A un tullido dijo Inés
con el semblante severo:
-En mi casa, caballero,
no me ponga más los pies.
-Son sus razones discretas,
dijo el tullido al instante,
por lo cual en adelante
pondré sólo mis muletas.
con el semblante severo:
-En mi casa, caballero,
no me ponga más los pies.
-Son sus razones discretas,
dijo el tullido al instante,
por lo cual en adelante
pondré sólo mis muletas.
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