Frágil silencio de impalpable vuelo
que en busca de la luz tiendes las alas;
carmesí de la tarde, rojo cielo,
preludio de la noche, en cuyas salas
todas las voces se callan conmovidas
por el hondo latir del mundo entero.
Calladas soledades, doloridas
por falta de un eco prisionero.
Silencio o soledad, triste abandono
del alma que en mil sueños se recrea,
como pastor que por la luz pasea.
Nostálgica esperanza en débil tono
que en infinitos pechos se encarama
como un elixir que la vida inflama.
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