Poesías, oraciones, cuentos...
miércoles, 7 de mayo de 2025
ORACIÓN SANTA FLAVIA DOMITILA (1)
Dios todopoderoso y lleno de misericordia, que concediste a santa Flavia Domitila superar los tormentos de su cruel martirio, protege con tu bondad a quienes celebramos el aniversario de su triunfo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
MIÉRCOLES III DE PASCUA C
Buenos días. Feliz Pascua. Hoy las lecturas nos quieren enseñar que para quien cree en Cristo nada le es imposible, e incluso los problemas de la vida se convierten en una oportunidad para evangelizar, como el apóstol Felipe, al que acompañan signos de Dios que llenaban la ciudad de alegría. Pidamos al Señor que no nos falte el pan de vida que nos ayude a hacer la voluntad de Dios y llenar el mundo de alegría. Seamos buenos y confiemos en Dios, que nos alegra con sus proezas en favor de los hombres.
1ª Lectura (Hch 8, 1-8): Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaría. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo, por su parte, se ensañaba con la Iglesia, penetrando en las casas y arrastrando a la cárcel a hombres y mujeres. Los que habían sido dispersados iban de un lugar a otro anunciando la Buena Nueva de la Palabra. Felipe bajó a la ciudad de Samaría y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.
Salmo responsorial: 65
R/. Aclamad al Señor, tierra entera.
Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!».
«Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre». Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.
Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos en él, que con su poder gobierna enteramente.
Versículo antes del Evangelio (Jn 6, 40): Aleluya. Todo el que cree en el Hijo tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el último día, dice el Señor. Aleluya.
Texto del Evangelio (Jn 6, 35-40): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día».
“Yo soy el pan de la vida” (Jn 6, 35-40)
Señor Jesús, ¿quién eres Tú? ¿Quién soy yo?¿Qué quieres de mí? ¿Cómo es posible que atraigas como lo haces, que llenes de alegría y seas fuente de vida para todos, una vida nueva e imparable, una vida que deja sin efecto toda muerte? Haz que te busque y que al encontrarte me encuentre también yo.
Señor Jesús, hoy tu palabra nos recuerda que eres el pan de vida. Pan… ese alimento que a todos nos evoca un alimento familiar, cotidiano, que se comparte en la mesa, al calor del hogar. Así eres Tú, sencillo, “manso y humilde”, servidor, alimento cercano para lo más profundo de nuestro corazón.
Señor Jesús, sabemos que la fe, ese regalo inmerecido que un día nos hiciste, no es fe si es al margen tuyo. Y es que nada nos colma ni nos da paz interior, como Tú. Eres el amigo que siempre está ahí, el sagrario permanente, fuente de amor, de felicidad y de alegría. Del trato contigo, a solas y en comunidad, brota la bondad, la fraternidad, el valor para ser mejor ser humano y vivirlo con integridad, de modo especial en este tiempo pascual en el que celebramos que las promesas de nuestro Dios se cumplen.
Señor Jesús, el mejor Pan, el que tiene “denominación de origen” es el “Pan vivo bajado del cielo”. Sabemos que la fe no es fruto de nuestro esfuerzo ni voluntad, tampoco un capricho o una moda. La fe es un don de Dios, la descubrimos al descubrirnos hijas e hijos suyos, y la encontramos al acercarnos a Ti, que eres capaz de dar vida partiéndote y repartiéndote, que contagias algo diferente a lo que nos puede dar cualquier otro “pan”, que eres fuente de comunión y encuentro.
Señor Jesús, haznos a nosotros pan para los demás, alimento cercano y humilde, que se sabe siempre de Dios. Pan que sacie el hambre, que dignifique vidas, que levante del suelo y libere de la opresión a los que sufren la miseria y el hambre. Haznos como Tú, pan que se entrega cada jornada para el bien de todos. Acompaña hoy al colegio cardenalicio que se reúne en el cónclave para elegir al sucesor de Pedro, aquel que nos seguirá recordando que Tú eres el pan de la vida.
Así te lo pido. Así sea.
CANTAR DEL PUEBLO 95 (AUGUSTO FERRÁN)
hay un castillo encantado,
en el que no entran mujeres,
para que dure el encanto.
martes, 6 de mayo de 2025
MARTES III DE PASCUA C
1ª Lectura (Hch 7, 51–8, 1): En aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas: «¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la habéis observado». Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: «Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios». Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Y, con estas palabras, murió. Saulo aprobaba su ejecución.
Salmo responsorial: 30
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame.
A tus manos encomiendo mi espíritu: Tú, el Dios leal, me librarás. Yo confío en el Señor. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas.
Versículo antes del Evangelio (Jn 6, 35): Aleluya. Yo soy el pan de la vida, dice el Señor; el que a mí viene no tendrá hambre. Aleluya.
Texto del Evangelio (Jn 6, 30-35): En aquel tiempo, la gente dijo a Jesús: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás» (Jn 6, 30-35)
Señor Jesús, quiero vivir comprometido por la justicia, como Tú. Quiero ser comida para otros, como Tú. Quiero caminar hacia aquellos que necesiten a alguien que les escuche, a alguien que les apoye, a alguien que les acompañe en todo momento, de modo especial, cuando la necesidad se convierta en el pan suyo de cada día.
Señor Jesús, quiero ser para otros pan de vida, quiero creer en Ti y no tener jamás sed: Jamás necesidado. Jamás vergüenza de no tener. Jamás miedo de no saber dónde vivir. Jamás la inseguridad de no tener un lugar en el que poder dormir bajo un techo seguro. Jamás…
Señor Jesús, quiero vivir comprometido por tu justicia. Esa justicia que no olvida a nadie. Esa justicia que no abandona a nadie. Esa justicia que no hace acepción de personas. Esa justicia que sólo procede de Ti, que eres pan para todos y bebida que nunca más deja a nadie con sed.
Señor Jesús, hazme pan para otros, para todos. Señor, hazte pan para mí y que yo crea en Ti de tal modo que jamás quede sediento de vida verdadera.
Así te lo pido. Así sea.
CANTAR DEL PUEBLO 94 (AUGUSTO FERRÁN)
que me dejase quererte,
y Dios, al ver mis fatigas,
me la otorgó para siempre.
Me la otorgó para siempre,
y cuando dije "te quiero",
se presentaron los hombres
y a mi querer se opusieron.
lunes, 5 de mayo de 2025
Señor, Francisco de Laval fue el primer pastor de la Iglesia en América del Norte que nos guió hacia tu Reino.
Fue testigo de la Buena Nueva de tu Hijo, recorriendo los grandes espacios de este continente, que nos ayudó a caminar juntos siguiendo a Cristo, nuestro Señor.
Hombre de oración y atención a tu misterio, nos enseñó a recibir tu palabra con fidelidad a tu Espíritu. Apóstol de la unidad y la paz, nos inspiró gestos de perdón mutuo, en el respeto a las personas.
Atento a la felicidad de cada familia, que Francisco de Laval nos haga descubrir en tu alianza la fuente y la cumbre de nuestros amores.
Gloria a Ti, Señor, por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN A SAN ÁNGEL DE SICILIA
LUNES III DE PASCUA C
Buenos días. Feliz Pascua. Hoy las lecturas nos hablan de la fe. Fe que Esteban tiene y por eso tiene sabiduría que el mundo rechaza y fe que Jesús nos invita a profundizar para poder hacer las obras de Dios. Nos invita a trabajar no por el alimento que se acaba sino por el celestial. ¿De qué nos servirá tener de todo aquí si hemos descuidado nuestra relación con Dios? Algunos no sacan tiempo para Dios, y Dios nos tiene preparada la eternidad para que podamos vivir con Él. Preparemos ese encuentro porque será lo más importante, hermoso y real de toda nuestra vida. Y pidamos a Dios fe, para presentarnos llenos de obras de Amor. Seamos buenos y confiemos en Dios, que nos enseña sus buenos caminos.
1ª Lectura (Hch 6, 8-15): En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Entonces indujeron a unos que asegurasen: «Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios». Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y, viniendo de improviso, lo agarraron y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían: «Este individuo no para de hablar contra el Lugar Santo y la Ley, pues le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés». Todos los que estaban sentados en el Sanedrín fijaron su mirada en él y su rostro les pareció el de un ángel.
Salmo responsorial: 118
R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí, tu siervo medita tus decretos; tus preceptos son mi delicia, tus enseñanzas son mis consejeros.
Te expliqué mi camino, y me escuchaste: enséñame tus mandamientos; instrúyeme en el camino de tus mandatos, y meditaré tus maravillas.
Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu ley; escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos.
Versículo antes del Evangelio (Mt 4, 4): Aleluya. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Aleluya.
"Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?»" (Jn 6, 22-29)
Señor Jesús, iniciamos esta nueva semana en la que comenzará el cónclave en el que será elegido el nuevo Papa. Semana preciosa que, como dice un buen amigo, transitaremos entre la añoranza y la esperanza. Rezamos para que seamos capaces de escuchar con claridad al Espíritu Santo.
Y, Señor Jesús, mientas tanto nosotros, como aquellos que aparecen hoy en el evangelio, nos preguntamos qué es lo que tenemos que hacer para realizar las obras de Dios. Y sabemos que lo primero es ponernos a la escucha, leer tu Palabra, discernirla, ponerla por obra y responder a los signos de los tiempos con toda la esperanza de la que somos capaces. Te pedimos que nos enseñes a escucharte con el corazón.
Señor Jesús, haz que también nosotros te busquemos, no por interés, sino porque a tu lado somos nuestra mejor versión, a tu lado nos brillan de otra manera los ojos y nuestro corazón es más generoso, más fraterno y más misericordioso. Haz que no nos cansemos de buscarte durante este nuevo día. Haznos perseverantes en tu seguimiento.
Así te lo pido. Así sea.
domingo, 4 de mayo de 2025
DOMINGO III DE PASCUA C
1ª Lectura (Hch 5, 27b-32.40b-41): En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os hablamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre». Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen». Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
Salmo responsorial: 29
R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante, su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
2ª Lectura (Ap 5, 11-14): Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza». Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo lo que hay en ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos». Y los cuatro vivientes respondían: «Amén». Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.
Versículo antes del Evangelio: Aleluya. Resucitó Cristo, que creó todas las cosas y ha tenido misericordia del género humano. Aleluya.