Oh Señor, tu compasión nunca falta y tu misericordia es nueva cada mañana: Te damos gracias por haber concedido a nuestro hermano N. alivio en su dolor y esperanza en la restauración de su salud. Continúa en él, te rogamos, la buena obra que has comenzado para que, creciendo diariamente en vigor corporal y regocijándose en tus bondades, ordene de tal modo su vida y conducta que siempre piense y haga lo que te agrada; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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