A mi excelente amiga la marquesa de Vellisca.
¿Qué sabemos? Que son los cementerios
el osario común de los humanos,
que el alma es un abismo de misterios
y el cuerpo un hervidero de gusanos.
Mas nos queda, marquesa, el gran consuelo
de que, con fe, toda conciencia honrada,
aunque mirando al mundo no ve nada,
feliz, todo lo ve mirando al cielo.
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