martes, 28 de febrero de 2017

ORACIÓN A SAN JOSÉ (18)

¡Oh José glorioso! Tus alegrías no terminaron en el pesebre de Belén, sino que muchísimos eran los motivos que de gozo y alegría tuviste mientras desterrado, como hijo de Adán, habitabas en esta tierra miserable; porque aquella compañía que empezaste a gozar en la santa cueva, no se apartó de ti en toda tu vida; con Jesús y María viviste hasta exhalar el postrer suspiro. En Belén Jesús no hablaba y María estaba sumida en la meditación más profunda, y, por lo tanto, en el más completo silencio. Pero después os entretenía en amenísima conversación con estos seres divinos sobre los más levantados puntos de la Sagrada Teología; y para vislumbrar de qué modo quedaría sublimado José por su trato continuo con su esposa e Hijo, baste recordar los extremos a que han llegado muchos santos a una simple palabra, a la simple presencia de Jesús y María.

JACULATORIA. Dime ¡oh José!  lo que hablabas con Jesús y María, para que cuando me halle a su lado, sepa tratarles cual se merecen. Así sea.

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