Un solapado error. También la duda
oscurece la mente. En tu conciencia,
prendido el aguijón, clara advertencia,
“NO MATARÁS” es la verdad desnuda.
El alma languidece y está muda,
y el corazón sumido en la inconsciencia
no acierta a comprender la diferencia;
se empecina en el mal y en él se escuda.
Dicho el “no matarás”, nada hay más cierto
que la pura verdad, ni más vertientes,
que la que dicta un Juez, en claro exhorto.
Hay que execrar el fúnebre concierto,
la matanza de seres inocentes,
el auténtico crimen del aborto.
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