domingo, 31 de mayo de 2015

LOS SACRAMENTALES

Los sacramentales son signos sagrados, instituidos por la Iglesia, con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida.
Comprenden siempre una oración, con frecuencia acompañada de un signo determinado, como la imposición de la mano, la señal de la cruz, la aspersión con agua bendita...
Todo bautizado es llamado a ser una "bendición". Por eso los laicos pueden presidir ciertas bendiciones.
Los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella.
Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares...). Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones.
Entre las que están destinadas a personas figuran la bendición del abad o abadesa de un monasterio, la consagración de vírgenes, bendiciones de lectores, acólitos*, catequistas...
Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc.
Otro sacramental es el exorcismo, que consiste en pedir públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia.
Los llamados sacramentales permanentes —o sacramentales cosas —, por la consagración o bendición constitutiva, son aptos para que los fieles puedan hacer uso de ellos, especialmente ordenados a efectos espirituales, y continúan siendo perpetuamente sacramentales tras la acción que los ha constituido. En esta categoría se incluye el agua bendita, que, después de la realización del ritual por el cual ha dejado de ser agua común, permanece por sí misma como un sacramental con diversos efectos para el fiel que la usa. Lo mismo ocurre con determinados escapularios y medallas, con las velas benditas del día de la Presentación o con las palmas y ramos de olivo bendecidos el Domingo de Resurrección, entre otros.

*Las principales funciones de los acólitos son: distribuir la comunión cuando faltan los ministros por algún motivo o cuando el número de los comulgantes es demasiado elevado, exponer y reservar el Santísimo Sacramento en circunstancias especiales (pero no dar la bendición eucarística) e instruir a monaguillos y otras personas que ayudan en el servicio del altar.

ORACIÓN DE SAN ATANASIO A LA VIRGEN MARÍA

Acoged, Virgen santísima, nuestras súplicas y haced memoria de nosotros. Hacednos partícipes de los tesoros de vuestras riquezas y de la abundancia de las gracias de que estáis llena. El Arcángel os saludó, llamándoos llena de gracia. Todas las naciones os llaman bienaventurada; todas las jerarquías del cielo os bendicen, y nosotros que pertenecemos a la terrestre os decimos también: Dios te salve, oh llena de gracia, el Señor es contigo; ruega por nosotros, oh Madre de Dios, nuestra Señora y nuestra Reina.

domingo, 24 de mayo de 2015

ORACIÓN DE RECIBIMIENTO (24 MAYO MARÍA AUXILIADORA)




LA GRACIA

La gracia es un don sobrenatural que Dios nos concede para alcanzar la vida eterna.
Hay dos clases de gracia: la santificante y la actual. La gracia santificante es la que nos hace hijos de Dios y herederos del cielo. La gracia actual es un auxilio de Dios que ilumina nuestro entendimiento y mueve nuestra voluntad para obrar el bien y evitar el mal.
Solo con nuestras fuerzas no podemos cumplir todos los mandamientos ni ganar el cielo, porque necesitamos el auxilio de la gracia. Los medios principales para alcanzar la gracia son la oración y los sacramentos.

LOS PECADOS

Pecado es toda desobediencia voluntaria a la Ley de Dios. Se comete por pensamiento, palabra, obra y omisión, y puede ser mortal o venial.
El pecado mortal es una desobediencia en materia grave, con plena advertencia y perfecto consentimiento, y priva al alma de la vida de la gracia y la hace merecedora de las penas del infierno.
El pecado venial es una desobediencia en materia leve, o en materia grave si no hay plena advertencia o perfecto consentimiento, y disminuye el fervor de la caridad, nos dispone al pecado mortal y nos hace merecedores de las penas del purgatorio.
Los pecados capitales son siete: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Contra los siete vicios o pecados capitales hay siete virtudes: contra soberbia, humildad; contra avaricia, generosidad; contra lujuria, castidad; contra ira, paciencia; contra gula, templanza, contra envidia, caridad; y contra pereza, diligencia.
Los enemigos del alma son tres: el mundo, el demonio y la carne, porque con sus tentaciones nos inducen al pecado.

ESTAMPA 23 MAYO 2015 NOVENA A MARÍA AUXILIADORA MÁLAGA



ESTAMPA 22 MAYO 2015 NOVENA A MARÍA AUXILIADORA MÁLAGA



ESTAMPA 21 MAYO 2015 NOVENA A MARÍA AUXILIADORA MÁLAGA



ESTAMPA 20 MAYO 2015 NOVENA A MARÍA AUXILIADORA MÁLAGA



ESTAMPA 19 MAYO 2015 NOVENA A MARÍA AUXILIADORA MÁLAGA



lunes, 18 de mayo de 2015

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA DE SAN JUAN DAMASCENO

Yo os saludo, María, esperanza de los cristianos: acoged la súplica de un pecador que tiernamente os ama, os honra de un modo especial, y en Vos cifra toda la esperanza de su salvación. Yo os debo la vida; Vos me volvéis a alcanzar la gracia de vuestro Hijo; Vos sois la prenda segura de mi salvación. Os suplico, pues, que me libréis del peso de mis pecados; disipad las tinieblas de mi entendimiento, alejad de mi corazón los afectos terrenos, reprimid las tentaciones de mis enemigos, y dirigid mi vida de manera que, por vuestro medio y teniéndoos por guía, pueda llegar a la eterna felicidad de la gloria.

jueves, 14 de mayo de 2015

LAS MANOS EN LA ORACIÓN

Hay quien interpreta que juntar las manos al rezar es una señal de humildad o sumisión. Sin embargo, este gesto implica aspectos energéticos reales. Cuando unimos las palmas de las manos, cerramos un circuito de energía que sale del corazón, recorre los brazos y atraviesa los chakras que se encuentran en el centro de cada palma. El chakra de la palma derecha es el que suele dar energía y el de la palma izquierda el que la recibe.
Completar este circuito tiene una poderosa influencia a la hora de contener la energía en lugar de dispersarla. Parece haber algo sagrado en la unión de las manos.
También hay una sutil diferencia entre cruzar los dedos y dejarlos extendidos de forma que las yemas de los dedos se toquen y completen el circuito. Dado que las yemas de los dedos son pequeños chakras, el circuito energético se completa aún más al adoptar esta posición.

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA DEL ABAD CELENSE, LLAMADO EL IDIOTA

Atraedme hacia Vos, oh Virgen María, para que yo vaya tras el olor de vuestros perfumes. Atraedme, pues me detienen el peso de mis pecados y la malicia de mis enemigos. Así como nadie se presenta a vuestro Hijo si el divino Padre no lo atrae, así me atrevo a decir, en cierto modo, que nadie va a Él si Vos no lo atraéis con vuestros santos ruegos. Vos sois la que enseñáis la verdadera sabiduría; Vos la que alcanzáis el perdón a los pecadores, pues sois su abogada; Vos prometéis la gloria a los que os honran, porque sois la tesorera de las misericordias.
Vos hallásteis gracia con Dios, oh dulcísima Virgen, porque fuisteis preservada del pecado original, llena del Espíritu Santo, y concebisteis al Hijo de Dios. Habéis recibido todos estos favores, oh humildísima María, no solo para Vos, sino también para nosotros, a fin de que nos auxiliéis en nuestras necesidades. Esto es lo que hacéis ya socorriendo a los buenos, conservándolos en la gracia, y a los pecadores preparándolos para recibir la divina misericordia. Vos socorréis a los moribundos protegiéndolos contra las asechanzas del demonio, y los ayudáis en su último trance recibiendo sus almas y conduciéndolas al reino de los bienaventurados.

ORACIÓN A SAN FRANCISCO DE BORJA

Admirable san Francisco de Borja, grande en la Tierra, pero mucho mayor en el Cielo por tus admirables virtudes, ejemplo de príncipes y señores, guía de sacerdotes, modelo de religiosos y prelados, celosísimo del bien de las almas, que has merecido del Señor gracia especial para librar de las enfermedades a tus devotos, conservarles el honor, y hacer que recobren la buena fama, para apaciguar discordias, aplacar terremotos, y librar de sus estragos a tantos pueblos, que os invocan por protector y patrono; alcánzame del Señor buen uso de las riquezas, paciencia en las adversidades, desprecio de las pompas y vanidades del mundo, la salud y el bienestar del cuerpo que convenga para mi salvación, y sobre todo imitación perfecta de tus virtudes, para gozar contigo de la presencia de Dios en el Cielo por los siglos sin fin. Amén.

miércoles, 13 de mayo de 2015

HIMNO NACIONAL DE ESPAÑA (Letra de Eduardo Marquina)

La bandera de España (Coro)
¡Gloria, gloria, corona de la Patria,
soberana luz
que es oro en tu pendón!
¡Vida, vida, futuro de la Patria,
que en tus ojos es
abierto corazón!
Púrpura y oro: bandera inmortal
¡en tus colores juntas, carne y alma están!
Púrpura y oro: querer y lograr:
¡tú eres, bandera, el signo del humano afán!
España guiadora (Solo)
¡Pide, España! ¡Tu nombre llevaremos
donde quieras tú,
que honrarlo es nuestra ley!
¡Manda, España, y unidos lucharemos,
por que vivas tú,
sin tregua pueblo y rey!
Una bandera gloriosa nos das;
¡nadie, viviendo, España, nos la arrancará!
Para que, un día nos pueda cubrir,
¡danos, España, el gozo de morir por ti!
¡Viva España!... (Coro)
¡Viva España! Del grito de la Patria,
la explosión triunfal
abrió camino al sol;
¡Viva España! repiten veinte pueblos
y al hablar dan fe
del ánimo español...
¡Marquen arado martillo y clarín
su noble ritmo al grito de la Patria dé!
¡Guíe la mente a la mano hasta el fin,
al "Viva España" asista toda España en pie!

HIMNO NACIONAL DE ESPAÑA (Letra de José María Pemán)

¡Viva España!
Alzad la frente,
hijos del pueblo español
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria
que supo seguir
sobre el azul del mar
el caminar del sol.
¡Triunfa, España!
Los yunques y las ruedas
cantan al compás
del himno de la fe.
Juntos con ellos
cantemos de pie
la vida nueva y fuerte
de trabajo y paz.

(Antes de la Guerra Civil Española José María Pemán decide cambiar el segundo verso "alzad la frente" por "alzad los brazos" y el décimo verso "los yunques y las ruedas" por "los yugos y las flechas".

ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA

Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él y a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria
Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.


¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tú mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!


NOCHEBUENA (Abelardo Torres)

Cada vez que te acercas, Nochebuena,
siento en el corazón melancolía,
algo que me revela en sus latidos
penas pasadas y pasadas dichas.
Siento una mano delicada y tierna,
encanto de otros tiempos y otros días,
que en mi cabello juega, y me estremece
de júbilo profundo... ¡Madre mía!
¡Oh, madre de mi alma! En otro tiempo
al calor de tus besos me dormía
en aquellas felices Nochebuenas
que ya no volverán por mi desdicha.
Tu ternura y tu gracia eran mi anhelo.
Gloria, placer, amor, ansia infinita,
¡todo en un beso tuyo lo encontraba,
todo en una expresión de tu sonrisa!

martes, 12 de mayo de 2015

HIMNO NACIONAL DE EL SALVADOR

CORO
Saludemos la patria orgullosos
de hijos suyos podernos llamar;
y juremos la vida animosos,
sin descanso a su bien consagrar.

(I)
De la paz en la dicha suprema,
siempre noble soñó El Salvador;
fue obtenerla su eterno problema,
conservarla es su gloria mayor.

Y con fe inquebrantable el camino
del progreso se afana en seguir,
por llenar su grandioso destino,
conquistarse un feliz porvenir.

Le protege una férrea barrera
contra el choque de ruin deslealtad,
desde el día en que en su alta bandera
con su sangre escribió: ¡¡LIBERTAD!!

(II)
Libertad es su dogma, es su guía
que mil veces logró defender;
y otras tantas, de audaz tiranía
rechazar el odioso poder.

Dolorosa y sangrienta es su historia,
pero excelsa y brillante a la vez;
manantial de legítima gloria,
gran lección de espartana altivez.

No desmaya en su innata bravura,
en cada hombre hay un héroe inmortal
que sabrá mantenerse a la altura
de su antiguo valor proverbial.

(III)
Todos son abnegados, y fieles
al prestigio del bélico ardor
con que siempre segaron laureles
de la patria salvando el honor.

Respetar los derechos extraños
y apoyarse en la recta razón
es para ella, sin torpes amaños,
su invariable y más firme ambición.

Y en seguir esta línea se aferra
dedicando su esfuerzo tenaz,
en hacer cruda guerra a la guerra;
su ventura se encuentra en la paz.

domingo, 10 de mayo de 2015

LOS ENANOS DE LA HERRERÍA (Cuento de Calleja)











ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A MARÍA AUXILIADORA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso Auxilio de los cristianos! Me consagro enteramente a tu dulce amor y a tu santo servicio. Te consagro la mente con mis pensamientos, el corazón con mis afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, y prometo obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.
   Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable!, que fuiste siempre Auxilio del pueblo cristiano, continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro infalible; preserva de la irreligión y del vicio a la incauta juventud; promueve las vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos, el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos confines de la tierra.
   Te suplico, dulce Madre, que no apartes nunca tu piadosa mirada de la incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos y de las almas del Purgatorio; sé para todos ¡oh María! dulce Esperanza, Madre de Misericordia y Puerta del Cielo.
   Te suplico que me enseñes a imitar tus virtudes, particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con mis palabras y con mi ejemplo, represente, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logre que te conozcan y amen y pueda llegar a salvar muchas almas.
   Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza; y en fin, el pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte una corona en el Paraíso. Amén.

jueves, 7 de mayo de 2015

PARA UNA NIÑA (Fernando de Zayas)

Naciste de un beso
del sol a una estrella:
sin duda, por eso
creciste tan bella.
Tu frente es más pura  
que bruñida plata.
Tu boca figura
clavel escarlata.
Tu aéreo cabello
es fino y undoso.
De un astro glorioso
tu risa es destello.
Yo sé que un tesoro
tu dulce existencia
corona de oro:
¡la blanca inocencia!
El tiempo inhumano
podrá con fiereza
borrar por su mano
tu rara belleza:
¡pero aun ese día,
tu casto tesoro
sus rayos de oro
tendrá todavía!

MUNDANAL (Eduardo de Ory)

La vi un día con un traje fresa,
con un traje fresa la vi un día pasar, 
orgullosa como una princesa...
La vi un día con un traje fresa,
altanera, la calle cruzar.

Yo me dije: "Su honor ha perdido:
ha perdido la pobre su honor,
y por eso riqueza ha obtenido."
Yo me dije: "¡Su honor ha perdido,
y obtiene riqueza con su lúbrico amor!"

Hoy la he visto de harapos vestida,
¡de harapos mugrientos que rotos están!
La miré... Me miró entristecida...
Hoy la he visto de harapos vestida,
¡y a mí se ha acercado pidiéndome pan!

miércoles, 6 de mayo de 2015

OFICIO DE LOS SANTOS ÁNGELES

                                               Maitines

V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.

                                            HIMNO

Espíritus sublimes que al mundo Dios envía,
llevando en vuestras alas socorro al alma fiel:
venid a depararnos el triunfo en la porfía
contra la horrenda saña del pérfido Luzbel.

Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.

Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.

                                               Prima

V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.

                                          HIMNO

Luzbel, a quien cegaron la audacia y el encono
y el rayo de los cielos en el abismo hundió,
nos ve de Dios llamadas para ocupar su trono
y arrebatarnos quiere la dicha que perdió.

Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.

Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.

                                              Tercia

V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.

                                           HIMNO

Venid, ángel celeste, venid ¡oh dulce hermano!
que no apartáis del alma la vigilante faz;
los monstruos del abismo rendid con vuestra mano,
disípense las sombras que turban nuestra paz.

Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.

Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.

                                         Sexta

V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.

                                        HIMNO

Jesús, a quien se humillan los Cielos y la tierra,
que veis hombres y ángeles temblar a vuestros pies:
calmad el borrascoso fragor que nos aterra,
para gozar con ellos de vuestro amor después.

Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.

Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.

                                         Nona

V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.

                                    HIMNO

Miguel, ángel sagrado de paz y de concordia,
infunde en nuestro pecho la ardiente caridad
y arroja en el profundo la guerra y la discordia
que excluye de su Cielo la eterna Majestad.

Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.

Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.

                                         Vísperas

V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.

                                         HIMNO

Gabriel, ángel guerrero de invicta fortaleza,
a nuestra vil morada dignaos descender;
y del dragón antiguo venciendo la fiereza,
la gloria del combate llegad a recoger.

Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.

Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.

                                           Completas

V. Dios ha encargado a sus ángeles os custodien en todos vuestros caminos.
R. Así sea.
V. Abrid, Señor, mis labios.
R. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
V. Venid ¡oh Dios mío! en mi auxilio.
R. Apresuraos, Señor, a socorrerme.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos infinitos. Amén.

                                             HIMNO

Oh, Rafael, que prestas alivio en los pesares,
tras cuyas huellas corre el pereguino en pos:
dirígenos del mundo por los revueltos mares
y sana al alma débil llamándola a su Dios.

Antífona.- Santos ángeles que sois nuestros custodios: defendednos en el combate, a fin de que no sucumbamos en el último y formidable juicio.
V. Cantaré, Señor, vuestras alabanzas en presencia de vuestros ángeles.
R. Os adoraré en vuestro santo templo y bendeciré vuestro Santo Nombre.

Oración.- ¡Oh Dios! que por vuestra inefable Providencia os habéis dignado enviar vuestros santos ángeles para custodiarnos: concedednos que seamos siempre defendidos por su protección y que gocemos de su eterna compañía. Así sea.










                                                   

martes, 5 de mayo de 2015

LETANÍA DE SAN JOSÉ

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesús, óyenos.
Jesús, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
San José, el más ilustre de los patriarcas, ruega por nosotros.
San José, ayo del Niño Jesús, ruega por nosotros.
San José, honrado con la presencia del Verbo Encarnado, ruega por nosotros.
San José, conductor de la Santa Familia, ruega por nosotros.
San José, fiel imitador de Jesús y de María, ruega por nosotros.
San José, colmado de los dones del Espíritu Santo, ruega por nosotros.
San José, émulo de la pureza de los ángeles, ruega por nosotros.
San José, modelo de humildad y de paciencia, ruega por nosotros.
San José, imagen perfecta de la vida interior, ruega por nosotros.
San José, ministro de las voluntades del Altísimo, ruega por nosotros.
San José, Esposo de la más pura de las vírgenes, ruega por nosotros.
San José, que llevaste en tus brazos al Hijo del Eterno, ruega por nosotros.
San José, que compartiste el destierro de Jesús y María en Egipto, ruega por nosotros.
San José, que tuviste la alegría de encontrar a Jesús en el Templo, ruega por nosotros.
San José, a quien quisieron estar sometidos el Rey de la Gloria y la Reina de los Cielos, ruega por nosotros.
San José, que fuiste admitido a contemplar las profundidades de los consejos divinos, ruega por nosotros.
San José, que tuviste la dicha de expirar en los brazos de Jesús y María, ruega por nosotros.
San José, conducto por donde llegan hasta nosotros los favores del Cielo, ruega por nosotros.
San José, sostén poderoso de la Iglesia de Jesucristo, ruega por nosotros.
San José, protector nuestro en la hora de la muerte, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, óyenos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
V. Ruega por nosotros ¡oh bienaventurado San José!
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

                                          ORACIÓN
Divino Jesús: te pedimos por los méritos del Esposo de tu Santa Madre, nos acuerdes lo que no podemos obtener por nosotros mismos. Tú, Señor, que vives con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por los siglos infinitos. Amén.



lunes, 4 de mayo de 2015

ME RESPONDIERON LAS ONDAS... (Fernando de Zayas)

Me respondieron las ondas:
"Sus hermosas trenzas blondas, 
su nácar y su arrebol,
los formaron en las nubes
grandes artistas querubes
con puros rayos de sol".

Me respondió el manso viento:
"La música de su acento
en las selvas se formó;
y en la luz de su mirada,
blanca estrella enamorada
una lágrima arrojó".

Y dijo el junco del valle:
"Yo di a su flexible talle
el hechizo ondulador".
Y una perla: "Yo a sus dientes
finos, menudos, lucientes,
les brindé forma y color".

Pregunté: ¿Quién a su alma
dio la indestructible calma,
sepulcro de mi ilusión?
Y un alto monte nevado
respondió: "Yo le he formado
el alma y el corazón".