viernes, 13 de junio de 2025

VIERNES X TIEMPO ORDINARIO C



Buenos días. Feliz día de san Antonio de Padua. Las lecturas de hoy nos invitan a descubrir nuestra debilidad en las cosas que vivimos. Por eso, Jesús recuerda en el evangelio que la fortaleza para vencer al pecado no es nuestra fuerza de voluntad, sino la gracia de Dios que se manifiesta en nuestra debilidad y que a pesar de nuestras caídas, debemos tener los ojos fijos en la meta a la que nos ha llamado, el Cielo, así poco a poco con su gracia conseguiremos que todo lo que hagamos sea siempre para mayor gloria de Dios. Seamos buenos, confiemos en Dios y ofrezcamos nuestras vidas como la gran y buena alabanza a Dios.



1ª Lectura (2Cor 4, 7-15): El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.

Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.


Salmo responsorial: 115

R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

Tenía fe, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!». Yo decía en mi apuro: «Los hombres son unos mentirosos».

Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.


Versículo antes del Evangelio (Flp 2, 15.16): Aleluya. Iluminad al mundo con la luz del Evangelio reflejada en vuestra vida. Aleluya.




Texto del Evangelio (Mt 5, 27-32): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio’. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.
También se dijo: ‘El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio’. Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio».

















HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (203)


No le gusta el placer sin violencia,
y por eso ya cree la desgraciada
que ni es pasión ni es nada
el amor que no turba la conciencia.


 

CANTAR DEL PUEBLO 132 (AUGUSTO FERRÁN)


¿Quién eres? -Ya ni me acuerdo.
¿De dónde vienes? -No sé.
¿A dónde vas? -Qué sé yo.
¿Qué haces aquí? -¡Qué he de hacer!


 

jueves, 12 de junio de 2025

SÓLO QUIERO LOS OJOS PARA VERTE (José Antonio Muñoz Rojas)


Sólo quiero los ojos para verte
y si los cierro es sólo por mirarte;
sólo vive mi alma de formarte,
mi corazón palpita con quererte.
La voluntad la tengo ya de suerte
que no la llevo nunca de mi parte;
si tengo libertad es por buscarte,
y si temo perderla es por perderte.
O también si te busco es porque, avara,
guardas mi libertad siempre contigo.
¡Ay, déjame ir a ti como una ola,
o igual que cae en el campo el agua clara,
o como sigue en mayo al aire el trigo!
¡Oh tú, mi sola tú, mi sola sola!
 



JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE


Buenos días. Bendito jueves en el que rezamos por los sacerdotes y las vocaciones. Hoy leemos en la Palabra de Dios cómo se manifiesta la Gloria de Dios: en la Verdad y en el amor que los discípulos de Cristo expresamos a los hermanos y a Dios; sabiendo que contamos con la ayuda y fortaleza que Cristo nos ha regalado. Cristo ruega por nosotros para que el mundo pueda creer. ¿Y qué responderemos? Aquí estoy, Señor, envíame, para que el mundo descubra la Verdad y el Amor. Seamos buenos y confiemos en Dios, que es el buen Pastor que nos conduce hacia la Gloria del Cielo. 




1ª Lectura (2Cor 3, 15-4,1.3-6): Hermanos: Hasta hoy, cada vez que los israelitas leen los libros de Moisés, un velo cubre sus mentes; pero, cuando se vuelvan hacia el Señor, se quitará el velo. El Señor del que se habla es el Espíritu; y donde hay Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros todos, que llevamos la cara descubierta, reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; así es como actúa el Señor, que es Espíritu. Por eso, encargados de este ministerio por misericordia de Dios, no nos acobardamos. Si nuestro Evangelio sigue velado, es para los que van a la perdición, o sea, para los incrédulos: el dios de este mundo ha obcecado su mente para que no distingan el fulgor del glorioso Evangelio de Cristo, imagen de Dios. Nosotros no nos predicamos a nosotros mismos, predicamos que Cristo es Señor, y nosotros siervos vuestros por Jesús. El Dios que dijo: «Brille la luz del seno de la tiniebla» ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo.


Salmo responsorial: 84

R/. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.

Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos». La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra.

La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo.

El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos.


Versículo antes del Evangelio (Jn 13, 34): Aleluya. Un mandamiento nuevo os doy, dice el Señor: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado. Aleluya.



Texto del Evangelio (Mt 5, 20-26): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.
Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».



"Para que el amor que me tenías esté en ellos" (Jn 17, 1-2.9.14-26)

Señor Jesús, amar más y amar mejor. Eso te pedimos en esta oración de hoy. Ser para los otros motivo de alegría, razón de esperanza, abrazo colmado de ternura, mirada cómplice, espacio de paz, fermento de unidad, invitación a lo fraterno y palabra de consuelo.

Señor Jesús, nos gustaría tanto que ese amor del Padre estuviera presente en nuestra vida. En los gestos, las palabras, las acciones... de cada momento. Ayúdanos a hacer del amor el motor y el combustible de nuestra vida. Que desde él logremos predicarte sin palabras, acoger, restituir dignidades, afianzar al que duda, esperanzar al que espera y acunar al que ser acunado necesita. 

Señor Jesús, amar. Amar como Tú. Eso te pedimos en esta mañana. Amar y ser amado. Por mandato, sin rebajas, sin condiciones, sin seguros. Amar como el Padre te ama a Ti y como Tú nos has amado a nosotros. Amar exageradamente, sin más motivo que querer ser como Tú, hasta el final. 

Así te lo pido. Así sea.









HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (202)


¡Dichosa la mujer que no conoce
que en los goces tranquilos falta el goce!


 

CANTAR DEL PUEBLO 131 (AUGUSTO FERRÁN)


Si yo pudiere arrancar
una estrellita del cielo,
te la pondría en la frente
para verte desde lejos.


 

miércoles, 11 de junio de 2025

ORACIÓN A SAN BERNABÉ APÓSTOL (1)

San Bernabé, tú que conoces el camino de la luz, tú que llegaste a la meta final, intercede por nosotros ante Dios para guiarnos por esta senda justa, amando al que nos ha creado, siendo simples de corazón y ricos en Espíritu Santo. Que abandonemos toda hipocresía y todo aquello que nos pueda separar de nuestro Dios.
Que nos olvidemos de nosotros y seamos humildes en todas las cosas que hagamos. Saber que todo lo bueno que hagamos es por gracia de Dios y todo lo malo es por nuestra falta de amor, por olvidarlo. Que hagamos el bien, aunque recibamos el mal, y no alimentemos nuestros corazones con orgullo.
Haz que cuidemos todo aquello que sale de nuestra boca, que nuestra lengua se frene y no hable precipitadamente porque puede ser un instrumento de destrucción si la usamos mal.
Ayúdanos, san Bernabé, a ser alegres y firmes en la fe, llevarla a todo el mundo y así poder llevar más almas a los brazos del Señor, siendo útiles instrumentos de salvación. Amén.

SAN BERNABÉ, APÓSTOL



1ª Lectura (Hch 11, 21-26; 13,1-3): En aquellos días, un gran número de creyentes se convirtió al Señor. La noticia de esto llegó a oídos de la Iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia de Dios se alegró y exhortaba a todos a permanecer, con corazón firme, unidos al Señor, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una considerable multitud se agregó al Señor. Partió para Tarso en busca de Saulo, y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía.

Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia e instruyeron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos». Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio de Cirene, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado». Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron.


Salmo responsorial: 98

R/. El Señor descubrió su justicia a la vista de las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; victoria le ha dado su diestra y su brazo santo.

El Señor ha dado a conocer su salvación, a los ojos de las naciones ha revelado su justicia; se ha acordado de su amor y su lealtad para con la casa de Israel.

Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios. ¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra, estallad, gritad de gozo y salmodiad!

Salmodiad para Yahveh con la cítara, con la cítara y al son de la salmodia; con las trompetas y al son del cuerno aclamad ante la faz del Rey, que es el Señor.


Versículo antes del Evangelio (Mt 28, 19-20): Aleluya. Id y enseñad a todas las gentes, dice el Señor. Yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos. Aleluya.



Texto del Evangelio (Mt 10, 7-13): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa, saludadla. Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros».









HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (201)


Me dijo, al verme triste, una chilena:
- Siempre hay una mujer junto a una pena.


 

CANTAR DEL PUEBLO 130 (AUGUSTO FERRÁN)


Me hieres con un puñal,
yo con mi pluma te hiero;
mi pecho queda encarnado,
y el tuyo se queda negro.


 

martes, 10 de junio de 2025

EL BUEY Y LA CIGARRA (Tomás de Iriarte)



 

MARTES X TIEMPO ORDINARIO C


Buenos días. Hoy me dice el Señor que soy Sal y Luz del mundo, que estoy llamado en este mundo a dar testimonio de la Verdad, el Amor y la Vida nueva que Cristo nos ha concedido. Por eso san Pablo nos recuerda que el De Dios es para siempre y que eso nos compromete. El mundo quiere ocultarnos y volvernos sosos y gente “del montón”. Pidamos a Dios hoy que nuestro compromiso con Él sea real y para siempre, porque es la única manera de dar sabor a este mundo soso y llevar luz a este mundo con oscuridades. Seamos buenos y confiemos en Dios, que nos enseña en sus mandamientos la verdadera felicidad. 



1ª Lectura (2Cor 1, 18-22): Hermanos: ¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no». Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»; en él todas las promesas han recibido un «sí». Y por él podemos responder: «Amén» a Dios, para gloria suya. Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu.


Salmo responsorial: 118

R/. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma.

La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.

Abro la boca y respiro, ansiando tus mandamientos.

Vuélvete a mí y ten misericordia, como es tu norma con los que aman tu nombre.

Asegura mis pasos con tu promesa, que ninguna maldad me domine.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus leyes.


Versículo antes del Evangelio (Mt 5, 16): Aleluya. Así brille vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre. Aleluya.



Texto del Evangelio (Mt 5, 13-16): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».















HUMORADA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR (200)


Si en la senda del mal te ves perdida,
no sigas adelante.
Para volver al bien en esta vida
todo momento es el supremo instante.


 

CANTAR DEL PUEBLO 129 (AUGUSTO FERRÁN)


Por fuerza me he vuelto loco
sin saber cómo ni cuándo,
puesto que estoy tan perdido
que me busco y no me hallo.


 

lunes, 9 de junio de 2025

SOÑÉ QUE TÚ ME LLEVABAS (Antonio Machado)


Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.

¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!…
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!


 

LUNES X TIEMPO ORDINARIO C - BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA


Buenos días. Retomamos el tiempo ordinario, en el que vamos a descubrir por qué Dios, a pesar de nuestro pecado e infidelidad, nos ama sin medida, hasta darnos a su propio Hijo para que por Él podamos ser hijos de Dios. Por eso hoy las lecturas nos presentan a los primeros padres que desobedecieron a Dios y se apartaron de su Amor. Sin embargo, Dios prepara en Cristo, su Hijo, y en María la nueva Eva, la redención y el cumplimiento de la promesa del Génesis: “Cuando la serpiente hiera a su descendencia en el talón, Él le aplastará la cabeza”. Promete que de la nueva Eva nacerá la Fortaleza, el Amor y el autor de la Vida que nos abre las puertas del Cielo, la Jerusalén celeste. Aprovechemos este tiempo ordinario para degustar en el día a día que Dios cumple su promesa y nos ha regalado ser auténticos hijos de Dios. Seamos buenos y confiemos en Dios, que ha fundado la Jerusalén celeste para que todos vivamos en ella.




1ª Lectura (Gén 3, 9-15.20): El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor Dios le replicó: «Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón». Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.


Salmo responsorial: 86

R/. Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios.

¡Esta es la ciudad que fundó el Señor sobre las santas montañas! Él ama las puertas de Sión más que a todas las moradas de Jacob.

Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios. Así se hablará de Sión: «Este, y también aquel, han nacido en ella, y el Altísimo en persona la ha fundado».

Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá: «Este ha nacido en ella». Y todos cantarán, mientras danzan: «Todas mis fuentes de vida están en ti».


Versículo antes del Evangelio: Aleluya. ¡Oh feliz, Virgen María, que has dado a luz al Señor!; ¡oh santa Madre de la Iglesia, que mantienes vivo en tu corazón el Espíritu de tu Hijo, Jesucristo. Aleluya.



Texto del Evangelio (Jn 19, 25-34): Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.» Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.
Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.



"Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 25-34)

Señor Jesús, hoy que celebramos la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, hoy que hemos dejado atrás la Pascua, hoy que el mes de mayo ya lo vemos lejos, hoy tu Evangelio nos dice a cada uno de nosotros, en primera persona: "Ahí tienes a tu madre". Es como si supieras que necesitamos que María siga presente en nuestra vida, cada día, en cada circunstancia, en cada fase, en cada situación, en cada espera. Gracias, Señor, por tu sensibilidad y preocupación por nosotros.

Señor Jesús, entramos de nuevo en el tiempo ordinario, ese en el que ocurre todo, ese en el que nos ocurre de todo, ese en el que recordamos y necesitamos la fuerza de la Pascua y en el que ponemos en juego los dones recibidos de tu Espíritu. Recomenzamos la vida cotidiana, la vida en la que nos pides ser sal y luz, ser hermanos y profetas, ser horizonte y esperanza para el mundo. Gracias, Señor, por invitarnos una vez más a seguir escribiendo la Historia como Tú deseas que lo hagamos. Cuida Tú de nuestras pequeñas historias, esas en las que nos dejamos la vida y en las que nuestro corazón anhela ser acunado con ternura incondicional.

Señor Jesús, gracias por dejarnos a tu Madre como compañera de camino. Ojalá aprendamos de ella el valor de su entrega, la fidelidad de su compañía, la donación sin reservas y la humildad que hace posible vivir las bienaventuranzas en toda su hondura. Te pedimos que nos hagas buenos hijos e hijas. 

Así te lo pido. Así sea.