Maitines
V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.
HIMNO
Espíritus sublimes que al mundo Dios envía,
llevando en vuestras alas socorro al alma fiel:
venid a depararnos el triunfo en la porfía
contra la horrenda saña del pérfido Luzbel.
Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.
Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.
Prima
V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.
HIMNO
Luzbel, a quien cegaron la audacia y el encono
y el rayo de los cielos en el abismo hundió,
nos ve de Dios llamadas para ocupar su trono
y arrebatarnos quiere la dicha que perdió.
Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.
Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.
Tercia
V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.
HIMNO
Venid, ángel celeste, venid ¡oh dulce hermano!
que no apartáis del alma la vigilante faz;
los monstruos del abismo rendid con vuestra mano,
disípense las sombras que turban nuestra paz.
Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.
Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.
Sexta
V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.
HIMNO
Jesús, a quien se humillan los Cielos y la tierra,
que veis hombres y ángeles temblar a vuestros pies:
calmad el borrascoso fragor que nos aterra,
para gozar con ellos de vuestro amor después.
Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.
Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.
Nona
V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.
HIMNO
Miguel, ángel sagrado de paz y de concordia,
infunde en nuestro pecho la ardiente caridad
y arroja en el profundo la guerra y la discordia
que excluye de su Cielo la eterna Majestad.
Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.
Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.
Vísperas
V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.
HIMNO
Gabriel, ángel guerrero de invicta fortaleza,
a nuestra vil morada dignaos descender;
y del dragón antiguo venciendo la fiereza,
la gloria del combate llegad a recoger.
Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.
Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.
Completas
V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.
HIMNO
Oh, Rafael, que prestas alivio en los pesares,
tras cuyas huellas corre el pereguino en pos:
dirígenos del mundo por los revueltos mares
y sana al alma débil llamándola a su Dios.
Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.
Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.