Dame un corazón nuevo. Dame tu propio Corazón, a fin de que yo pueda cambiar mis palabras y mis actitudes. Si Tú me das tu Corazón podré decir a cada persona que es precioso y capaz de hacer cosas admirables.
Con tu gracia, a quien me golpee o me hiera le abriré mi mano, donde florecerá el perdón; a quienes me rodean les ofreceré lo mejor de mí sin esperar nada a cambio; frente a las debilidades y caídas de mis hermanos no actuaré como juez y quitaré de mis ojos la viga que me impide ver los tesoros escondidos que Tú has puesto en ellos. Amén.
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