Beato ANDRÉS JIMÉNEZ GALERA (1904-1936)
Cuando el 23 de julio de 1936 fue asaltada la casa y detenidos todos sus moradores, don Andrés, sin lamentarse, se dedicó, junto con el director, a confortar los ánimos de los demás, exhortando a confiar en la Providencia y a aceptar cuanto el Señor quisiera disponer. Igual que los otros miembros de la comunidad, tras ser expulsados del colegio, don Andrés estuvo también deambulando durante varios días por las márgenes del Henares, en busca de cobijo.
El día 27 de julio, sorprendidos por un grupo de milicianos, serían llevados al palacio de los Marqueses de Heras, y de aquí al Gobierno Civil de Guadalajara. El gobernador ordenó seguidamente que fueran devueltos de nuevo a Mohernando, como detenidos. Pero en el camino de vuelta, un grupo de milicianos del madrileño centro de Ventas, que andaba por allí, requisó uno de los coches y, al conocer la identidad sacerdotal de uno de sus ocupantes, don Andrés, ordenaron que se dirigiera hacia la capital. Cuando los coches iban por el Km. 52 de la carretera de Madrid, próximo a Guadalajara, se pararon y les obligaron a bajar. En el cacheo le encontraron a don Andrés un crucifijo. Intentaron arrebatárselo, pero él no consintió. Entonces le ordenaron que cruzara la carretera y avanzara por una tierra en barbecho hacia el río Henares. No le dio tiempo a llegar. Ocho milicianos le dispararon por la espalda y el sacerdote cayó de bruces. Uno de los que le había disparado se adelantó hacia la víctima y al ver que todavía estaba vivo le disparó el tiro de gracia para rematarlo. No se logró averiguar el lugar donde fue inhumado su cuerpo.
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