¡Oh glorioso Patriarca! Tú procuraste mi salvación con tal solicitud que uniste tu voluntad a la de tu santa Esposa cuando a su divino Hijo, que hacía las delicias de ambos, lo ofreció por mí a la muerte. Grande es mi gozo por que esta generosa oferta os haya constituido protector y patrono universal nuestro. ¡Oh santo amorosísimo! Alcanzadme luz para conocer con cuánto empeño, con cuánta oración y vigilancia deba yo trabajar por salvarme, ya que tanto hiciste tú, y tanto hizo María, y sobre todo mi Salvador. Por los méritos, pues, de aquel sacrificio con que Él se ofreció por mí a su eterno Padre, rogadle que tenga piedad de mi alma: que no sea Él ocasión de ruina para mí, como llegaría a serlo, si después de haberle conocido correspondiese yo con tibieza y con ingratitud durmiéndome en el pecado. ¡Desgraciado de mí si antes de que llegue mi última hora no me encomendase a Vos, oh bendito San José! Doy gracias a la divina bondad por haberme inspirado tanta confianza en Vos: en Vos, de quien espero protección en la vida, defensa en la muerte y la resurrección a la gloria eterna.
V. Ora pro nobis S. Joseph.
R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.
Te suplico, oh San José,
que a tu Jesús por mí pidas,
que entre la grey escogida,
resucite yo también.
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