Ven, Espíritu Santo, inflama nuestros corazones en las ansias redentoras del Corazón de Cristo para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras en unión con Él por la redención del mundo.
Señor mío y Dios mío Jesucristo, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu Santo Sacrificio del altar con mi oración y mi trabajo, sufrimiento y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones. Amén.
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