Poesías, oraciones, cuentos...
miércoles, 3 de septiembre de 2025
ORACIÓN A SAN GREGORIO MAGNO
San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia, hombre de profunda sabiduría y amor por Dios, te imploramos que intercedas por nosotros ante el trono de Dios. Ayúdanos a crecer en nuestra fe y en nuestro servicio a los demás, inspíranos a buscar la verdad y la caridad en todas nuestras acciones. Te pedimos que intercedas por nuestras necesidades y nos guíes con tu ejemplo de humildad y compasión.
Oh Dios, que concediste a san Gregorio Magno un corazón ardiente por la salvación de las almas y una profunda sabiduría para guiar a tu Iglesia, concédenos, te rogamos, que siguiendo su ejemplo, podamos ser diligentes en nuestra búsqueda de la verdad y comprometidos en Lleva tu amor y tu mensaje al mundo. San Gregorio Magno, ruega por nosotros. Amén.
ORACIÓN SANTA BASILISA DE NICOMEDIA
¡Oh, gloriosa Santa Basilisa, virgen y mártir! En tu juventud venciste con divina fortaleza los azotes, el fuego y las fieras por amor a Jesús, entregando tu alma en oración. Por tu valiente testimonio te pedimos que nos asistas en todas nuestras necesidades y que nos ayudes a seguir los caminos de santidad, tal como tú lo hiciste, hasta que nuestro Señor Jesucristo nos reciba en su Reino. Amén
MIÉRCOLES 22º TIEMPO ORDINARIO C
Buenos días. Hoy miércoles el evangelio de san Lucas nos presenta a Jesús curando, un signo de la presencia de Dios en medio de su pueblo. La gente del evangelio quiere retener a Jesús, no quieren que se vaya de allí, pero Jesús ha venido para llevar la vida, la curación a todos. ¿Somos nosotros conscientes de que estamos llamados a ser testigos y llevar a muchos la curación? ¿O queremos retener a Jesús sólo para nosotros? La comunidad de Colosos acogió la fe con humildad, pero como un gran regalo que dio fruto. Seamos agradecidos por el regalo de la fe e intentemos contagiarlo con sencillez a todo el que se acerque a nosotros. Seamos buenos y confiemos en Dios, porque es bueno y su misericordia dura por siempre.
1ª Lectura (Col 1, 1-8): Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos que viven en Colosas, hermanos fieles en Cristo. Os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre. En nuestras oraciones damos siempre gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, desde que nos enteramos de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos. Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado en los cielos, que ya conocisteis cuando llegó hasta vosotros por primera vez el Evangelio, la palabra, el mensaje de la verdad. Éste se sigue propagando y va dando fruto en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros desde el día en que lo escuchasteis y comprendisteis de verdad la gracia de Dios. Fue Epafras quien os lo enseñó, nuestro querido compañero de servicio, fiel ministro de Cristo para con vosotros, el cual nos ha informado de vuestro amor en el Espíritu.
Salmo responsorial: 51
R/. Confío en tu misericordia, Señor, por siempre jamás.
Pero yo, como verde olivo, en la casa de Dios, confío en la misericordia de Dios por siempre jamás.
Te daré siempre gracias porque has actuado; proclamaré delante de tus fieles: «Tu nombre es bueno».
Versículo antes del Evangelio (Lc 4, 18): Aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos. Aleluya.
"Y Él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando" (Lc 4, 38-44)
Señor Jesús, sobre mí, sobre cada uno de nosotros, impón tus manos y cúranos, renuévanos, restáuranos, haznos nuevos. Nadie como Tú conoce nuestras dolencias, nuestras heridas, nuestras incapacidades, nuestras debilidades y todas nuestras necesidades.
Señor Jesús, una mañana más, acércate a nosotros y haz que tu presencia nos habite y nos envíe al mundo. Haz que todo lo que somos, sabemos, esperamos, creemos y digamos hable a los otros de Ti. Haznos sacramento tuyo en medio de este mundo lastimado por la guerra y la sinrazón.
Señor Jesús, impón tus manos sobre nosotros y haz que te dejemos actuar por medio nuestro allí donde sea necesaria una palabra de esperanza, un gesto solidario y el compromiso por la justicia.
Así te lo pido. Así sea.
HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (285)
la ciega certidumbre de la flecha,
pues, lanzada por Dios, no se detiene
y al blanco, que no ve, marcha derecha.
CANTAR DEL PUEBLO 214 (AUGUSTO FERRÁN)
mujer, de continuo,
si muchas veces no puedo, aunque quiera,
sufrirme a mí mismo!
martes, 2 de septiembre de 2025
ESTAMPA SANTA FAZ DE MEDELLÍN

ORACIÓN BEATA INGRID ELOFSDOTTER
MARTES 22º TIEMPO ORDINARIO C
Buenos días. Hoy martes la palabra de Dios muestra su autoridad. Jesús, con su palabra, manda al espíritu inmundo que salga, este le obedece y todos quedan admirados, porque su palabra tiene autoridad. Cristo ha venido al mundo para salvar, como escuchábamos ayer: a proclamar el año de gracia. Y por eso, las lecturas nos invitan a estar en vela, preparados, porque cuando el Señor es nuestra luz y salvación ¿a quién temeremos? Pongamos en práctica la palabra de autoridad que nos regala el Señor y habitaremos en su casa por años sin término. Seamos buenos y confiemos siempre en Dios.
1ª Lectura (1Tes 5, 1-6.9-11): En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados. Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.
Salmo responsorial: 26
R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.
Versículo antes del Evangelio (Lc 7, 16): Aleluya. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 4, 31-37): En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
lunes, 1 de septiembre de 2025
ORACIÓN A SANTA VERENA POR UN HIJO
Alabada seas, santa Verena de Zurzach, tú que desde la juventud estuviste atenta a la comunidad cristiana, alimentando y socorriendo a todos los necesitados. A ti que Dios te dio el don de la curación, que en la Gloria estés junto a los seres celestiales. En este día, santa Verena, te pido humildemente intercedas ante nuestro Señor Jesucristo , si así Él lo tiene dispuesto, a favor de restaurar la salud del alma, espíritu y cuerpo de mi hijo. En ti confío.
Te ruego, Jesús, lleves tu mano amorosa y sanadora hacia él, dale tu bendición. Jesús, sé su guía para que encuentre la senda de la fe, esperanza y alegría, para dejar atrás pesares y enfermedades, que se despoje del peso de sus dificultades y encuentre la luz de la libertad de sus ataduras para vivir el día a día con fe. Jesús, que se haga tu voluntad.
ORACIÓN SAN GIL (1)
Dulcísimo Jesús, Dios y Señor de mi alma, admirable en vuestro siervo san Gil, retrato vuestro: atended, Señor, a las súplicas que ahora os hago, para lo cual os presento los méritos e intercesión de este glorioso santo, esperando conseguir de vuestra misericordia tal pureza de corazón y cuerpo que con ella logre la santidad de que estuvo lleno, y el favor especial que os pido hoy. Admitid, Señor, mi rendimiento ante vuestra soberana presencia, y alentad las fuerzas de mi espíritu, para que, purificado de todo lo terreno, sólo busque la pureza de mi alma, y que todo sea para mayor honra y gloria vuestra. Amén.
LUNES 22º TIEMPO ORDINARIO C
Buenos días y que tengamos un buen lunes. Hoy escuchamos en boca de Jesús el pasaje del profeta Isaías en el que Jesús ha hecho su proyecto de vida: liberar a los cautivos, dar vista a los ciegos, proclamar el año de Gracia. Y todas las promesas se cumplen en Él. Pero lo más grande es que la salvación, la gracia de Dios, no será sólo para los judíos sino para todo el que acoge su mensaje de salvación. Por eso, san Pablo nos alienta a tener fe en la Resurrección que llegará a todo el que confía en su palabra, como llegó la salvación a la viuda extranjera y al leproso extranjero. Seamos buenos y confiemos en Dios, que gobierna el mundo con justicia y fidelidad.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18
Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los que no tienen esperanza. Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual modo Dios llevará con Él, por medio de Jesús, a los que han muerto. Esto es lo que os decimos apoyados en la palabra del Señor: nosotros, los que quedamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que hayan muerto; pues el mismo Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar; después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos entre nubes al encuentro del Señor, por los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
Salmo 95, 1 y 3. 4-5. 11-12a. 12b-13 R/. El Señor llega a regir la tierra
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 16-30
En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él. Y él comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo: «Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán y el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
VIDA Y ORACIÓN A SANTA VERENA
CANTAR DEL PUEBLO 212 (AUGUSTO FERRÁN)
llegarás antes de tiempo
al final de tu camino.
Ve despacio, muy despacio,
que el principio es lo mejor
y también lo menos largo.
domingo, 31 de agosto de 2025
ORACIÓN SAN JOSÉ DE ARIMATEA (1)
DOMINGO 22º TIEMPO ORDINARIO C
Buenos días. Feliz domingo, día del Señor. Hoy las lecturas nos ayudan a entender que Dios quiere a los humildes y a los más pobres, que se fija especialmente en los más abandonados. Él mismo es manso y humilde de corazón hasta entregarse por amor a Dios para abrir las puertas del Cielo. Él, siendo Dios, se despoja de su categoría para enriquecernos con su pobreza. ¿Comprenderemos algún día que con la soberbia rechazamos el amor de Dios? Seamos buenos y confiemos en Dios, que tiene una gran recompensa para los que siguen su Camino.
1ª Lectura (Eclo 3, 17-18.20.28-29): Hijo, actúa con humildad en tus quehaceres, y te querrán más que al hombre generoso. Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y así alcanzarás el favor del Señor. «Muchos son los altivos e ilustres, pero él revela sus secretos a los mansos». Porque grande es el poder del Señor y es glorificado por los humildes. La desgracia del orgulloso no tiene remedio, pues la planta del mal ha echado en él sus raíces. Un corazón prudente medita los proverbios, un oído atento es el deseo del sabio.
Salmo responsorial: 67
R/. Tu bondad, oh, Dios, preparó una casa para los pobres.
Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantad a Dios, tocad a su nombre; su nombre es el Señor.
Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece.
Derramaste en tu heredad, oh, Dios, una lluvia copiosa, aliviaste la tierra extenuada; y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh, Dios, preparó para los pobre.
2ª Lectura (Heb 12, 18-19.22-24a): Hermanos: No os habéis acercado a un fuego tangible y encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni al estruendo de las palabras, oído el cual, ellos rogaron que no continuase hablando. Vosotros, os habéis acercado al monte Sion, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a las miríadas de ángeles, a la asamblea festiva de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos; a las almas de los justos que han llegado a la perfección, y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.
Versículo antes del Evangelio (Mt 11, 29ab): Aleluya. Tomad mi yugo, dice el Señor, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Aleluya.