre bajando
¡oh María! en el orbe resuena;
y la tierra al oírlo se llena
de esperanza, de júbilo y paz.
¿Quién de nombre tan grato pudiera
sus loores cantar noche y día?
¿Quién pudiera?, ¡oh, excelsa María!,
su dulzura divina exprimir?
¡Cuán suave es al hombre, Señora,
que en sus penas lo implora constante!  
Logre, logre mi pecho al instante
su virtud y eficacia sentir.
Al oído es celeste armonía,
a los labios es miel exquisita,
para el triste alegría infinita,
para el justo delicia sin par.
¡Ay! mi pecho en amor se enajena
cuando invoca tu nombre querido;
cual escudo por él defendido,
viviré sin temor el pesar.
Veces mil en dulcísimo sueño
mi cariño hacia Ti me llevaba;
con los labios tu nombre llamaba,
y en mis venas sentía su ardor.
Las mejillas en llanto bañadas,
despertaba entre célico gozo;
¡ay qué fuego, qué grato alborozo,
en el alma causaba tu amor!...
Hombres todos, venid a porfía
a sus pies, rodeadla postrados:
mil suspiros de amor abrasados,
como rápida flecha enviad.
¡Oh María!, yo ensalce tu nombre,
lo repitan el ángel y el hombre,
¡oh María!... y no cesen jamás. 

ORACIÓN AL DULCE NOMBRE DE MARÍA (San Alfonso María de Ligorio)

¡Madre de Dios y Madre mía, María!
Yo no soy digno de pronunciar tu nombre; pero tú que deseas y quieres mi salvación, me has de otorgar, aunque mi lengua no es pura, que pueda llamar en mi socorro tu santo y poderoso nombre, que es ayuda en la vida y salvación al morir.
¡Dulce Madre, María!, haz que tu nombre, de hoy en adelante sea la respiración de mi vida.
No tardes, Señora, en auxiliarme cada vez que te llame. Pues en cada tentación que me combata, y en cualquier necesidad que experimente, quiero llamarte sin cesar; ¡María!
Así espero hacerlo en la vida, y así, sobre todo, en la última hora, para alabar, siempre en el cielo tu nombre amado: “¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!”
¡Qué aliento, dulzura y confianza, qué ternura siento con sólo nombrarte y pensar en ti!
Doy gracias a nuestro Señor y Dios, que nos ha dado para nuestro bien, este nombre tan dulce, tan amable y poderoso. Señora, no me contento con sólo pronunciar tu nombre; quiero que tu amor me recuerde que debo llamarte a cada instante; y que pueda exclamar con San Anselmo:
“¡Oh nombre de la Madre de Dios, tú eres el amor mío!”
Amada María y amado Jesús mío, que vivan siempre en mi corazón y en el de todos, vuestros nombres salvadores. Que se olvide mi mente de cualquier otro nombre, para acordarme sólo y siempre, de invocar vuestros nombres adorados. Jesús, Redentor mío, y Madre mía María, cuando llegue la hora de dejar esta vida, concédeme entonces la gracia de deciros:

“Os amo, Jesús y María; Jesús y María, os doy el corazón y el alma mía”.

AVE MARIS STELLA

¡Ave, del mar estrella,
de Dios Madre sagrada,
Virgen de Guadalupe,
Puerta del cielo santa!
Ya que el ave del ángel
escuchas humillada,
funda en paz a tus hijos
y el nombre de Eva cambia.
Al reo sus lazos suelta,
al ciego da luz clara,
nuestros males ahuyenta,
todo bien nos alcanza.
Muestra que Tú eres Madre;    
por Ti nuestras plegarias
reciba el que ser quiso
fruto de tus entrañas.
Virgen única en todo,
de todas la más mansa,
suelta el alma de culpas,
hazla Tú mansa y casta.
Préstanos vida pura
y vía segura y llana,
por ver a Jesús, juntas
y alegres nuestras almas.
Sea alabanza a Dios Padre,
y a Jesús honra dada,
y al Espíritu igualmente,
Trinidad una y santa. Amén.


miércoles, 17 de abril de 2019

ORACIÓN A LOS ÁNGELES DE LA GUARDA DE NUESTROS HIJOS

A vosotros, Santos Ángeles de la Guarda, amigos fieles enviados por Dios a mis hijos, me dirijo con confianza. Alcanzadme, ante todo, la gracia de poder educarlos para Dios y para el cielo. Protegedlos donde mis ojos no los puedan ver. Acompañadlos donde mis pies no los pueden seguir. Exhortadlos donde ya no les alcanza mi voz. Guiadlos y salvadlos para el cielo. Dios os recompense vuestro amor. Amén.


ORACIÓN PARA CUANDO SE VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


Señor mío Jesucristo, que por el amor que tienes a los hombres estás de noche y de día en este Sacramento, todo lleno de piedad y amor, esperando, llamando y recibiendo a todos los que vienen a visitarte: creo que estás presente en el Sacramento del altar.
Te adoro desde el abismo de mi nada, y te doy gracias por todos los beneficios que me has hecho, especialmente por haberme dado a Ti mismo en este Sacramento; por haberme concedido por abogada a tu Santa Madre María, y por haberme llamado a visitarte en este lugar sagrado. Adoro ahora mismo y frente a Ti tu Corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero en agradecimiento por todo lo que me das; el segundo para desagraviarte por todos los ultrajes que recibes de todas las personas de alma infame que te desean dañar empleando mal este Sacramento; y el tercero porque deseo en esta visita adorarte en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y más olvido.
¡Jesús, dulce Jesús!, te amo con todo mi corazón herido. Me pesa muchísimo haberte ofendido tantas veces. Gracias por tu infinita bondad y te prometo hacer todo lo que esté en mi mano para no ofenderte más.
Y ahora, en este momento que te tengo frente a mí, me consagro totalmente a Ti  y te entrego toda mi voluntad, mis afectos, mis deseos, mi familia y todas mis cosas. De hoy en adelante haz de mí todo lo que desees y te agrade.
Solo quiero y te pido tu santo amor, la perseverancia hasta el final de mi vida y el cumplimiento perfecto de tu voluntad en mí. Te encomiendo a todos mis difuntos, a todas las almas del purgatorio, especialmente a aquellas que tuvieron en vida mucha devoción al Santísimo Sacramento y que acudían a la Adoración Eucarística. No te olvides de ellos, Jesús: intentaron amarte a través de tan importante devoción. Te ruego especialmente por todos los pecadores, muy en especial por aquellos miembros de mi familia que no te conocen, que te rechazan y que no saben el peligro en el que ponen su alma.
Jesús, me uno  hoy a Ti ahora, en este mismo momento que te tengo delante, exactamente igual de presente tal y como estabas mientras paseabas por Galilea, pues no hay diferencia alguna entre ese Jesús y el que está hoy aquí en esta Sagrada Forma. Y te entrego, de verdad, toda mi alma y todo mi corazón.

ORACIÓN DE LA NOCHE (11)

Buenas noches, Señor Jesús. Dentro de un momento voy a ir a descansar, pero antes quiero agradecerte en el ocaso de este día que termina todos los favores que hoy me has dispensado. Me dispongo a descansar poniéndome también bajo la protección poderosa de tu Madre Santísima. Amén.

ORACIÓN DE LA NOCHE (10)

Hoy Señor amado no quiero más que agradecerte. Gracias porque he sentido tu bondad y tu misericordia. Gracias porque no me sueltas de tu mano y me sigues buscando y cumpliendo tus promesas en mi vida. Ayúdame a vivir siempre según tu voluntad. Te amo, Dios mío.

martes, 16 de abril de 2019

HIMNO A LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE MARÍA



                 CORO


¡Salve, salve, cantaban, MARÍA,

que más pura que Tú solo Dios!
Y en el cielo una voz repetía:
Más que Tú... ¡solo Dios!, ¡solo Dios!

                     ---------

Con torrentes de luz que te inundan,

los arcángeles besan tu pie,
las estrellas tu frente circundan,
y hasta Dios complacido te ve.



Pues clamándote pura y sin mancha

de rodillas los mundos están,
y tu espíritu arroba y ensancha
tanta fe, tanto amor, tanto afán.



¡Ah! ¡Bendito el Señor que en la tierra

pura y limpia te pudo formar,
como forma el diamante la sierra,
como cuaja las perlas el mar!



Y al mirarte entre el ser y la nada,

modelando tu cuerpo exclamó:
Desde el vientre será INMACULADA,   
si del suyo nacer debo yo.



Porque Tú, Madre Virgen y pura

del que dijo: ¡Haya luz!, y hubo luz,
y a tus pechos bebió la ternura,
y a tus brazos cayó de la Cruz.



No pudiste llevarle en tu seno,

si en tu seno triunfó Satanás.
Tú, la Madre de Dios, en el cieno...
¿Y era Dios y lo quiso? ¡Jamás!



Que a tus plantas rodó la cabeza

de Luzbel como rueda el alud,
y en tu ser natural la pureza,
de ley fue... como en Dios, la virtud.



Invocando la España tus glorias

dio feliz a dos mundos la ley,
y voló de victoria en victoria,
y de cada español hizo un rey.



Por tu nombre Lepanto vencía,

por tu fe le dio un mundo Colón,
y en Otumba, Granada y Pavía
inmortal fue por Ti su pendón.



Que al sentir de montaña en montaña

las tormentas de noche rugir,
se te ve, protegiendo tu España,
de la luna en el disco salir.



¡Flores, flores!... que al templo ya viene,

y en su trono de luz y a sus pies,
querubines y arcángeles tiene
más que espigas y granos la mies.



Flores, flores las nubes derraman

de la Virgen sin manche en honor,
y su Reina los cielos la aclaman,
y los hombres su Madre y su amor.



Ella pide virtudes por palmas,

corazones por templo y altar;
para luz de sus ojos las almas
que pretendan su amor cautivar.



Y en las iras de Dios las esconde,

y le grita al sonar la explosión:
¡Son mis hijos! ¡Piedad!; y Él responde:
¡Son sus hijos! ¡Piedad y perdón!



                      CORO



¡Salve, salve cantaban, MARÍA,

que más pura que Tú, solo Dios!
Y en el cielo una voz repetía:
Más que Tú... ¡solo Dios! ¡solo Dios!

EL JUICIO PARTICULAR Y EL JUICIO FINAL


(Del libro "La religión explicada", año 1953)

Por juicio se entiende el estricto examen de toda nuestra vida ante el tribunal de Dios, seguido de la sentencia que decidirá nuestra suerte por toda la eternidad.

Hay dos juicios: uno particular entre el alma y Jesucristo inmediatamente después de la muerte; y otro universal al fin del mundo entre Jesucristo y todos los hombres reunidos. El juicio universal es una ratificación o confirmación del particular.

CERTEZA O PRUEBAS DE ESTE JUICIO

Pruebas de fe 

En varios pasajes de la Escritura hallamos sentencias, ejemplos o parábolas que prueban la realidad del juicio de Dios. He aquí algunas citas: 

Dice San Pablo: Está establecido que los hombres mueran una sola vez y que a la muerte siga el juicio.

Jesucristo habló del juicio cuando dijo: Estad siempre preparados (para morir) porque a la hora que menos penséis el Hijo del hombre va a pediros cuenta de vuestra vida. Y en otra ocasión: Vigilad, pues, porque ignoráis el día y la hora (de la muerte y del juicio).

También hacen a este propósito las parábolas del rico Epulón y Lázaro, la del mayordomo injusto (Lucas, XVI, 1-9) de las diez vírgenes (Mat., XXV).

Pruebas racionales

1) Dice Santo Tomás: El hombre puede ser considerado como individuo aislado y como parte del género humano; luego debe someterse a un doble juicio:
a) uno particular en el cual sea premiado o castigado según sus obras, pero, sin que trascienda su sentencia,
b) Otro juicio, universal en el que llegue a conocimiento de todos la sentencia merecida y todos alaben la justicia o misericordia de Dios.

2) Por analogía. En toda sociedad bien constituida nunca se condena a un hombre sin antes juzgarlo; así también Dios, juez rectísimo y sapientísimo, juzga al hombre para que este comprenda el motivo de su salvación o condenación.

3) Testimonio de los pueblos. Aun los pueblos privados de la luz de la fe creían en un juicio de las almas. Se han hallado en las tumbas egipcias dibujos que representan ese juicio bajo el símbolo de una balanza donde es pesada el alma. El poeta Virgilio en su “Eneida” (libro sexto, versos 565 y siguientes) hace ver cómo las almas se presentan al juez Radamanto, quien las obliga a confesar sus delitos. Análogas creencias existen en los pueblos salvajes.

Celebración del Juicio

El juez será Jesucristo, según lo dijo Él mismo: El Padre no juzga a ninguno: mas todo el juicio ha dado al Hijo. La razón es porque Jesucristo ha sido nuestro Redentor y como a tal le corresponde pedirnos cuenta del uso que hemos hecho de su redención. Jesucristo, cuando nos juzgue estará revestido ya no de los atributos de la misericordia, pero sí de la justicia: será un juez justo que dará a las obras buenas y malas su verdadero valor; sabio, que todo lo conoce, hasta los más leves pensamientos; no podrá ser engañado como los jueces de la tierra; incorruptible, que no se deja desviar, como los jueces humanos, por premios o amenazas; inapelable, del cual no se puede apelar a otro juez superior para que cambie la sentencia.

Lugar del juicio 

Donde la muerte sorprendiera al hombre, allí se levantará el tribunal del supremo Juez.

Modo

Dios iluminará el alma con una luz tan viva, que abarcará de una sola mirada todos los detalles de su vida, la fealdad y gravedad de sus pecados, como también la belleza y méritos de sus obras buenas.

Materia 

Jesucristo nos juzgará sobre todo lo bueno y lo malo que hubiéramos hecho, a saber:

a) El mal cometido, juzgado en sus causas, en su malicia, en sus efectos.
b) El bien voluntariamente omitido (pecado de omisión) hecho con negligencia, practicado con hipocresía o por fines humanos, p. ej: para ser visto, aplaudido, etc.
c) Los escándalos dados a las almas, a los niños, a los criados, a los ignorantes.
d) Las gracias de que se abusó: sacramentos, instrucciones, remordimientos, buenos ejemplos, enfermedades, reveses de fortuna, bienes materiales.

Será tan riguroso este juicio, que apenas se salvará el justo. Dice San Pedro en su primera epístola: “Si el justo a duras penas se salvará, ¿dónde irán el impío y el pecador?

La sentencia

Terminado el juicio, Jesucristo pronunciará la sentencia, la cual es irrevocable, por cuanto no hay excusas que alegar; no hay defensor en quien esperar; no hay ya lugar a súplica porque con la muerte termina el tiempo de la misericordia y sólo queda estricta justicia.

La sentencia para el alma justa será: “Ven, alma bendita a poseer el reino que te está preparado desde el establecimiento del mundo” (Mat., 25, 34).

Si el alma no está purificada enteramente de sus faltas veniales o tiene algo que expiar, la enviará Dios al Purgatorio, de donde, acabada la expiación, subirá a la gloria. La sentencia para el alma culpable será: “Apártate de mí, maldita, vete al fuego eterno que está aparejado para el diablo y para sus ángeles” (Mat., 25, 41). En seguida el alma será precipitada en el infierno por toda la eternidad.

DESCRIPCIÓN DEL JUICIO UNIVERSAL

El fin del mundo

Así como todo hombre está sujeto a la muerte y a la resurrección, así también todo el mundo será destruido y renovado.

La opinión de la mayor parte de los Padres es que la tierra y el mundo perecerán, no en cuanto a la sustancia, sino en cuanto a las exteriores cualidades y que tomarán un ‘estado más perfecto, pero no serán aniquilados. Nadie sabe cuándo acaecerá el fin del mundo. Sin embargo la Escritura nos muestra las señales remotas y próximas que precederán al fin de los tiempos. Estas son:

La predicación del Evangelio en todo el mundo; la conversión de los judíos a la fe de Cristo; una apostasía general; la gran mayoría de los hombres se apartarán de Dios, no haciendo caso de su divinidad; muchas grandes calamidades en el mundo: guerra, revoluciones, hambre, pestes, perturbaciones atmosféricas; advenimiento del Anticristo con quien se unirán los enemigos de Dios para combatir a la Iglesia y a los cristianos; aparición de Elías y Enoc que vendrán a combatir contra el Anticristo, por el cual, después de tres años y medio serán muertos; también miserablemente; grandes cataclismos en el universo, terremotos, inundaciones, oscurecimiento del sol, de la luna, de las estrellas y muerte de todos los hombres.

A esto seguirá la resurrección de todos los hombres.

Lugar del juicio final

Se cree comúnmente que será en el valle de Josafat, carca del monte Calvario; es muy conveniente que Jesucristo juzgue a los hombres en el lugar donde ellos lo juzgaron y en donde murió para salvarlos.

Modo del juicio

Resucitados todos los hombres y reunidos en el valle de Josafat, aparecerá en los cielos Jesucristo con gran poder y majestad, rodeado de toda la corte celestial y precedido de la Cruz.

Comenzará el juicio, Jesucristo abrirá el libro de la conciencia de cada hombre, cerrado durante el curso de la vida y lo expondrá a la vista y a la censura del Universo (Apoc., 20, 12. 1Cor., 4, 5). Publicará también los pecados de los justos, más para gloria de los mismos y para confusión de los malos que no los imitaron en la penitencia al pecar.

Por ministerio de los ángeles, se hará la separación de los buenos y de los malos. Los primeros serán colocados a la derecha de Jesucristo; los segundos, a su izquierda. En seguida pronunciará el supremo Juez la sentencia de salvación para los buenos y de condenación para los malos. Se cumplirán en el acto ambas sentencias: los justos subirán en cuerpo y alma a la gloria entonando himnos de alabanza y de triunfo, en presencia de los réprobos que contemplarán desesperados la sublime escena. Entre tanto se abrirá la tierra y demonios y condenados en cuerpo y alma serán tragados juntamente; y oirán cerrarse tras de sí las puertas que jamás se abrirán. Y todo habrá acabado: ya no habrá más tiempo, solo habrá eternidad.

lunes, 15 de abril de 2019

DANOS UN CORAZÓN NUEVO

Señor, danos un corazón nuevo y un espíritu nuevo como el de tu Hijo.
Que no pase baldíamente nuestra vida, que seamos tu pueblo, tu familia, con todos los hermanos del mundo.
Danos un amor sin límites, que sea más fuerte que las fronteras y muros, más fuerte que todas las discriminaciones nacionales.
Porque queremos construir un mundo nuevo, sin divisiones, sin diferencias, un mundo de todos y para todos, un mundo con todos y entre todos.
Queremos ser testigos de tu amor, para que todos se sientan queridos por Ti al ver que son aceptados, respetados y acogidos por nosotros. 

jueves, 11 de abril de 2019

RITMO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

(Acción de gracias por la Comunión)

Te adoro, mi Dios, devotamente,
oculto en ese cándido accidente:
A Ti mi corazón está rendido,
de contemplar tu amor, desfallecido.
La vista, el tacto, el gusto se equivoca;
el oído el asenso fiel provoca.
Creo firme y constante cuanto dijo
la verdad infalible de Dios Hijo.
En la cruz la Deidad sola se oculta;
aquí aun la Humanidad amor sepulta.
Uno y otro creyendo y confesando,
pido lo que el ladrón pidió penando.
Como Tomás, tus llagas no percibo,
mas por Dios te confieso eterno y vivo.
Haz que a Ti crea siempre más constante,
en Ti espere, y te sea fino amante.
¡Oh excelso memorial de tu tormento,
Pan vivo que a los hombres das aliento!
concédeme que mi alma de Ti viva,
y tu dulce sabor siempre perciba.
Con tu sangre, Pelícano sagrado,
lávame de las manchas del pecado.
Pues una sola gota es suficiente
para salvar al mundo delincuente.
¡Oh Jesús!, que con el velo ahora te miro,
hágase lo que tanto yo suspiro,
para que sea, al verte claramente
en la gloria, dichoso eternamente. Amén.

AFECTOS PIADOSOS A JESÚS SACRAMENTADO

A Ti me acerco, ¡oh Jesús!, Tú eres el Camino que yo quiero seguir, guardando tus mandamientos, tus consejos y tus ejemplos. Quiero caminar a tu lado por el camino de la obediencia, del renunciamiento y del sacrificio, que conduce al cielo, cerca de Ti.
¡Oh Jesús!, Tú eres la Verdad, eres la verdadera luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Yo creo en Ti. Creo en tu Evangelio, y quiero conocerte para amarte; quiero hacerte conocer para hacerte amar.
¡Oh Jesús, eres la Vida por tu gracia santificante; vida de las almas por tus palabras, que son palabras de vida eterna; por tu Eucaristía, Pan vivo bajado del cielo; por tu Corazón, hogar de mi vida para las almas y para los pueblos. Creo con todo mi corazón en tus palabras; tengo hambre del Pan vivo de la Eucaristía; abro plenamente mi corazón a las efusiones vivificadoras de tu Corazón, y me uno íntimamente a todas sus intenciones.
Que este Corazón divino reine sin excepción en los hijos de la Iglesia y en el mundo entero.

JACULATORIAS.- Ven, Señor; no quieras tardar.
Como el ciervo desea las fuentes de las aguas, así, ¡oh Dios!, te desea mi alma.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi morada, pero di una sola palabra y será sana mi alma.
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo, que yo indigno me atrevo a recibir, no me sea ocasión de juicio y condenación, antes por tu piedad me sirva de defensa y medicina para el alma y para el cuerpo.
El Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén.

CONSIDERACIONES PARA ANTES DE COMULGAR

Debemos considerar atentamente quién viene, a quién viene y para qué viene. Viene
Mi Dios, a su criatura, para divinizarme.
Mi Padre, a su hijo rebelde y pródigo, para educarme.
Mi Redentor, al esclavo del pecado, para librarme.
Mi Maestro, al ignorante, para enseñarme.
Mi Médico, al enfermo, para sanarme.
Mi Buen Pastor, a su oveja, para guardarme.
Mi Amigo, al convidado, para acompañarme.
Mi Vida, al moribundo, para reanimarme.
Mi Verdad, al ignorante e iluso, para instruirme y desengañarme.
Mi Pan de vida, al hambriento, para alimentarme.
Mi Camino, al peregrino, para guiarme al cielo.
Mi Modelo, a mi alma, para hacerme conforme a Sí.
Mi Dios, y mi todo, para ser mi bien, mi consuelo  y todas las cosas.                                                                                                                                                                                                                                            

domingo, 7 de abril de 2019

ME ENTREGO A TI, SEÑOR

Señor Jesucristo, creo que eres el Hijo resucitado y glorioso de Dios Padre y que estás aquí entre nosotros, vivo e intercediendo por mí, amándome y queriendo ayudarme.
A Ti me entrego, confiado, porque sé que quieres curarme y eres omnipotente para hacerlo.
Señor Jesús, perdona mis pecados, faltas y omisiones y cura mis malos hábitos.
Quiero, con tu gracia, perdonar a los que me ofendieron y afligieron.
Jesucristo, mi Dios y mi amigo, en este instante te acepto como mi amado Salvador y Señor, único dueño de todas las áreas de mi ser, de todo lo que soy y poseo.
Jesús, mi Señor y Rey, te pido que entres ahora en mi vida y permanezcas conmigo como prometiste:
"Estaré siempre contigo, hasta el fin de los tiempos". Yo creo en tu Palabra.
Señor Jesús, yo te entrego, en este momento, mi mente y mi voluntad. Amén.