domingo, 9 de junio de 2024

DOMINGO X TIEMPO ORDINARIO B


¡Buenos días!

Volvemos a retomar el Tiempo Ordinario después de haber celebrado el Corpus Christi la semana pasada. 

En el evangelio de hoy  aparece Jesús, que nos enseña que la familia es lo más importante. Pero Él quiere que los que le seguimos formemos una nueva familia, la de los que cumplen la voluntad del Padre, la de los que saben que “el bien suma y multiplica, mientras que el mal resta y divide”. ¿Donde nos situamos nosotros?

Que la Eucaristía de hoy nos ayude a seguir adelante en esta hermosa tarea de hacer familia / comunidad cristiana. 

Buen y bendecido día 🙏


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Texto del Evangelio (Mc 3, 20-35): En aquel tiempo, Jesús volvió a casa y se aglomeró otra vez la muchedumbre de modo que no podían comer. Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de Él, pues decían: «Está fuera de sí». 

Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios». Entonces Jesús, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que estas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno». Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo».

Y llegan la madre y los hermanos de Jesús, y quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». Él les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?». Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».

 

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