Poesías, oraciones, cuentos...
miércoles, 2 de abril de 2025
MIÉRCOLES IV DE CUARESMA C
Buenos días. Hoy miércoles la Iglesia nos recuerda en las lecturas dos ideas que se entrelazan: Dios es misericordioso y ha venido al mundo para salvar a todo el que crea en Él. Y es que, como dirá san Pablo, la misericordia no necesita del juicio, pero todo aquel que deja a un lado vivir según la voluntad de Dios, ya ha sido condenado por sus actos. Cristo enseña el camino, la verdad y la vida para llegar al Padre; ¿y nosotros, queremos seguirlo? Seamos buenos y confiemos en Dios, que está cerca de los que lo invocan sinceramente.
1ª Lectura (Is 49, 8-15): Esto dice el Señor: «En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: ‘Salid’, a los que están en tinieblas: ‘Venid a la luz’. Aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán. Miradlos venir de lejos; miradlos, del Norte y del Poniente, y los otros de la tierra de Sin. Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados». Sion decía: «Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado». ¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré.
Salmo responsorial: 144
R/. El Señor es clemente y misericordioso.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.
El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
Versículo antes del Evangelio (Jn 11, 25-26): Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, no morirá jamás.
"Porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió" (Jn 5, 17-30)
Señor Jesús, si no estoy lejos de Ti, si tu evangelio dice verdad, si tus gestos solidarios y tus acciones dicen quién eres... entonces tu voluntad es servir siempre, amar siempre, perdonar siempre, colaborar siempre, ser coherentes siempre, ser sacramento tuyo siempre, caminar siempre, avanzar siempre, incluir siempre, iluminar siempre, dar sabor siempre, posibilitar siempre, practicar misericordia siempre, humanizar siempre, esperar siempre, vivir en esperanza siempre, vivir en profundidad siempre, formar comunidad siempre, enseñar al que no sabe siempre, curar heridas siempre, sanar corazones siempre, compartir lo mejor de nosotros siempre, querernos siempre, dar gracias siempre, sabernos amados y sin medida siempre.
Señor Jesús, gracias por mostrarnos cuál es tu voluntad. Dame fe para aceptarla y vivirla en profundidad, aunque no siempre la comprenda. Dame vida para hacer tu voluntad sin condiciones.
Asi te lo pido. Así sea.
EPIGRAMA DE VICTORIANO MARTÍNEZ MULLER (4)
un banquero muy obeso,
con mucha prudencia y seso
le preguntó Fray Benito:
"Dime infeliz, ¿por qué robas?".
Y él respondía sin ganas:
"Padre, flaquezas humanas".
¡Y pesaba doce arrobas!
HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (131)
al ver a un muerto, digo: -He aquí un dichoso.
martes, 1 de abril de 2025
MARTES IV DE CUARESMA C
Buenos días. Cristo no tiene miedo de acercarse al dolor y al sufrimiento, porque para eso ha venido. Y hoy en las lecturas leemos que el agua será elemento que dará vida. Así el profeta dice que el agua dará vida al mar muerto, agua que fluye desde el Templo. Y en el evangelio el agua de la piscina tiene poder curativo, pero no es el agua sino que será Cristo quien cure al paralítico. Cristo, que en el evangelio de Juan es el agua viva de la Samaritana. Pero avisa que para mantenerse sano no debe pecar más. Pidamos a Dios su gracia abundante, la que nos regaló con el agua del bautismo, y que nos ayude con la penitencia a convertirnos de corazón y no pecar más. Seamos buenos y confiemos en Dios, que hace maravillas en nuestra vida.
1ª Lectura (Ez 47, 1-9.12): En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo del Señor. De debajo del umbral del templo corría agua hacia el este —el templo miraba al este—. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Me hizo salir por el pórtico septentrional y me llevó por fuera hasta el pórtico exterior que mira al este. El agua corría por el lado derecho. El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia el este, midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta las rodillas. Midió todavía otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta la cintura. Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no se podía vadear, sino cruzar a nado.
Entonces me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre?». Después me condujo por la ribera del torrente. Al volver vi en ambas riberas del torrente una gran arboleda. Me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la zona oriental, descienden hacia la estepa y desembocan en el mar de la Sal. Cuando hayan entrado en él, sus aguas serán saneadas. Todo ser viviente que se agita, allí donde desemboque la corriente, tendrá vida; y habrá peces en abundancia. Porque apenas estas aguas hayan llegado hasta allí, habrán saneado el mar y habrá vida allí donde llegue el torrente. En ambas riberas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; no se marchitarán sus hojas ni se acabarán sus frutos; darán nuevos frutos cada mes, porque las aguas del torrente fluyen del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales».
Salmo responsorial: 45
R/. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar.
Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora.
El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra.
Versículo antes del Evangelio (Sal 50, 12a-14a): Crea en mí, ¡oh Señor, un corazón puro, y devuélveme la alegría de tu salvación.
“¿Quieres quedar sano?” (Jn 5, 1-16)
Sana, Señor Jesús, mis incoherencias y lamentaciones. Sana mis comodidades y rutinas que frenan mi compromiso. Sana en mí el juicio sobre los otros.
Sana, Señor Jesús, mis olvidos y despistes. Sana mi pobre oración. Sana mis ruidos y concédeme silencio para escucharte.
Sana, Señor Jesús, mi religiosidad vacía. Sana mis celebraciones distraídas y agendadas. Sana mi débil acercamiento a los últimos.
Sana, Señor Jesús, mis excusas. Sana mi falta de humildad. Sana mis complicaciones y muéstrame la sencillez.
Sana, Señor Jesús, todo aquello que me impide levantarme, caminar, seguirte y no pecar más. Hoy siento que me dices como a aquel hombre en Betseda: “¿Quieres quedar sano?”… Y mi respuesta es… SÍ.
Así te lo pido. Así sea.
EPIGRAMA DE VICTORIANO MARTÍNEZ MULLER (3)
el buen soldado Fernando
se despedía trinando
de su querida Manuela.
Y ella replicaba al tonto:
"No tengas por mí tal duelo,
que al fin me queda el consuelo
de que te relevan pronto".
lunes, 31 de marzo de 2025
EL ALMENDRO (CUENTO ALEMÁN DE AUGUSTO FERRÁN)
Cayeron de los árboles todas las flores; cayeron todas las frutas; cayeron todas las hojas. El otoño sombrío llegó a recogerlas codicioso. Y sólo un árbol, un almendro que, en la corriente de un arroyuelo, se miraba día y noche, no perdió sus flores, ni sus frutas, ni sus hojas, siempre blancas y verdes como en la alegre primavera. ¿Estaba aquel árbol encantado? ¿Era el árbol de la pereza que no quería despojarse, por ser un trabajo inútil, de sus flores, de su fruta y de sus hojas?
¿Para vestirse de nuevo en la próxima primavera? ¿Qué misterio encerraba aquel árbol siempre florido y siempre verde? Nadie lo ha sabido. Solamente se dice que a su sombra venían a sentarse, en tiempos lejanos, los enamorados que allí se citaban para jurarse amor eterno y para engañarse en cuanto del árbol misterioso se apartaban.
LUNES IV DE CUARESMA C
Buenos días. Es lunes de Cuaresma. Ayer nos explicaba Jesús la misericordia del Padre y hoy mismo la pone en práctica. Quien se acerca a Él con fe verdadera no queda defraudado, y este centurión es muestra de que incluso quien no pertenece al pueblo judío, es aceptado como hijo de Dios, porque la salvación es para todo el que cree en el Hijo de Dios, el único que puede salvarnos. Seamos buenos y confiemos en Dios, que nos libra de toda angustia.
1ª Lectura (Is 65, 17-21): Esto dice el Señor: «Mirad: voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento. Regocijaos, alegraos por siempre por lo que voy a crear: yo creo a Jerusalén para el gozo, y a su pueblo para la alegría. Me alegraré por Jerusalén y me regocijaré con mi pueblo, ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido; ya no habrá allí niño que dure pocos días, ni adulto que no colme sus años, pues será joven quien muera a los cien años, y quien no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán los frutos».
Salmo responsorial: 29
R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos, celebrad el recuerdo de su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Versículo antes del Evangelio (Am 5, 14): Buscad el bien y no el mal, para que viváis; el Señor estará con vosotros.
"El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino" (Jn 4, 43-54)
Señor Jesús, como siempre, encontrarme contigo sugiere que me ponga en pie, que me ponga en camino, que abandone mi rutina y mis comodidades, que me deje hacer por Ti, que me exponga a ser amado.
Señor Jesús, todos los que se encuentran contigo y creen en tu Palabra se ponen en camino. Convierten su corazón. Se ponen a tiro. Se juegan el tipo. Son seducidos y se dejan seducir. Se ponen en camino.
Señor Jesús, haz que tu Palabra me hable, me mueva, me desinstale, me descentre, me renueve, me haga fiel a tu proyecto. Me ponga en camino.
Señor Jesús, ponme en camino, acompaña mis pasos, dame un corazón de peregrino, un paso ligero, sin ataduras, sin tiempos. Hazme caminante.
Señor, si creo en tu Palabra y me pongo en camino sé Tú la mejor de mis razones, el motivo de todas mis esperanzas, la fuente y fundamento de todos mis anhelos.
Así te lo pido Así sea.
CANTAR DEL PUEBLO 73 (AUGUSTO FERRÁN)
y después de haber hablado,
vielve a pensar lo que has dicho,
y verás si es bueno o malo.
domingo, 30 de marzo de 2025
BENDICIÓN DE LOS HIJOS (2)
DOMINGO IV DE CUARESMA C (DOMINGO LAETARE)
Buenos días. Feliz domingo que la Iglesia llama Domingo Laetare (domingo de la alegría). Quizá porque como leemos en el evangelio, Dios se conmueve, cubre de besos y sandalias y vestidos buenos y celebra con todo el corazón la conversión de sus hijos. Dios es el Padre misericordioso que, a pesar de nuestras infidelidades y desprecios, siempre espera para abrirnos los brazos y acogernos, y lo hace hasta el extremo. Ojalá descubramos algún día todo lo que Dios nos regala y podamos ver lo bueno que es el Señor. Seamos buenos y confiemos en Dios, que nos salva de nuestras angustias.
Primera lectura
Lectura del Libro de Josué 5, 9a. 10-12
Los hijos de Israel acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó.
Al día siguiente a la Pascua, comieron ya de los productos de la tierra: ese día, panes ácimos y espigas tostadas.
Y desde ese día en que comenzaron a comer de los productos de la tierra, cesó el maná. Los hijos de Israel ya no tuvieron maná, sino que ya aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.
Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7 R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5, 17-21
Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.
Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 15, 1-3. 11-32
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
sábado, 29 de marzo de 2025
ORACIÓN SAN EUSTASIO
Tú, Señor, que nos has dado un modelo de perfección evangélica en la vida ejemplar de san Eustasio, abad, concédenos, en medio de los acontecimientos de este mundo, que sepamos adherirnos, con todo nuestro corazón, a los bienes de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.
SÁBADO III DE CUARESMA C
Buenos días. La misericordia del Señor está siempre disponible para el que se reconoce pecador y necesitado del Amor de Dios, pero la soberbia nos empuja a desconfiar de Dios y creer que todo podemos hacerlo por nuestras fuerzas, lo que nos hace despreciar a todo el que nosotros juzgamos que es indigno. Nos convertimos en jueces y ya nos enseña en NT: “No juzguéis, y no seréis juzgados… porque la medida que usemos la usará nuestro Padre con nosotros”. Por eso la humildad y el corazón que se sabe pecador recibirá la misericordia. Seamos buenos y confiemos en Dios, que no desprecia un corazón quebrantado y humillado.
1ª Lectura (Os 6, 1-6): «Venid, volvamos al Señor. Porque Él ha desgarrado, y Él nos curará; Él nos ha golpeado, y Él nos vendará. En dos días nos volverá a la vida y al tercero nos hará resurgir; viviremos en su presencia y comprenderemos. Procuremos conocer al Señor. Su manifestación es segura como la aurora. Vendrá como la lluvia, como la lluvia de primavera que empapa la tierra». ¿Qué haré de ti, Efraín, qué haré de ti, Judá? Vuestro amor es como nube mañanera, como el rocío que al alba desaparece. Sobre una roca tallé mis mandamientos; los castigué por medio de los profetas con las palabras de mi boca. Mi juicio se manifestará como la luz. Quiero misericordia y no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos.
Salmo responsorial: 50
R/. Quiero misericordia, y no sacrificios.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos.
Versículo antes del Evangelio (Sal 94, 8): Hoy no endurezcáis vuestros corazones y oíd la voz del Señor.
Texto del Evangelio (Lc 18, 9-14): En aquel tiempo, Jesús dijo también a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ‘¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias’. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!’. Os digo que este bajó a su casa justificado y aquel no. Porque todo el que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado».