Llamaron a mi corazón,
corrí a abrir con vida y alma.
Veo en la puerta a mi Amor
con una cruz que me espanta.
Pasad si os place, Señor, pasad,
que esta es vuestra casa;
si solo una choza es,
haced de ella vuestro alcázar.
Y, haciendo mi noche día,
Jesús entró en mi morada;
pero al entrar en mi pecho,
dejó la cruz en mi espalda.
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