Inmerso entre extrañas letanías,
tras un lienzo de tu hermosura,
en las costuras del tiempo
se asoma de improviso
la preciosura de tu alma florida.
tras un lienzo de tu hermosura,
en las costuras del tiempo
se asoma de improviso
la preciosura de tu alma florida.
Escribiendo letras doradas
sobre el lienzo de la noche fría,
mi mente flota y chapucea
por las mieles de tu encanto,
princesa dorada.
Extraña sensación,
me gusta pensarte y sentirte
en la esencia de mis letras.
En esta noche encantada,
princesa de labios de luna
y abrazos de un radiante sol,
inundado en todos tus misterios,
más allá de la ribera de tus sueños,
dentro de mis sueños fecundos,
nada importa si me pierdo
en este universo oscuro
y me dejas alunizar
en tu pequeña cintura.
Besos de estrellas, allí quiero estar,
entre tu miel y las esquirlas
de rayos de sol que salen
de tu boca, mía...
No importa que el mundo se disipe
o se quiebre con la cola encendida
de un cometa suicida.
Aquí quiero permanecer,
en tu galaxia y el fuego de tu vientre,
mi amor.
La noche nos presume,
la luna nos arropa
en su juego de amor.
Dos colibrís enredados
en el sonido de las palabras dichas.
Mujer, despiertas mis anhelos,
comienza mi sangre a hervir
al fragor de tus caricias encendidas.
Heme aquí, inventándote
en una bonita historia de amor.
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