No me pidas que me recuerde.
No trates de hacerme comprender.
Déjame descansar.
Hazme saber que estás conmigo.
Abraza mi cuello y toma mi mano.
Estoy triste, enfermo y perdido.
Todo lo que sé es que te necesito.
No pierdas paciencia conmigo,
no jures, no grites, no llores.
No puedo hacer nada con lo que me ocurre.
Aun si trato de ser diferente no lo logro.
Recuerda que te necesito,
que lo mejor de mí ya partió.
No me abandones, quédate a mi lado.
Ámame, hasta el fin de mi vida.
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