Dios todopoderoso y eterno, que concediste a tu sierva Antonia de Jesús el don de la contemplación con un gran amor a Jesús sacramentado, una intensa caridad para con los pobres y un celo ardiente por la salvación de las almas, concédenos, por su intercesión, vivir con aquella fe y confianza en la divina providencia que animaron siempre su vida, y que esta sierva tuya sea glorificada entre los beatos y santos de la Iglesia. Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Ave María y Gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario