conduce al puerto seguro desde la patria celestial.
De las luchas de la vida y mortales tempestades
sálvanos por tu favor y virtudes singulares.
Siempre acudes en socorro de cuantos tu auxilio imploran:
enfermos y navegantes, pobres o ricos te invocan.
Por tu santidad eximia e intercesión poderosa,
haz que elegidos seamos a la eternidad dichosa.
A los fieles que devotos vuestro culto propagamos
haznos merecer la gloria amando a nuestros hermanos.
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