Mi Señor que me ve desde lo secreto, llegó el momento de nuestro encuentro y cerrada la puerta de mi habitación me pongo ante tu presencia.
Señor, quiero encontrarme contigo para poderme mostrar tal cual soy y pedirte que hagas en mi vida lo que estimes conveniente.
Ayúdame a estar dispuesto a salir al encuentro de las necesidades de mis hermanos con generosidad para quien la pueda necesitar; a seguir compartiendo mi alegría y mi tiempo con todas esas personas que, desde la fe, caminan en el día junto a mí.
Para poder llegar hasta Ti dame la voluntad necesaria para ejercitar mi vocación de servicio hacia Ti con los que me rodean, demostrándoles con pequeños detalles que los amo y que son importantes para mí, y alentándolos para esforzarnos en que crezca en nuestro corazón la fe, el agradecimiento y la entrega hacia Ti.
Abrázame, que pueda sentir tu amos paternal que es capaz de desvanecer cualquier temor o angustia.
Tú eres quien me ayuda. Soy feliz bajo tu protección. A Ti me entrego por completo porque tu gran poder es mi apoyo. No te vayas nunca de mi lado, Señor. Te amo.
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