Había una vez un suricato muy pequeño que apenas comía nada porque el resto de los suricatos, más grandes que él, llegaban a toda la comida y él no podía alcanzarla. Un día buscó un hipopótamo y se hizo su amigo. A partir de entonces se subía al lomo del hipopótamo y podía alcanzar toda la comida que quería.
-¿Y qué ganaba el hipopótamo con ello?
-El hipopótamo ganó un amigo.
Elysium.
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