Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio, y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándolos a la gloria eterna. Amén.
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