sábado, 27 de diciembre de 2025

viernes, 26 de diciembre de 2025

OCTAVA DE NAVIDAD - SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR



Buenos días. Feliz Navidad. Primer día de la Octava de Navidad. Ayer nos decía el evangelio de Juan que la Palabra vino a los suyos y no la recibieron, pero a los que la recibieron por la fe les dio poder de ser hijos de Dios. Hoy vemos en las lecturas lo que significa ser hijo de Dios: recibir una sabiduría y palabras a las que el mundo no puede hacer frente. Significa la capacidad de mirar al cielo y descubrir la gloria que Dios nos ha prometido. Y significa que por querer ser fieles al amor, sufriremos incomprensión y rechazo. Pero nuestra perseverancia nos hará llegar a Ia Gloria. Seamos buenos, confiemos en Dios y encomendemos nuestra vida en sus manos, que no nos defraudará. 



Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 8-10; 7, 54-59

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.

Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
«Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».

Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
«Señor Jesús, recibe mi espíritu».


Salmo 30, 3cd-4. 6 y 8ab. 16bc-17 R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás;
tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mi aflicción. R/.

Líbrame de los enemigos que me persiguen.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.

Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará».




Al leer hoy tu Palabra me pregunto: ¿Cómo doy testimonio de ti? ¿Qué hace de un creyente ser profeta? ¿Qué me pides como profeta de tu Reino?

Y sé que quieres que más que profeta sea profecía, anuncio comprometido, denuncia subversiva, alegría desbordante, optimismo movilizador y esperanza fundamentada. Y sé que quieres que afronte con serenidad el rechazo que vivo cuando te vivo, el rechazo que experimento cuando te anuncio, el rechazo que en mi propia “tierra” veo que causa la radicalidad de tu mensaje y el escándalo de la cruz.

Al leer hoy tu Palabra me pregunto: ¿Qué tipo de profeta soy? ¿Qué genera en mí ser profeta? ¿Qué me exige ser profeta?

Y me doy cuenta que a veces me puede la cobardía o la incoherencia o mi falta de autenticidad y valentía. Y me doy cuenta de que confías siempre en mí. ¡Mucho más de lo que a veces creo! ¡Mucho más de lo que a veces aprovecho! ¡Mucho más de lo que a veces me merezco!

Señor, hazme profeta. Hazme profecía.

Señor, que no tema tanto el rechazo como la esterilidad que produce hacer lo de siempre, lo que todos, lo que se lleva… simplemente por evitar el conflicto y la reacción que provoca escuchar tu Palabra y ponerla en práctica, ponerla en práctica y dar testimonio profético de que lo de tu Reino es verdad y vida verdaderas. 

Asi te lo pido. Así sea.





HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (399)


Con locura te amé, pero hoy, bien mío,
si te hallo sobre un puente te echo al río. 





SIEMPRE A TU LADO (José María Porta Tovar)

Cuando resuena tu risa
en mi corazón cansado,
cuando me siento a tu lado,
sereno, absorto y sin prisa,

cuando respiro la brisa
de este mar alborotado,
testigo fiel y callado
de mi pasión insumisa,

más que nunca el sentimiento
de amarte y de haberte amado
supera mi entendimiento.

Más que nunca, enamorado,
no acierto a vivir contento
si no es contigo, a tu lado. 



jueves, 25 de diciembre de 2025

NAVIDAD A

Buenos días. Feliz Navidad. Dios os conceda vivir siempre unidos a Él. Ayer nos decía el profeta que en medio de la noche una luz nos brilló para iluminar al mundo. Y esa luz es la Palabra creadora, que ha venido al mundo para enseñarnos que Dios en su plan divino quiere transformarnos en hijos suyos por la fe. Y ese camino de fe nos ha sido dado en Jesucristo el Hijo de Dios. El mensajero de la Paz y al que los profetas anunciaron. Sigamos su ejemplo y llegaremos a la herencia prometida. Seamos buenos, confiemos en Dios y proclamemos su salvación a los confines de la Tierra.


HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (398)


Tras un sinfín de certidumbres vanas,
el saber nos enseña
que la ciencia y la fe son dos hermanas
que viven agarrándose a la greña.


 

LA MIRADA FRÍA (Vicente Medina)


No quiero acordarme
de que me has mirado
igual que si nunca
me hubieses tratado.
¡Oh, la indiferente y fría mirada
de tus ojos claros!
¡Recordar no quiero
cómo me has mirado!...
Porque me has mirado
igual que se mira
¡lo que aborrecemos... lo que despreciamos!
Como si no fuesen
aquellas, tus manos,
que las mías tantas
veces estrecharon;
como si no fuesen
aquellos tus brazos,
que tan tiernamente
mi cuello enlazaron;
como si no fuesen
aquellos tus labios
que, espirantes de amor y de dicha,
mi boca besaron...
Porque me has mirado
como si es que hubiesen sido traicioneras
las miradas puras de tus ojos claros;
como si es que hubiesen al hablar mentido
vilmente tus labios...
Como si tus besos,
¡los inmaculados!
de un amor de divinos fervores
fuesen besos falsos...
De felices días, tu dulce mirada,
tu sonrisa tierna en mí se quedaron.
Y que aquella seas
esta misma que así me ha mirado,
sin volverme loco,
no puedo pensarlo...
No quiero acordarme,
yo quiero olvidarlo.
¿De qué rincón negro
de tu alma, tan pura, has sacado
esa indiferente y fría mirada
de tus ojos claros?


miércoles, 24 de diciembre de 2025

NOCHEBUENA A


Hoy celebramos la Natividad del Señor. El profeta señala que el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. El niño que los pastores son capaces de reconocer, acostado en un pesebre y envuelto en pañales. Signos humanos para acoger al Dios que ha venido a hacernos divinos. Hoy es el día de la liberación, la salvación que llega por la misericordia y amor infinitos de Dios, que aunque no merecemos tan gran amor, y precisamente porque no lo merecemos, Él nos lo regala. Y nos invita en san Pablo a acoger este don llevando una vida que manifieste en el mundo su gloriosa salvación. Seamos buenos y confiemos en Dios, que se ha Encarnado para llevarnos con Él a la Gloria. 



1ª Lectura (2Sam 7,1-5.8b-12.14a.16): Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda». Natán dijo al rey: «Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».

Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán: «Ve y habla a mi siervo David: ‘Así dice el Señor: ¿Tú me va a construir una casa para morada mía? Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa. En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí; tu trono durará para siempre’».


Salmo responsorial: 88

R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno», más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

«Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades».

«Él me invocará: “Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora”; le mantendré eternamente mi favor, y mí alianza con él será estable».


Versículo antes del Evangelio: Aleluya. Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna, ven a iluminar a los que yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte. Aleluya.


Texto del Evangelio (Lc 1, 67-79): En aquel tiempo, Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: «Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza y el juramento que juró a Abraham nuestro padre, de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor en santidad y justicia delante de Él todos nuestros días. Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz».




Zacarías da gracias, bendice a Dios... Te invito hoy, a pocas horas de comenzar la Navidad, a rezar despacio con sus palabras, preparando así su venida:

Sol que naces de lo alto sin querer quedarte arriba. Luz que brillas en el cielo para hacer crecer la vida. Vuelve a nuestro mundo soñoliento la paz que le es robada sin saberlo, la sed del que marcha hacia una meta y el hambre insaciable de querer ser más pequeños.

Danos tu amor inmenso y encendido para deshacer el hielo del olvido y la ceguera que reinan lejos del pesebre. Y empezar así, como recién nacidos, a aprenderlo todo, todo de nuevo: las palabras, los silencios, los deseos y los miedos de la gente.

Villancicos que traéis su fiel recuerdo, estrellas que alumbráis en la noche su presencia, enseñadnos el surco profundo y extenso en que la vida de Dios se va forjando libremente: más humana, más cercana, más fraterna.

Y despertad en nosotros el deseo apasionado de acogerla entre los brazos, de sentir sus balbuceos, de alimentar en su mirada nuestros más endebles sueños.

¡Ven, Señor Jesús!

HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (397)


Vive el sabio de modo
que, bien examinada,
su razón da razones para todo,
por lo cual no le sirve para nada.


 

BALADA PARISIEN (Eduardo de Ory)


Bajo la luna de oro
una noche azul y blanca...

Había rosas en los labios
y en los vergeles campánulas,
y en tu boca roja había
una sonrisa escarlata.

Bajo la luna de oro
una noche azul y blanca...

Muy juntos. Los dos muy juntos
por la senda solitaria.
Besos, palabras, canciones...
¿Lo recuerdas?... Todo pasa.

Bajo la luna de oro
una noche azul y blanca...

- ¿Y del misterio de aquella
ocasión? - No queda nada.
- ¿Y del juramento? ¿Y de...?
- Calla, calla, calla, calla.

Todo pasó ya; si hoy lloras
se te olvidará mañana.
... Bajo la luna de oro
una noche azul y blanca... 



martes, 23 de diciembre de 2025

MARTES 4º DE ADVIENTO A


Buenos días. Hoy martes las lecturas nos hablan de lo que está por venir. La primera lectura anuncia lo que el profeta Elías conseguirá preparando el corazón de padres e hijos, invitando a la armonía. El salmo nos enseña que seguir los caminos de Dios, que son misericordia y lealtad. nos llevarán a conocer la alianza de Dios con el hombre. Y finalmente el evangelio nos anuncia, con el nacimiento de Juan, el comienzo de algo nuevo. El niño debería ser nombrado como su padre, pero eligen un nombre distinto: Juan. Esto será la señal de que Dios está con él. Y él será el que prepare los corazones y nos muestre los caminos de misericordia y perdón de Dios para acoger al Salvador. Seamos buenos, confiemos en Dios y anunciemos con nuestra vida que Dios ha nacido en nosotros.



1ª Lectura (Mal 3, 1-4.23-24): Esto dice el Señor Dios: «Voy a enviar a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo. ¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como el fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño. Mirad, os envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor, día grande y terrible. Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir a castigar y destruir la Tierra».


Salmo responsorial: 24

R/. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía a los que lo temen, y les da a conocer su alianza.


Versículo antes del Evangelio: Aleluya. Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre, que modelaste del barro. Aleluya.



Texto del Evangelio (Lc 1, 57-66): Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.

 



Señor, Tú eres Dios compasivo y misericordioso. Estás a nuestro lado. Siempre, sin apartarte jamás. Estás de nuestra parte. Siempre, pase lo que pase. Estás al lado de cada persona, de todas las personas. Tu gloria es que todos tus hijos seamos felices, viviendo como hermanos que aman y se ayudan, como hijos tuyos, que se dejan cuidar por Ti, que siembran justicia, paz y verdad en el mundo.

Gracias, Señor, por Juan y por todas las personas que, con su presencia, su cariño y su palabra, me recuerdan que Tú eres favorable y estás de mi parte. Gracias por… (recuerdo sus nombres).

Señor, Tú me has llamado, como a Juan, para que, a pesar de mi pequeñez y mis pecados, yo sea una bendición para mi familia y mis amigos, para mi comunidad cristiana y para el mundo.

Tu mano acompañaba a Juan y me acompaña a mí. Tus manos de alfarero me formaron de barro y espíritu. Tus manos de padre y madre me acarician y protegen. Tus manos de pastor me conducen a la vida eterna.

Gracias Señor, y nunca dejes de poner tus manos sobre mí y que nunca deje de ponerme yo en tus manos 🙏.



Se dice de san Juan Cancio (Jan Kanty) que un día que iba a la iglesia, en Olkusz, encontró un pedigüeño agachado en la nieve, temblando de frío; el sacerdote se sacó su capa y se la puso al mendigo, y lo llevó a la iglesia, donde lo cuidó y lo reconfortó. Poco después que el pobre hubo marchado, la Virgen se apareció a Juan Cancio y le retornó la capa.

Desde entonces era todavía más piadoso y se mortificaba más, renunciando a comer carne durante el resto de su vida. Un día, tentado de comer, asó un trozo: mientras estaba caliente, la cogió con las manos, quemándose y diciendo: «Carne, te estimas la carne: disfruta, entonces». Así se liberó de la tentación para siempre.

Vuelto del peregrinaje a Roma, fue asaltado por unos bandoleros que le robaron todo lo que vieron. Al acabar, le preguntaron si llevaba alguna otra cosa que se hubiesen dejado: les dijo que no y marcharon. Entonces recordó que todavía tenía unas piezas de oro cosidas a la capa: corrió hasta que llegó donde estaban los bandoleros y les ofreció las monedas; los ladrones, confusos y avergonzados, le devolvieron todo lo que habían robado.




ORACIÓN A SAN JUAN DE KETY (SAN JUAN CANCIO) (1)

Amado san Juan Cancio, a quien Dios todopoderoso te tiene en su reino, enséñame te pido, a ganarme la amabilidad y el amor de las personas que se oponen a mi vocación hacia ti, ayúdame a perdonarlos y permanecer paciente mientras espero que ilumines su corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (396)


Rica, joven y hermosa,
sin poder realizar sus ideales,
se esfuerza tanto en parecer dichosa
que es la más infeliz de los mortales.


 

CANCIÓN SIN NOMBRE (Pedro de Répide)


Amor de yo no sé dónde.
Pasión de yo no sé cuándo.
¡Qué necio es lo que se esconde
si el alma lo está buscando!

No el severo pensamiento
me distraiga de mis cosas.
¿Acaso medita el viento
y acaso piensan las cosas?

Viva la bella locura
que habla al sol en la pradera,
y corre por la llanura
cabalgando en la quimera.

El sol que en la tarde muere,
vuelve a nacer otro día.
Quien de nosotros muriese,
a nacer no volvería.

Día en que no hemos amado,
día es que habremos perdido.
¡Oh, amores que ya han pasado,
y amores que aún no han venido!

Llegué a leer tu mirada
mi dulce libro secreto.
Sin ti la vida no es nada.
¿Qué sería el Paracleto

sin Eloísa? ¿Qué fuera
Valchuso sin el Petrarca?
¿Por qué la encantada barca
en vano en el lago espera?

¿Para quiénes la ribera
tiene su sombra y su flor?
Jardines de primavera
¿qué seréis sin el amor?





lunes, 22 de diciembre de 2025

ORACIÓN A SANTA CLOTILDE (2)


 

LUNES 4º DE ADVIENTO A

 


Buenos días. Estamos cerca de la Navidad y las lecturas nos muestran a dos madres que entregan a sus hijos a Dios. Hoy nos muestran la fe y la humildad con que actúan y descubrimos esta virtud como auténtica fortaleza frente al mundo soberbio, la humildad hace que llegue la misericordia de Dios. Seamos buenos y confiemos en Dios, que levanta del polvo al desvalido.



1ª Lectura (1Sam 1, 24-28): En aquellos días, una vez que Ana hubo destetado a Samuel, lo subió consigo, junto con un novillo de tres años, unos cuarenta y cinco kilos de harina y un odre de vino. Lo llevó a la casa del Señor a Siló y el niño se quedó como siervo. Inmolaron el novillo, y presentaron el niño a Elí. Ella le dijo: «Perdón, por tu vida, mi Señor, yo soy aquella mujer que estuvo aquí en pie ante ti, implorando al Señor. Imploré este niño y el Señor me concedió cuanto le había mi pedido. Yo, a mi vez, lo cedo al Señor. Quede, pues, cedido al Señor de por vida». Y se postraron allí ante el Señor.


Salmo responsorial: 1Sam 2

R/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.

Mi corazón se regocija en el Señor, mi poder se exalta por Dios. Mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación.

Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor. Los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía.

El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.

Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria.


Versículo antes del Evangelio: Aleluya. Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre, que modelaste del barro. Aleluya.




Texto del Evangelio (Lc 1, 46-56): En aquel tiempo, dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia —como había anunciado a nuestros padres— en favor de Abraham y de su linaje por los siglos».

María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa.



María canta agradecida. Te invito a rezar con sus mismas palabras, recogidas en el Evangelio de hoy. También puede servirte esta oración:

Tengo necesidad de decirlo, porque lo siento dentro como una tormenta. Tengo que proclamar bien fuerte lo que Tú, Señor, has hecho conmigo, y lo que haces en la historia de la humanidad. Tú, Dios creador del cielo y de la tierra, me amaste, aun antes de que yo abriera los ojos a la luz de este mundo. Cada Navidad y cada día te vistes de carne, para que te vea. Me miraste con cariño, sonriendo, y me invitaste a seguirte, a vivir contigo y como Tú. Diste tu vida por mí, porque me amas, para que te ame. Abriste tu corazón para que entrara; me regalaste tu mismo Espíritu para que reviviera. Contaré lo que Tú, Señor, has hecho conmigo. Viniste un día a mí y te quedaste conmigo. Me dijiste que me amabas y que contabas conmigo. Me hablaste de mis hermanos, los hombres y mujeres y me diste el deseo de entregarles mi cariño, mi tiempo, mi vida. Me sedujiste y acepté el reto, un reto que se repite cada día, una misión que da sentido a mi vida. Contaré lo que Tú, Señor, haces en la historia del mundo. Dispersas a los soberbios y enalteces a los humildes. A los hambrientos los colmas de bienes y a los ricos los despides vacíos. Auxilias con misericordia a los pequeños, a los pobres, a los que sufren. Diré también lo que Tú, Señor, me pides: que ame, sólo eso, Que te ame a Ti y a mis hermanos y hermanas. Me aseguras tu fidelidad, que nunca se aparta de mi vida, porque aunque yo falle, Tú siempre estás conmigo. Todo esto y mucho más has hecho, Señor.

Tenía necesidad de decirlo, de alabarte y darte gracias, como lo hizo María de Nazaret, en su canto de alabanza:

PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DE TU AMOR. ¡GRACIAS, SEÑOR!




HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (395)


Yo he tenido también mi edad primera,
y, en el tiempo que digo,
comparado conmigo,
don Juan Tenorio era un don Juan cualquiera.


 

CONVERSIONES (DOLORA LXXXVIII DE RAMÓN DE CAMPOAMOR)


Brotó un día en Rosaura el sentimiento
de su primer amor, y en el momento
volando un ángel, con fervor divino,
para guiarla al bien del cielo vino,
mientras un diablo del infierno, ardiendo,
para arrastrarla al mal, llegó corriendo.
Ante Rosaura bella,
ángel y diablo, enamorados de ella,
divinizado el diablo se hizo bueno,
y el ángel se impregnó de amor terreno;
y al ser transfigurados de ese modo
por voluntad del que lo puede todo,
fue el ángel al infierno condenado,
y el diablo al cielo fue purificado.
¿De qué gracia y malicia estará llena
mujer que con mirar salva o condena?


 

domingo, 21 de diciembre de 2025

DOMINGO 4º DE ADVIENTO A

 

Buenos días. Feliz domingo, día del Señor resucitado. Hoy nos preparamos para el acontecimiento que cambió la historia. Y el personaje principal que nos presenta el evangelio es José, hombre bueno y prudente, escogido por Dios para ser el padre de Jesús, el Hijo de Dios. Por eso, José le pondrá el nombre, que significa la aceptación de este hijo como legítimo. Así, Jesús (Dios salva), es introducido en el mundo. El Enmanuel ha llegado al mundo y será el hijo de David, el Mesías prometido, y es la fe y acogida de José, la que hace posible la promesa del Salvador. También a nosotros se nos manifiesta Dios a través de personas, acontecimientos (buenos y malos) y nos habla. ¿Acogeremos su plan de salvación en nuestra vida, como José, o decidiremos repudiarlo? Seamos buenos y confiemos en Dios, que es el Rey de la Gloria que quiere entrar en nuestra historia.





Señor Dios, en este cuarto domingo de Adviento nos acercamos al misterio de tu Encarnación. Tú elegiste a María, humilde sierva, para ser Madre de tu Hijo y a José, hombre justo, para custodiar con fe y silencio tu promesa. Concédenos abrir nuestro corazón como ellos, acoger tu Palabra con confianza y esperar con alegría la venida de Jesús, el Emmanuel, Dios con nosotros. Haz que nuestra vida sea signo de esperanza, que nuestras familias reflejen tu amor y que nuestra comunidad se convierta en testimonio vivo de tu presencia que salva y transforma. Ven, Señor Jesús y llena con tu luz nuestras tinieblas.  Así te lo pido. Así sea.

ORACIÓN SAN PEDRO CANISIO (1)

Dios todopoderoso, que has derramado por toda la creación reflejos de tu infinita belleza y bondad, haciendo el hombre a tu imagen y semejanza, tanto amas a quienes se entregan totalmente, que nos los pones como modelo, quieres que les veneremos y haces innumerables beneficios y milagros por su intercesión. Por ellos y mediante tu siervo san Pedro Canisio te rogamos nos concedas (mencionar aquí la petición) y con ello una mayor correspondencia a tu amor. Amén.

HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (394)


No se suelen perder muchas perdidas
porque ya les ha dicho la experiencia
cómo pueden tocarse, con prudencia,
con los dedos las velas encendidas. 



BODAS CELESTES (DOLORA LXXXVI DE RAMÓN DE CAMPOAMOR)


Te vi una sola vez, sólo un momento;
mas lo que hace la brisa con las palmas
lo hace en nosotros dos el pensamiento;
y así son, aunque ausentes, nuestras almas:
dos palmeras casadas por el viento.


 

sábado, 20 de diciembre de 2025

SÁBADO 3º DE ADVIENTO A

Buenos días. Las lecturas de este sábado por la mañana nos acercan al gran misterio de la Salvación. El evangelio es hoy cumplimiento de la promesa que Dios había hecho ya en el Antiguo Testamento, la virgen dará a luz al Mesías. Y así ocurre en el evangelio. Es algo que para el hombre es imposible, pero no para Dios. Las señales de la presencia de Dios en nuestra vida son gracia divina, pero no siempre somos capaces de entender sus señales. Queremos que Dios actúe en nuestra vida y nos transforme y todo se convierta en paz y alegría, pero ¿dejamos a Dios entrar en nosotros? María dijo Sĺ al plan de Dios, y nunca se arrepintió a pesar de no comprender todo lo que le tocaría vivir. ¿Y nosotros? ¿Qué le responderemos al plan de Dios? Seamos buenos y confiemos en Dios, que el hombre de manos inocentes y puro corazón entrará en su presencia.


ORACIÓN


Haz de mi lo que Tú quieras, Señor; que yo quiera ser como María. 


Pero, aunque pretenda darte un sí, a veces el miedo me frena, en otras ocasiones estoy inseguro, también me dejo llevar por la comodidad o por lo que hace la mayoría y me escapo de tu camino.


Pero quiero decirte un sí rotundo: a tu forma de tratar a la gente, a tu sensibilidad para todos, a tu sencillez más total, a tu manera de servir, a intentar ser de los últimos, a cuidar a los más frágiles, a levantar a los caídos, a liberar a los angustiados, a poner alegría en los desanimados, a ilusionar a los deprimidos, a curar a los enfermos, a jugar como los niños y a cuidar la amistad contigo.


Señor, de verdad que sí, que quiero ser de los tuyos, que intente vivir a tu manera, aunque demasiadas veces se me olvide.


Llévame fuerte de tu mano y ayúdame a sentir la alegría de quienes se dejan amar y guiar por Ti, como María.  


Así te lo pido. Así sea.