Bienaventurada Madre mía de San Juan, sé que todos los que llegan ante tu sagrada imagen llenos de fe, humildad y confianza a pedirte favores y auxilio siempre son escuchados y atendidos con maternal solicitud. Por ello te ruego, Virgen amada mía, que hoy también acojas benignamente mis clamores y recibas con agrado mis oraciones, pues tengo fe que en estos momentos de necesidad tú serás mi gran consuelo y esperanza.
Deposito en ti mi confianza, hazme ver tu generosa bondad y lléname de dichas que alegren mi corazón ahora sufriente y quebrantado por el dolor y los problemas; a ti Madre bienaventurada llena de amor te rindo homenaje y ruego tu mediación en esta difícil situación que para mí, en mi debilidad, es imposible de remediar:
(Hacer aquí con infinita confianza la petición).
Virgen de San Juan, la flor más dulce y exquisita, dadivosa madre protectora de tus hijos, tú que eres el remedio eficaz en todas las necesidades y tantos milagros obras a nuestro favor, no me dejes sin alivio y afiánzame en mis esperanzas, pide que sea auxiliado en mis dificultades y problemas y nunca me abandones ante la adversidad, lléname de bendiciones, aléjame de lo que me pueda dañar, vigila mis caminos, ilumíname y acompáñame en esta vida y llévame de la mano ante tu Hijo Jesucristo. Amén.
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