domingo, 25 de enero de 2015
ORACIÓN AL SEÑOR PARA RECITARLA EN LA HORA DE LA MUERTE (Luis de Trelles)
Ahora, Señor, ahora,
Que la inexorable parca
Quiere aplicar a mi vida
Los filos de su guadaña.
Ahora, ahora, Señor,
Que postrado en esta cama
Me siento tal que no sé
Si he de llegar a mañana.
Ahora, ahora, Dios mío,
Que en el reloj de mi cara,
Los desconcertados pulsos
Mis breves horas señalan.
Ahora, Padre y Señor,
Que mis enemigos andan
Solicitando por puntos
Que me arrojes a las llamas.
Y ahora, Señor, también,
Que mis potencias turbadas
Demudadas titubean
Y cobardes se desmayan.
Ahora, más que otras veces,
He menester de tu gracia,
Para que me oigas piadoso,
Pues ya mi vida se acaba.
Y he de dar cuenta, ay de mí,
De mis obras y palabras,
Y mis malos pensamientos
Que han sido todos sin tasa.
Yo no sé cómo es aquella
Cuenta con que Tú nos tasas.
Pero bien sé que en el Cielo
Han de entrar puras las almas.
Pues ¿cómo, cómo Señor,
Puedo pretender la entrada
En tu gloria, si presento
La mía con tantas manchas?
Mas no por eso, Señor,
Me aparto de la esperanza.
Pues monta más que mis culpas
De vuestra sangre la paga.
El Purgatorio, Dios mío,
Tomaré de buena gana,
Para poder purgar en él
Los méritos que me faltan.
Dame, pues, el Purgatorio,
Para que, purificada,
Mi alma vaya a gozarte
En la celestial morada.
Confieso y creo que hay
En la Hostia Consagrada,
Todo un Dios Sacramentado,
Divinidad, Cuerpo y Alma.
Creo todo lo que cree
La Santa Iglesia Romana,
Los Artículos y el Credo,
Y la potestad del Papa.
Y porque creyesen todos
En esa Fe sacrosanta
Dos mil vidas que tuviera
Por Ti las sacrificara.
Ya Señor no puedo más,
Pues ya mi lengua se traba
Y no puede, balbuciente,
Articular lo que habla.
Ya parece que los pulsos
Se manifiestan a pausas
Y yo, tentando la ropa,
Desconozco la posada.
¡Oh lo que siente este cuerpo
El apartarse del alma
Pues con cada movimiento
El corazón se me arranca!
Hablar de la muerte en vida
Asusta, pero no espanta.
Pero hablar de muerte en la muerte
Es mucho más que palabras.
Santos de mi devoción
Virgen castísima y santa,
Concebida sin pecado,
Ante saecula beata.
José, Pedro, Sebastián,
Francisco, Antonio de Padua,
Javier, Polonia, Lucía,
Úrsula, Sol de Bretaña.
Evangelista Juan
Y también Bárbara Santa,
Julián Obispo de Cuenca,
Y Magdalena gallarda.
Y a ti, San Miguel Arcángel,
Y a ti, Ángel de mi Guarda,
Encargo, suplico y ruego
Que favorezcais mi causa,
Que con tales abogados,
Si mi dolor acompaña,
Bien me puedo prometer
Una indulgencia plenaria.
Ya mi lengua titubea
Y ya todas mis palabras
Al quererlas pronunciar
Se añudan en la garganta.
Adiós mundo. Adiós amigos.
Adiós hijos. Adiós patria.
Si algo os he parecido,
Presto veréis no soy nada.
Dios mío, misericordia.
Váleme, Virgen Sagrada
Que por tus manos piadosas,
A Dios encomiendo el alma.
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