sábado, 28 de diciembre de 2019
domingo, 22 de diciembre de 2019
ORACIÓN DE SANTA RITA PARA CAUSAS IMPOSIBLES
Bajo el peso del dolor, a ti, querida Santa Rita, yo recurro confiado en ser escuchado. Libera, te ruego, mi pobre corazón de las angustias que lo oprimen y devuelve la calma a mi espíritu, lleno de preocupaciones.
Tú que fuiste elegida por Dios como abogada de los casos más desesperados, obtén la gracia que ardientemente te pido (pedir la gracia que se desea).
Si mis culpas son un obstáculo para el cumplimiento de mis deseos, obtenme de Dios la gracia del arrepentimiento y del perdón mediante una sincera confesión.
No permitas que durante más tiempo yo derrame lágrimas de amargura.
Oh santa de la espina y de la rosa, premia mi gran esperanza en ti, y en todas partes daré a conocer tu gran misericordia con las almas afligidas.
Oh Esposa de Jesús Crucificado, ayúdame a bien vivir y a bien morir.
Amén.
domingo, 15 de diciembre de 2019
LA MAÑANA (Albano Carrisi)
La aurora su sol va pintando
al mundo cubierto de azul.
Despierto y es otra mañana,
alegre lo mismo que tú.
al mundo cubierto de azul.
Despierto y es otra mañana,
alegre lo mismo que tú.
Hay un ruiseñor que me canta
y un carro se oye gemir.
Y es otra mañana que nace
y nace mi vida en ti.
y un carro se oye gemir.
Y es otra mañana que nace
y nace mi vida en ti.
Y también tú por la mañana
un sol reflejas en mi mirar.
Si tú no estás es todo noche,
donde tú estás hay el amor.
Y junto a la iglesia yo paso,
no entro pues he de partir.
Me acuerdo que rezo yo solo,
doy gracias por tenerte a ti.
un sol reflejas en mi mirar.
Si tú no estás es todo noche,
donde tú estás hay el amor.
Y junto a la iglesia yo paso,
no entro pues he de partir.
Me acuerdo que rezo yo solo,
doy gracias por tenerte a ti.
Y también tú cual la mañana
un sol reflejas en mi mirar
Si tú no estás es todo noche,
donde tú estás hay el amor.
un sol reflejas en mi mirar
Si tú no estás es todo noche,
donde tú estás hay el amor.
LA ROSA Y EL SAPO
Había una vez una rosa muy hermosa y bella. ¡Qué maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín! Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos.
Un día observó que a su lado siempre había un sapo grande y oscuro y que por eso nadie se acercaba a ella.
Indignada ante lo descubierto, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato. El sapo, muy obediente, dijo:
- Está bien, si así lo quieres.
Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa, y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos.
- ¡Vaya, te ves muy mal! ¿Qué te pasó? -dijo el sapo.
- Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual -contestó la rosa.
- Pues claro -le dijo el sapo-, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas, y por eso siempre eras la más bella del jardín.
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos, o simplemente que no nos sirven para nada...
Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este mundo, todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie.
No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del que ni siquiera seamos conscientes.
viernes, 13 de diciembre de 2019
UN ERROR PERFECTO
Mi abuelo amaba la vida, especialmente cuando podía hacerle una broma a alguien. Hasta que un frío domingo en Chicago, mi abuelo pensó que Dios le había gastado una broma.
Entonces no le causó mucha gracia. Él era carpintero y ese día había estado en la iglesia haciendo unos baúles de madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China.
Cuando regresaba a su casa, metió la mano en el bolsillo de su chaqueta para sacar sus gafas, pero no estaban ahí. Él estaba seguro de haberlas puesto ahí esa mañana, así que regresó a la iglesia. Las buscó pero no las encontró.
Entonces se dio cuenta de que las gafas se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él darse cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empaquetado. ¡Sus nuevas gafas iban camino a China!
Eran días difíciles en la economía y tenía seis hijos que mantener. Había gastado 30 dólares en esas gafas. "No es justo" le dijo a Dios. "Yo he hecho una obra nueva donando mi tiempo y dinero y ahora esto".
Varios meses después, el director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quería visitar todas las iglesias que le habían ayudado cuando estaba en China, así que llegó un domingo por la tarde a la pequeña iglesia adonde asistía mi abuelo en Chicago.
Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de costumbre. El misionero empezó por agradecer a la gente su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones.
"Pero más que nada", dijo, "debo agradecerles por las gafas que mandaron. Verán, unos vándalos entraron en el orfelinato, destruyendo todo lo que teníamos, incluyendo mis gafas. Estaba desesperado. Y aunque tuviera el dinero para comprar otras, no había dónde. Además de no poder ver bien, todos los días tenía fuertes dolores de cabeza, así que mis compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto. Entonces llegaron sus donaciones. Cuando mis compañeros sacaron todo, encontraron unas gafas encima de una de las cajas".
El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos dirigieran sus palabras. Luego, aún maravillado, continuó: "Amigos, cuando me puse las gafas eran como si las hubieran mandado hacer justo para mí. Quiero agradecerles por ser parte de esto".
Todas las personas escucharon, y estaban contentas por las gafas milagrosas. Pero el misionero debió haberse confundido de iglesia, pensaron. No había ningunas gafas en la lista de productos que habían enviado a China.
Pero sentado atrás en silencio, con lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria.
jueves, 5 de diciembre de 2019
ORACIÓN POR LAS ALMAS BENDITAS DEL PURGATORIO (5)
Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima Sangre de tu divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo, por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo, por los pecadores en la Iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.
ORACIÓN A SANTA RITA DE CASIA
Oh poderosa y gloriosa santa Rita, he aquí a tus pies un alma desamparada que necesita ayuda; a ti recurro con la dulce esperanza de ser atendido por ti que tienes el título de santa de los casos imposibles y desesperados.
Te ruego que te intereses por mi causa y que intercedas junto a Dios para que me conceda la gracia que tanto necesito (hacer la petición).
No dejes que me aleje de tus pies sin ser atendido.
Si hay en mí algún obstáculo que me impida alcanzar la gracia que ruego, auxíliame para que lo aleje.
Por tus preciosos méritos, lleva mi solicitud a tu celeste esposo, Jesús, en unión con tu oración.
Oh, santa Rita, pongo en ti toda mi confianza. Por tu intercesión espero tranquilamente la gracia que pido.
Santa Rita, abogada de los casos imposibles, ruega por nosotros.
ORACIÓN DE SANACIÓN (4)
Sempiterno Dios todopoderoso, bandeja infinita de salud y bondad, que sabiamente has dicho "Yo soy quien te da salud". Me presento ante Ti en mis momentos más débiles porque, bajo los efectos de la enfermedad, he experimentado lo frágil que es mi cuerpo.
Ten clemencia frente a los que se encuentran despavoridos, renueva su salud y dales fuerza, para que estén sanos. Haz que los tratamientos de medicina de los médicos sean totalmente curadores, porque Tú eres nuestro médico por excelencia y sabrás llevar esta situación sin que se desborde la locura. Manifiéstate con una bendición gloriosa de tu amor y otórgales la salud que su cuerpo exige, la paz que su alma reclama, para que renueven todas sus fuerzas y, una vez sanado, puedan ser fieles servidores y defensores de tu testimonio.
Te lo pedimos en el santo Nombre de tu hijo, nuestro Salvador Jesucristo, con la intercesión de la Santísima Virgen María y orando con el Espíritu Santo, a Ti, Señor, que reinas por los siglos de los siglos. Amén.
martes, 3 de diciembre de 2019
AQUÍ, SEÑOR, YO SÉ QUE ESTÁS AQUÍ (Rafael Alfaro)
Aquí, Señor, yo sé que estás aquí,
en los cuatro rincones de esta sala,
en el centro, en el aire suspendido
como lámpara inmóvil, invisible.
Oigo palabras tuyas. Están cerca
tus labios y me besas por la sombra
tenaz. Eres palabra hundida dentro.
Oigo tu pulso claro por mi oscura
sangre. Yo sé que estás aquí, Señor.
Yo sé que estás. Y que una noche,
cuando menos lo espere,
darás luz y encenderás tu lámpara.
Yo sé que estás aquí, Señor.
Yo sé que estás.
en los cuatro rincones de esta sala,
en el centro, en el aire suspendido
como lámpara inmóvil, invisible.
Oigo palabras tuyas. Están cerca
tus labios y me besas por la sombra
tenaz. Eres palabra hundida dentro.
Oigo tu pulso claro por mi oscura
sangre. Yo sé que estás aquí, Señor.
Yo sé que estás. Y que una noche,
cuando menos lo espere,
darás luz y encenderás tu lámpara.
Yo sé que estás aquí, Señor.
Yo sé que estás.
JESÚS, DULCE MEMORIA (Juan B. Sorozábal)
Jesús, dulce memoria, fiel consuelo,
que das gozo y placer al alma pura;
más dulce que la miel es la dulzura
de tu dulce presencia, Rey del cielo.
Nada se oye que dé más regocijo,
nada puede la voz cantar más suave,
nada pensar más dulce el hombre sabe
que Jesús amoroso, de Dios Hijo.
Jesús, nuestra esperanza, ¡qué piadoso
eres al que te pide humildemente!
¡Qué bueno al que te busca diligente!
Y el que logra hallarte, ¡qué dichoso!
Ni a la voz el decirlo es practicable,
ni llegarlo a explicar puede la letra;
solo por experiencia se penetra,
que es amar a Jesús bien inefable.
Sed, pues, nuestro placer, Jesús amado,
que has de ser galardón del alma pía:
sea en Ti nuestra gloria y alegría
por los siglos y tiempo indeterminado.
que das gozo y placer al alma pura;
más dulce que la miel es la dulzura
de tu dulce presencia, Rey del cielo.
Nada se oye que dé más regocijo,
nada puede la voz cantar más suave,
nada pensar más dulce el hombre sabe
que Jesús amoroso, de Dios Hijo.
Jesús, nuestra esperanza, ¡qué piadoso
eres al que te pide humildemente!
¡Qué bueno al que te busca diligente!
Y el que logra hallarte, ¡qué dichoso!
Ni a la voz el decirlo es practicable,
ni llegarlo a explicar puede la letra;
solo por experiencia se penetra,
que es amar a Jesús bien inefable.
Sed, pues, nuestro placer, Jesús amado,
que has de ser galardón del alma pía:
sea en Ti nuestra gloria y alegría
por los siglos y tiempo indeterminado.
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