Orar es hablar con Dios, nuestro Padre celestial, para alabarle, darle gracias y pedirle toda clase de bienes.
Tenemos obligación de orar porque Jesucristo nos lo manda, y porque la oración es el medio ordinario para alcanzar la gracia y los beneficios de Dios.
Hemos de orar con atención, humildad, confianza y perseverancia.
Dios oye siempre nuestras oraciones y nos concede lo que es más conveniente para nuestra salvación.
La oración más excelente es el Padrenuestro, que enseñó Jesucristo a los Apóstoles.
Es conveniente hacer oración a los Ángeles y a los Santos, porque interceden por nosotros delante de Dios.
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