que en los goces tranquilos falta el goce!
jueves, 12 de junio de 2025
miércoles, 11 de junio de 2025
ORACIÓN A SAN BERNABÉ APÓSTOL (1)
San Bernabé, tú que conoces el camino de la luz, tú que llegaste a la meta final, intercede por nosotros ante Dios para guiarnos por esta senda justa, amando al que nos ha creado, siendo simples de corazón y ricos en Espíritu Santo. Que abandonemos toda hipocresía y todo aquello que nos pueda separar de nuestro Dios.
Que nos olvidemos de nosotros y seamos humildes en todas las cosas que hagamos. Saber que todo lo bueno que hagamos es por gracia de Dios y todo lo malo es por nuestra falta de amor, por olvidarlo. Que hagamos el bien, aunque recibamos el mal, y no alimentemos nuestros corazones con orgullo.
Haz que cuidemos todo aquello que sale de nuestra boca, que nuestra lengua se frene y no hable precipitadamente porque puede ser un instrumento de destrucción si la usamos mal.
Ayúdanos, san Bernabé, a ser alegres y firmes en la fe, llevarla a todo el mundo y así poder llevar más almas a los brazos del Señor, siendo útiles instrumentos de salvación. Amén.
SAN BERNABÉ, APÓSTOL
1ª Lectura (Hch 11, 21-26; 13,1-3): En aquellos días, un gran número de creyentes se convirtió al Señor. La noticia de esto llegó a oídos de la Iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia de Dios se alegró y exhortaba a todos a permanecer, con corazón firme, unidos al Señor, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una considerable multitud se agregó al Señor. Partió para Tarso en busca de Saulo, y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía.
Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia e instruyeron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos». Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio de Cirene, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado». Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron.
Salmo responsorial: 98
R/. El Señor descubrió su justicia a la vista de las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; victoria le ha dado su diestra y su brazo santo.
El Señor ha dado a conocer su salvación, a los ojos de las naciones ha revelado su justicia; se ha acordado de su amor y su lealtad para con la casa de Israel.
Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios. ¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra, estallad, gritad de gozo y salmodiad!
Salmodiad para Yahveh con la cítara, con la cítara y al son de la salmodia; con las trompetas y al son del cuerno aclamad ante la faz del Rey, que es el Señor.
Versículo antes del Evangelio (Mt 28, 19-20): Aleluya. Id y enseñad a todas las gentes, dice el Señor. Yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos. Aleluya.
Texto del Evangelio (Mt 10, 7-13): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa, saludadla. Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros».
martes, 10 de junio de 2025
MARTES X TIEMPO ORDINARIO C
Buenos días. Hoy me dice el Señor que soy Sal y Luz del mundo, que estoy llamado en este mundo a dar testimonio de la Verdad, el Amor y la Vida nueva que Cristo nos ha concedido. Por eso san Pablo nos recuerda que el Sí De Dios es para siempre y que eso nos compromete. El mundo quiere ocultarnos y volvernos sosos y gente “del montón”. Pidamos a Dios hoy que nuestro compromiso con Él sea real y para siempre, porque es la única manera de dar sabor a este mundo soso y llevar luz a este mundo con oscuridades. Seamos buenos y confiemos en Dios, que nos enseña en sus mandamientos la verdadera felicidad.
1ª Lectura (2Cor 1, 18-22): Hermanos: ¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no». Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»; en él todas las promesas han recibido un «sí». Y por él podemos responder: «Amén» a Dios, para gloria suya. Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu.
Salmo responsorial: 118
R/. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.
Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma.
La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.
Abro la boca y respiro, ansiando tus mandamientos.
Vuélvete a mí y ten misericordia, como es tu norma con los que aman tu nombre.
Asegura mis pasos con tu promesa, que ninguna maldad me domine.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus leyes.
Versículo antes del Evangelio (Mt 5, 16): Aleluya. Así brille vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre. Aleluya.
Texto del Evangelio (Mt 5, 13-16): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».
HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (200)
no sigas adelante.
Para volver al bien en esta vida
todo momento es el supremo instante.
CANTAR DEL PUEBLO 129 (AUGUSTO FERRÁN)
sin saber cómo ni cuándo,
puesto que estoy tan perdido
que me busco y no me hallo.
lunes, 9 de junio de 2025
SOÑÉ QUE TÚ ME LLEVABAS (Antonio Machado)
LUNES X TIEMPO ORDINARIO C - BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA
Buenos días. Retomamos el tiempo ordinario, en el que vamos a descubrir por qué Dios, a pesar de nuestro pecado e infidelidad, nos ama sin medida, hasta darnos a su propio Hijo para que por Él podamos ser hijos de Dios. Por eso hoy las lecturas nos presentan a los primeros padres que desobedecieron a Dios y se apartaron de su Amor. Sin embargo, Dios prepara en Cristo, su Hijo, y en María la nueva Eva, la redención y el cumplimiento de la promesa del Génesis: “Cuando la serpiente hiera a su descendencia en el talón, Él le aplastará la cabeza”. Promete que de la nueva Eva nacerá la Fortaleza, el Amor y el autor de la Vida que nos abre las puertas del Cielo, la Jerusalén celeste. Aprovechemos este tiempo ordinario para degustar en el día a día que Dios cumple su promesa y nos ha regalado ser auténticos hijos de Dios. Seamos buenos y confiemos en Dios, que ha fundado la Jerusalén celeste para que todos vivamos en ella.
1ª Lectura (Gén 3, 9-15.20): El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor Dios le replicó: «Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón». Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Salmo responsorial: 86
R/. Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios.
¡Esta es la ciudad que fundó el Señor sobre las santas montañas! Él ama las puertas de Sión más que a todas las moradas de Jacob.
Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios. Así se hablará de Sión: «Este, y también aquel, han nacido en ella, y el Altísimo en persona la ha fundado».
Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá: «Este ha nacido en ella». Y todos cantarán, mientras danzan: «Todas mis fuentes de vida están en ti».
Versículo antes del Evangelio: Aleluya. ¡Oh feliz, Virgen María, que has dado a luz al Señor!; ¡oh santa Madre de la Iglesia, que mantienes vivo en tu corazón el Espíritu de tu Hijo, Jesucristo. Aleluya.
"Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 25-34)
Señor Jesús, hoy que celebramos la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, hoy que hemos dejado atrás la Pascua, hoy que el mes de mayo ya lo vemos lejos, hoy tu Evangelio nos dice a cada uno de nosotros, en primera persona: "Ahí tienes a tu madre". Es como si supieras que necesitamos que María siga presente en nuestra vida, cada día, en cada circunstancia, en cada fase, en cada situación, en cada espera. Gracias, Señor, por tu sensibilidad y preocupación por nosotros.
Señor Jesús, entramos de nuevo en el tiempo ordinario, ese en el que ocurre todo, ese en el que nos ocurre de todo, ese en el que recordamos y necesitamos la fuerza de la Pascua y en el que ponemos en juego los dones recibidos de tu Espíritu. Recomenzamos la vida cotidiana, la vida en la que nos pides ser sal y luz, ser hermanos y profetas, ser horizonte y esperanza para el mundo. Gracias, Señor, por invitarnos una vez más a seguir escribiendo la Historia como Tú deseas que lo hagamos. Cuida Tú de nuestras pequeñas historias, esas en las que nos dejamos la vida y en las que nuestro corazón anhela ser acunado con ternura incondicional.
Señor Jesús, gracias por dejarnos a tu Madre como compañera de camino. Ojalá aprendamos de ella el valor de su entrega, la fidelidad de su compañía, la donación sin reservas y la humildad que hace posible vivir las bienaventuranzas en toda su hondura. Te pedimos que nos hagas buenos hijos e hijas.
Así te lo pido. Así sea.
CANTAR DEL PUEBLO 128 (AUGUSTO FERRÁN)
tan rojos como la grana,
labios ¡ay! que fueron hechos
para que alguien los besara.
Yo un día quise... la niña
al pie de un ciprés descansa:
un beso eterno la muerte
puso en sus labios de grana.
domingo, 8 de junio de 2025
ORACIÓN BEATAS DIANA Y CECILIA
DOMINGO DE PENTECOSTÉS C
Buenos días. Feliz día de Pentecostés, fiesta del nacimiento de la Iglesia. Día en el que el Señor nos regala su presencia y fuerza como fuego que nos quema pero sin hacernos arder sino como la llama de Moisés, que lo envió a liberar al pueblo de la esclavitud. Espíritu que hoy celebramos que ha unido al mundo en una sola Fe, respetando las diferencias. Espíritu que nos empuja a transformar este mundo perdonando y amando, al estilo de Cristo. Seamos buenos y confiemos en Dios, que envía su Espíritu y renueva la Tierra.
1ª Lectura (Hch 2, 1-11): Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse. Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».
Salmo responsorial: 103
R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la Tierra.
Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Cuántas son tus obras, Señor; la Tierra está llena de tus criaturas.
Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envías tu espíritu, y los creas, y repueblas la faz de la Tierra.
Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras; que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor.
2ª Lectura (1Cor 12, 3b-7.12-13): Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo. Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común. Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
SECUENCIA: Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Versículo antes del Evangelio: Aleluya. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Aleluya.
Texto del Evangelio (Jn 20, 19-23): Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (198)
que no se halla ventura
si, a una conciencia pura,
no se une la esperanza de otra vida!
CANTAR DEL PUEBLO 127 (AUGUSTO FERRÁN)
que te vendas... ¡eso sí!
y lo que menos comprendo
es que no te extrañe a ti.