Corazón Inmaculado de María, me presento ante ti como persona necesitada de tu presencia, de tu gracia y devota de tu sagrado corazón, no tengo mérito alguno para mostrarte, a cambio ofrezco mis sufrimientos, mis limitaciones y la oración que en este momento elevo a ti con inmensa fe.
Toma toda mi existencia, toma mi humanidad y mi espíritu pues deseo sentirme seguro, acompañado y libre de todo mal, aparta de mi lado todo enemigo, líbrame de desgracias ocultas y de toda maldad que pueda llegar a mi.
Sacratísimo Corazón Inmaculado de María, por medio de esta oración deseo además encomendarte a mis seres queridos, para que los protejas y les procures salud de alma y cuerpo; haz que en el interior de mi familia reine el amor, el perdón y el entendimiento mutuo.
Concédeme prudencia en mis palabras y actos, paciencia y sabiduría para enfrentar el mundo actual, amor para tratar al prójimo y discernimiento para entender y asimilar lo espiritual.
Lléname de tus virtudes, quiero ser capaz de perdonar y considerar a mi enemigo, regálame la gracia de lograr no solo perdonarlo sino amarlo, encomendarlo al Padre y devolverle bien por mal.
Amén.
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