sábado, 21 de septiembre de 2013

ORACIÓN POR LA CURACIÓN INTERIOR (PADRE ROY GISLAIN)

 
Señor Jesús: Tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados. Te ruego

que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego en especial que

cures a aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de

los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me han

provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús: Tú conoces mis problemas, los pongo

todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu

corazón que cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis

recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en

la angustia, en la preocupación. Cura Señor todas esas heridas íntimas que son causa de

enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón; acéptalo Señor; purifícalo y dame los

sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno. Concédeme Señor la

curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda

recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme

testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu

presencia viviente entre nosotros. Amén.

ORACIÓN MUY PODEROSA Y EFICIENTE (POR EL PADRE PETER MARY ROOKEY, ESTADOS UNIDOS)

 
Señor Jesús: vengo ante ti tal como soy. Siento mucho haber pecado; me arrepiento

de mis pecados. Por favor, perdóname.

En tu nombre, perdono a todos aquellos que me han hecho daño. Renuncio con todo

mi corazón a Satanás, a todos los espíritus malignos y a sus obras. Te doy todo mi ser,

Señor Jesús, y te acepto como mi Señor, Dios y Salvador. Sáname, cámbiame y fortaléceme

tanto en cuerpo como alma y espíritu.

Ven Señor Jesús... Cúbreme con tu preciosa sangre y lléname de tu Santo Espíritu.

Te quiero, Señor Jesús. Te alabo, Señor Jesús. Y te doy gracias, Jesús.

Te seguiré todos los días de mi vida.

María Madre de Dios, Reina de la Paz, y todos los santos y ángeles del cielo: por

favor ayudadme. Amén.

ORACIÓN DE SANACIÓN DE LOS RECUERDOS (PADRE EMILIANO TARDIF)



Padre de bondad, Padre de Amor, yo te bendigo, te alabo y te doy gracias porque, por amor, nos has dado a Jesús.
Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu comprendemos que Él es la Luz, la Verdad y el buen Pastor que ha venido para que tengamos vida en abundancia.
Hoy, Padre, quiero presentarme: me conoces por mi nombre. Me presento a ti para que pongas sobre mi vida tu mirada de Padre. Tú conoces mi corazón y todas las heridas de mi historia. Tú sabes todo lo que he querido hacer y no he hecho. Tú sabes lo que he hecho y el daño que me han hecho. Tú conoces mis límites, mis errores y mis pecados. Tú conoces mis traumas y los complejos de mi vida.
Hoy, Padre, te pido, por el Amor de tu Hijo Jesús, que derrames tu Espíritu Santo sobre mí, para que el calor de tu Amor sanador penetre hasta lo más íntimo de mi corazón.
Tú que sanas los corazones desgarrados y vendas las heridas, sáname. Padre, entra en mi corazón como entraste en la casa donde estaban tus discípulos acobardados. Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste: «La Paz esté con vosotros». Entra en mi corazón y llénalo de tu Paz. Llénalo de tu Amor. Sé que el Amor expulsa el miedo. Entra en mi vida y sana mi corazón.
Sabemos, Señor, que lo haces cada vez que te lo pido y te lo pido ahora con María, Tu Madre. Ella que estuvo en las bodas de Caná, cuando ya no tenían vino, Tú respondiste a su deseo transformando el agua en vino.
Cambia mi corazón; dame un corazón generoso, afable, lleno de bondad. Dame un corazón nuevo. Haz brotar en mí los frutos de tu presencia. Dame los frutos de tu Espíritu, que son: Amor, Paz y Alegría. Haz que descienda sobre mí el Espíritu de las Bienaventuranzas para que pueda saborear y buscar a Dios cada día viviendo sin complejos ni traumas junto a mi cónyuge, familia y hermanos.
Te doy las gracias, Padre, por lo que haces hoy en mi vida. Te doy gracias con todo mi corazón porque eres Tú quien me sana, me libera y quien rompe mis cadenas y me devuelve mi libertad. Gracias, Señor porque soy templo de tu Espíritu y éste templo no puede ser destruido porque es la Casa de Dios. Te doy gracias Señor por el don de la fe y por el amor que has puesto en mi corazón. ¡Bendito y alabado seas siempre, Señor!