Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos,
al través de
una gasa de polvo
dorado e inquieto,
me parece
posible arrancarme
del mísero suelo,
y flotar con
la niebla dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.
Cuando miro de noche, en el fondo
oscuro del cielo
las estrellas
temblar, como ardientes
pupilas de fuego,
me parece posible a
do brillan
subir en un vuelo,
y anegarme en su
luz, y con ellas
en lumbre encendido
fundirme en un beso.
En el mar de la duda en que bogo
ni aun sé lo que creo;
¡ sin embargo,
estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro ! ...
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
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